Esta semana es decisiva para los asentados si es que la jueza de turno del Juzgado Correccional y de Garantías, María del Milagro López, ejecuta el desalojo de las familias que están asentadas en el exbalneario municipal de Castañares.
Aunque ellos sostienen que no van a dejar el predio hasta que les entreguen terrenos donde vivir.
El desalojo estaba previsto para el domingo pasado, pero se les dio una prórroga a los ocupantes que no se extiende más allá de esta semana. No obstante, estos informaron que no se irán sin una solución. “Queremos que la respuesta sea un lugar donde vivir, pero no dentro de un año”, explicó ayer Cintia, una de las mujeres que se asentó hace seis meses en el exbalneario. Agregó que “vamos a resistir, pero sin utilizar la violencia”.
En total, son 72 familias las que están ocupando una de las 3 hectáreas que tiene el predio, aunque en las restantes también hay okupas asentados desde hace varios años y que no fueron desalojados.
Valeria, que también vive allí asentada con su familia, explicó: “no es que no queremos irnos, sino que el problema está en que no tenemos dónde dormir, y si es necesario vamos a hacerlo al costado de la ruta”, apuntó.
El viernes pasado, el representante de los asentados, Juan Pablo Ochoa, presentó en la Justicia un recurso de amparo para impedir el desalojo.
El letrado consideró que hay una serie de inconsistencias en el pedido de la Justicia para que se desaloje el lugar. “La causa habla del delito de usurpación e imputa a 71 personas, cuando eso es insostenible, porque no hay perjudicados, ya que se trata de un terreno que está en disputa judicial e incluso la misma causa habla de la parte perjudicada como NN, es decir, no sabe quién es el damnificado”. Ochoa señaló que “si se trata a los okupas como imputados tienen que ser citados a declarar y eso no ocurrió, por lo que las garantías procesales claves se omitieron”.
Aún se desconoce cuándo se realizará el procedimiento de desalojo, pero la Municipalidad había advertido que le pidió a la Justicia solo 5 días más para que las familias se queden en el exbalneario.

Las condiciones de vida

Las familias asentadas en el exbalneario viven en pésimas condiciones. Carecen de agua, luz, no tienen baños, ni tampoco un lugar donde cocinar. Luego de seis meses viviendo allí, ya construyeron sus casas con chapas, maderas y otros con bloques de cemento. Incluso hay casas hechas con plásticos. Librados a la suerte del clima, ruegan que no llueva, ya que cada precipitación les genera un serio problema porque moja las pocas pertenencias con las que cuentan. La mayoría sostiene que trabajan y quieren pagar por un terreno en cualquier lugar.