Terminó la novela. El radicalismo difundió ayer una nota enviada por el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, en la que accede a que el auditor general de la Nación, Leandro Despouy, permanezca en el cargo tras las objeciones del kirchnerismo.

La nota, divulgada por el jefe del radicalismo, Mario Barletta, pone fin a una polémica que enfrentó durante la última semana al oficialismo y a la oposición.

De acuerdo con la misiva, el Frente para la Victoria dio marcha atrás con las objeciones que había hecho públicas en cuanto a la validez del mandato del dirigente de la UCR.

El anuncio se dio horas después de que fracasara por tercer día consecutivo la convocatoria que Despouy, quien en todo momento sostuvo que seguía al frente del organismo, hizo para que se reuniera la AGN debido a una nueva ausencia de los representantes del kirchnerismo.

En los últimos días, Despouy denunció que el intento de separarlo constituía un “golpe de Estado institucional” y obedecía a los informes que presentó en distintas áreas de gestión en los que se observan irregularidades y omisiones por parte del Gobierno.

En medio de una tensa puja, el oficialismo llamó en reiteradas ocasiones a la UCR a promover un nuevo postulante al cargo, en su carácter de fuerza opositora con mayor cantidad de representantes en el Congreso. Incluso admitieron que nada impedía que se postule a Despouy nuevamente.

Sin embargo, el radicalismo se mostró inamovible en su postura de avalar el mandato de Despouy, y cosechó en esa tesitura el apoyo de todo el arco opositor.

Ante las denuncias de que el rechazo del FpV buscaba desconocer el trabajo que el dirigente radical impulsó en los últimos dos años, el auditor Javier Fernández aclaró que eso era imposible y que el 100% de los informes contaban con el aval del cuerpo.