¿Qué percibió en la reunión con los docentes?

Me impresionó muy favorablemente la participación de los directivos, su involucramiento comprometido con el bien de los chicos y con el conjunto de nuestra sociedad. En este tema de las adicciones nadie puede hacerse el distraído y pensar que no le va a pasar. Lo que le pasa a cada chico, su sufrimiento, su error, nos pasa y nos duele a todos y a cada uno como sociedad.

¿Qué explicó el ministro de Seguridad?

El ministro escuchó las experiencias que se vienen haciendo en nuestra zona y las opiniones y pedidos de los docentes. Fue muy enfático al explicar que no se trata de llenar de policías las ciudades, sino buscar una política de seguridad que articule inteligentemente los recursos educativos y persuasivos.

¿A qué conclusión llegaron?

Que nadie puede responder al problema de las drogas en soledad o de manera individual. Se trata de trabajar juntos, en red, articulando las propuestas de solución, aceptando lo provisorio de los resultados, pero descontando que en esto somos todos aprendices. Lo peor es desanimarse y ceder ante el “no se puede”. Querer el bien de nuestros jóvenes, luchar por ellos sinceramente, ponernos a mano de sus búsquedas y necesidades, es la consigna que nos urge. Nosotros como iglesia, como adultos responsables y creyentes, queremos estar ahí, en la encrucijada que viven. De eso se trata.