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El presidente dijo que su mayor delito es ser el más criticado por Le Pen.
26 DE Abril 2012 - 21:23
La líder y excandidata presidencial de la formación ultraderechista francesa Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, condicionó ayer su respaldo a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta electoral; lo hará sólo si el actual mandatario anuncia el apoyo a sus candidatos en las elecciones legislativas del mes que viene.
“En caso de que haya un desempate entre el Frente Nacional y los socialistas, la UMP (Unión por un Movimiento Popular, la formación de Sarkozy) y el presidente ¿a quién preferirán, a uno de mis diputados o a un diputado socialista?”, se preguntó Le Pen.
“No he recibido todavía una respuesta a estas cuestiones, estoy esperando. Esta es una cuestión que mis electores quieren conocer”, prosiguió, antes de sentenciar: “Mi opinión (sobre si apoya o no a Sarkozy en el balotaje) dependerá de la respuesta”, según reflejó la agencia de noticias Europa Press.
De acuerdo a todas las encuestas conocidas, Sarkozy perdería el balotaje frente al socialista Fran‡ois Hollande, razón por la cual el actual presidente inició una frenética carrera para captar las voluntades de los electores de Le Pen, que sumaron un 19% en la primera vuelta.
El FN, una fuerza antiinmigrante considerada por muchos como autoritaria y chauvinista, propugna la salida de Francia del euro, una reinstauración de los controles fronterizos intereuropeos, combate a ultranza a los “indocumentados” y un freno inmediato a lo que califica como la islamización de Francia.
Por tal razón y frente a sus declaraciones de que “el FN es un partido que se encuadra en el sistema democrático de la República”, pese a que el 54% de los franceses lo consideran peligroso para la democracia, Sarkozy recibió ayer una andanada de críticas que lo ubicaron en una posición más incómoda aún.
Negativa contundente
A tal punto fue la reacción, que Sarkozi trató de rebajar luego el tono a las críticas prometiendo que no dará ministros a la extrema derecha si es reelecto el 6 de mayo ni pactará alianzas con el FN de cara a las legislativas de junio, tal como le exigió Le Pen. Sin embargo y pese a esta promesa, el prestigioso Le Monde aseguró ayer en un editorial que “en los últimos dos días, Sarkozy cruzó la frontera que existe entre comprensión y compromiso” con respecto al FN.
El presidente de Francia y candidato a la reelección aseguró ayer que su “delito” es “ser el más criticado por Marine Le Pen”, en respuesta a quienes le acusan de orientar su campaña hacia la extrema derecha. “¿Qué debo hacer, continuar haciendo campaña en la segunda vuelta como si seis millones y medio de franceses no hubieran dicho nada?”, se preguntó Sarkozy en un mitin en Raincy, en la periferia norte de París. El presidente saliente, que logró el 27,18 % de los votos en la primera vuelta, detrás del socialista Fran‡ois Hollande (28,63) dijo en su discurso que nadie puede considerar que pronunciar “la palabra inmigración es un delito”, y aseguró que “Francia es un país abierto y de acogida, y lo seguirá siendo”. Sarkozy defendió su propuesta de reducir a la mitad el número de inmigrantes legales llegados a Francia porque el modelo actual no logra el objetivo de la integración. “¿Por qué no funciona? Porque no tenemos suficientes trabajos, escuelas y viviendas para acogerlos dignamente”, aseveró