Un grupo de trabajadores nucleados en dos cámaras de remiseros de la ciudad se manifestaron ayer en la vereda de la Autoridad Metropolitana de Transporte a modo de repudio a la posibilidad de que vuelva a incrementar la tarifa de los remises. Más tarde mantuvieron una reunión con la titular de la AMT, Adriana Pérez, pero no hubo acuerdo. “Vamos a mandar una nota formal a este organismo. De no obtener respuesta durante la semana, vamos a volver a movilizarnos”, adelantó Angel Coronel, secretario de la Cámara de Remises Unión y Progreso.
Cerca de las 10, con grandes carteles dirigidos a la titular del organismo que mostraban su rechazo al incremento, los remiseros cortaron la calle Mitre al 1200 por pocos minutos y dialogaron con los medios de prensa locales para manifestar su enojo por la ausencia de Pérez quien, según comentaron, se había comprometido a mantener una reunión con ellos a las 8.
Más de una hora más tarde llegó Pérez. En diálogo con El Tribuno, y antes de reunirse con los remiseros, explicó: “Primero, no se puede hablar de un tarifazo. Estamos ante un período de consulta. Le quiero aclarar a la sociedad que hablar de tarifas en el transporte impropio es hablar de paritarias. En todo el país ya hubo un aumento del 20%, nosotros aún estamos analizando qué aumento hacer”, dijo.
“En un auto que trabaja en una remisera los costos son los mismos que los de uno que trabaja como taxi, pero con un plus que va entre $2.000 y $6.000. Ese plus hay que contemplarlo”, argumentó, por su parte, Pérez, y agregó: “Entendemos que encontrar la tarifa justa consiste en un acomodamiento, pero acorde a los ingresos de los salteños. Además, está establecido que la tarifa no puede ser menor que la del taxi porque tiene los mismos costos fijos, pero tiene también otros costos extras. Desde la AMT estamos dispuestos a continuar en vías de diálogo”.
Los remiseros consideran que una nueva suba en las tarifas de los remises, luego de la que ya tuvo lugar en agosto pasado, influiría negativamente en la actividad. “Además, se va a perjudicar a la gente, sobre todo a aquellos que viven en los barrios ya que, para ellos, hacer un viaje en remise ya representa un gran costo”, dijo Roque López, un trabajador del sector.