Fran‡ois Hollande y Nicolas Sarkozy aprovecharon el último domingo de campaña electoral para tratar de convencer a los indecisos de cara a la segunda vuelta presidencial que se celebrará en siete días. El candidato socialista habló ante 17.000 seguidores en el pabellón deportivo de Bercy, en París, mientras que el jefe de Estado saliente lo hizo en Toulouse.

El plato fuerte de la última semana de campaña llegará el miércoles, cuando los dos rivales se enfrenten en un cara a cara televisado. Pero Hollande y Sarkozy ya sacaron ayer su artillería pesada.

El socialista denunció que su rival “agita el mensaje del miedo” no para defender a los franceses, sino “por temor a abandonar el poder”, mientras que el candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) aseguró que “Hollande tiene que hacer lo que no le gusta: ser franco”.

El tono de la campaña subió ayer siguiendo la estela de los últimos días. En su discurso, que pudieron escuchar unos 60.000 espectadores en seis ciudades francesas -gracias a una retransmisión en directo- Sarkozy defendió las fronteras y la lucha contra la globalización, acusando a Europa de “haber permitido que las naciones se debilitaran demasiado”. En el último tramo de la campaña electoral el actual mandatario francés agregó que “las fronteras tienen una importancia crucial”.

Críticas a la integración

Nicolas Sarkozy dijo que Europa es la región del mundo que más lejos ha ido en la integración: “Pero se equivocó, porque sin fronteras no hay política y no hay libertad. Europa cedió demasiado a la religión del librecambio y de la desregulación. Ha cedido a un mundo donde los técnicos tenían más poder que los políticos”.

“No voy a dejar que Francia se diluya en la globalización”, agregó Sarkozy, quien es dado como perdedor frente a su rival socialista en los sondeos.

Comicios “decisivos”

También Hollande habló de Europa, asegurando que “nunca unas elecciones habían sido tan decisivas para la reforma de la UE”. El izquierdista señaló que “los pueblos de Europa miran a Francia” y volvió a repetir que “la austeridad no puede ser el horizonte insuperable de los pueblos”.

Hollande dijo que cuando Sarkozy insiste en vincularlo con José Luis Rodríguez Zapatero y con la crisis económica española, no hace sino “agitar el mensaje del miedo”. Favorito en la segunda y decisiva vuelta electoral, el socialista llamó a sus simpatizantes a “no caer en la euforia”.