El homicidio de Mariano Ferreyra conmovió a todo el país hace menos de dos años. Luego de ese hecho, en el que hubo patotas sindicales, zonas liberadas y un asesinato brutal, el reclamo de justicia se hizo constante. “La Policía generó una zona liberada que los transformó en un elemento necesario para que se ejecute el crimen”, disparó el hermano del militante del Partido Obrero asesinado en octubre de 2010. En una entrevista con El Tribuno, Pablo Ferreyra repudió los contactos telefónicos entre Carlos Tomada y Pedraza, pero sostuvo que esas escuchas “no tienen validez como prueba judicial”. Además, aseguró que la presentación del testigo hecha por el Gobierno fue clave para la causa, pero que no fue el único factor que permitió la realización del juicio. “Hubo risas en el juicio cuando Pedraza dijo que ganaba 25 mil pesos”, concluyó.
 

¿Considera que el juicio por el homicidio de su hermano terminará con condenas duras o leves?

Nuestra expectativa es que termine con fuertes condenas. Nos parece importante que esto suceda para que la sociedad vea el tipo de crimen que cometió (José) Pedraza. Se debe entender que la responsabilidad de un dirigente gremial, que dice ser representante de los trabajadores y que termina explotando a los tercerizados, debe ser mayor. Por eso las penas deben ser fuertes. Me parece que la figura del instigador es inédita en un crimen como estos. Ojalá tengamos una definición de ese tipo con una condena a perpetua.

Pese a que se negó a declarar, Pedraza dijo ser un empleado que ganaba 25 mil pesos, ¿le cree?

Es obvio que eso no es así. Igual, en algún momento se va a conocer su declaración patrimonial. Al momento de su detención, Pedraza se encontraba en un piso de un millón de dólares en Puerto Madero, algo bastante ilógico para alguien que tiene un salario de 25 mil pesos. Me parece que fue uno de los momentos dentro de la sala que generó una cantidad de risas en el público, porque no es la imagen ni que da él ni que la sociedad tiene de este sindicalismo empresario. Entonces, a partir de conocer los lujos de Pedraza y la ostentación que hace, que diga eso es claramente una señal de victimización.

La Presidenta dijo que el juicio por el asesinato de Mariano había tomado impulso gracias al Gobierno por la presentación de un testigo, ¿cómo tomó esas declaraciones?

Si directamente hubiera dicho que gracias al Gobierno el juicio estaba en esta instancia, creo que sería errado. La Presidenta dijo lo que dijo el día que empezaba el juicio, lo que a nosotros nos parece positivo ya que lo colocó en la agenda mediática y política. Por otro lado, también me parece que es un hecho concreto el dato que tiró ella sobre el testigo, eso fue fundamental para conocer quien fue el tirador. Pero creo que esta es una ecuación donde también hay que entender el esfuerzo familiar para el esclarecimiento, la línea que tuvimos siempre recta de señalar a Pedraza, la independencia con la que se movió la Justicia y la presión popular del Partido Obrero y de todos los compañeros que estuvieron el lunes. Todos esos factores fueron clave para que hoy Pedraza esté en el banquillo de los acusados. Me parece que esto se dio a partir de todos esos factores. Decir que fue por un solo factor sería una lectura muy lineal. A mi me parece genial que la Presidenta entienda que estamos ante un juicio histórico y que ella, como dijo en algún momento a nuestra familia, se comprometió para que la causa avance. Me parece fantástico que la Presidenta mencione el tema de Mariano, pero fueron muchos los factores para que Pedraza esté juzgado.

¿Qué explicación le encuentran a las conversaciones telefónicas entre Pedraza y Carlos Tomada? El ministro le dijo el mismo día de un allanamiento: “Querido amigo, la mejor defensa es un buen ataque”.

Como elemento de prueba judicial, esa escucha no tiene una validez que nos permita a nosotros demostrar algún vínculo en el plan criminal. Por otro lado, a mi como hermano de Mariano, por supuesto que me parece una actitud reprochable que el ministro de Trabajo tenga ese acercamiento tan amistoso con Pedraza. Yo se que Tomada no solo fue abogado de la Unión Ferroviaria sino también de otros sindicatos. Me parece que hay una relación que yo la puedo llegar a entender, pero en medio del dolor que estábamos viviendo en ese momento por la muerte de Mariano, fue un error grosero de Tomada no haber de alguna manera cuidado un poco su lenguaje. A mi me molestó, pero entiendo que judicialmente no es algo que aporte un gran dato que permita dar a entender que el ministerio de Trabajo estuvo en el plan criminal junto a la patota de la Unión Ferroviaria.

Días después del asesinato de Mariano, Aníbal Fernández reivindicó el rol de la Policía Federal, que habría liberado la zona. ¿Piensa que se quiso encubrir a la Policía?

Más que un encubrimiento, creo que fue un error y una defensa bastante cerrada del accionar policial. A partir de la muerte de Mariano, se empezaron a ver los desvaríos y los casos de abuso por parte de las distintas fuerzas. El caso del Parque Indoamericano fue un ejemplo de ello. Después del crimen de mi hermano, se vio que es necesario un planteo de seguridad democrática para la Policía. Sin dudas las declaraciones de Aníbal Fernández me parecieron apresuradas, pero se va a demostrar claramente que la complicidad de la Policía con la patota fue en el lugar a partir de la cantidad de omisiones que hay en los videos. La Policía generó una zona liberada que los transformó en un elemento necesario para que se ejecute el crimen.

¿Qué sintieron cuando se enteraron que Cristian Favale, el supuesto homicida de Mariano, estuvo cerca de salir de la cárcel para actos del Vatallón Militante?

Favale es un procesado y debe tener los mismos derechos que un preso. Si hay una autorización, entendería que Favale pueda salir de la cárcel, aunque me parece un momento sensible para pedir eso. Creo que Favale ya había tenido una salida por algo médico referido a su madre. Me parece un momento sensible para que Favale vaya a ir a una actividad cultural. En ese sentido, creo que hay que actuar con más prolijidad. Yo no voy a tener una línea diferente a la que mantuve siempre desde que murió mi hermano. Sigo sosteniendo que en las cárceles debe existir la posibilidad de reinserción y la posibilidad de que los presos puedan tener una calidad de vida mejor, pero este era un momento muy sensible. Esto desvía un poco el eje no solo del juicio, sino de que hay miles de presos pobres que deberían tener también la posibilidad de una reinserción y de una actividad cultural.