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Por Hugo Krasnobroda, El Tribuno
19 DE Octubre 2013 - 03:01
Se sienta, apoya un libro sobre la mesa y se predispone a hablar de política con El Tribuno. Jorge Altamira, líder histórico del Partido Obrero, analizó el crecimiento de su fuerza política en Salta y se lo adjudicó, en parte, a un “pasaje a la izquierda de los trabajadores que históricamente votaban al peronismo”.
En una entrevista realizada en un bar del barrio porteño de Palermo, el candidato a diputado nacional sostuvo que en Salta hay una “burguesía profesional” que los apoya y afirmó que Alfredo Olmedo “es kirchnerista” y recibió “ventajas económicas” de Juan Manuel Urtubey.
“La Presidenta no tiene derecho a caerse -según la versión oficial- y ser operada por (la disputa por) la sucesión. Eso es insostenible para una fuerza política que está gobernando”, concluyó.
¿Hay tantos trotskistas en Salta como votos sacó el Partido Obrero en la última elección provincial?
Potencialmente sí, ¿por qué no? En realidad se define como trotskismo a lo que históricamente ha sido el socialismo en su autentica expresión. Argentina siempre fue un país donde las corrientes socialistas en el movimiento obrero fueron muy fuertes, así que esto no es antagónico a la tradición argentina. No hay que olvidar que nunca que Argentina es el país en donde prácticamente debuta el movimiento obrero en América Latina. Tenemos una larga tradición teórica de lucha. Los sindicatos fueron organizados por corrientes de tipo socialista, aunque algunas fueran anarquistas y otras reformistas. Cuando uno dice “trotskista” parece algo exótico, pero corresponde a la tradición nacional.
¿Cómo analiza el crecimiento exponencial que tuvo el Partido Obrero en Salta?
Yo creo que el Partido Obrero fue progresando en Salta a través de concentrar el voto de la oposición. En una caso a (Juan Carlos) Romero y más tarde a (Juan Manuel) Urtubey. Por eso el radicalismo se esfumó y otras corrientes también. Nosotros fuimos concentrando progresivamente gran parte de lo que es la oposición. Lo que ocurrió en las PASO provinciales, y los números me avalan, es que saltó la cerca una parte del electorado peronista. Una parte del electorado que no conoce otra cosa que votar al peronismo, en las PASO provinciales votó por el Partido Obrero, por eso ese salto al 22 por ciento en la capital, o lo que pasó en Colonia Santa Rosa, en Mosconi o en Tartagal. Es una expresión de ese hecho y esto a mí me marca lo que va a ser el futuro histórico de la Argentina: el pasaje a la izquierda de los trabajadores que históricamente votaban al peronismo.
¿Qué explicación le encuentra a la buena elección que hizo el PO en barrios más acomodados como Tres Cerritos?
No es la primera vez, es una constante eso. Ocurre que hay lo que yo llamaría una burguesía profesional, no una burguesía empresarial, que nos vota. Pero están los ingenieros, los médicos. Es una burguesía de tipo más bien intelectual, porque ejerce una profesión liberal que muchas veces tiene un criterio propio muy desarrollado y sigue las campañas políticas juzgando el mérito de estos planteos. Voy a contar algo que nadie sabe: hoy Lula tiene como bastión al electorado más pobre del nordeste brasileño, pero en su primera elección fue al revés, allí se votó a la derecha y en los barrios más pudientes de San Pablo votaron al PT. También hay que tener presente que los sectores más oprimidos perciben con demora los procesos políticos que los sectores más alfabetizados anticipan porque siguen los programas políticos y porque leen más que otros.
A su partido le fue mejor en las PASO provinciales que en las PASO nacionales, ¿por qué?
Esto es muy curioso, y diría que es hasta una contradicción. En general, a nosotros nos va bien en todas las provincias en las elecciones nacionales y caemos en las provinciales porque allí hay una intensa competencia por el poder de la provincia. En cambio, luego se desinteresan. El hecho de que las provinciales marcaran un ascenso respecto a las nacionales revela la fuerza de la tendencia ascendente en el campo electoral del Partido Obrero de Salta. Esto es significativo. Voy a decir una cosa más de carácter más íntimo: después de las PASO nacionales, los compañeros de Salta me advirtieron que íbamos a tener una elección sorprendente en las provinciales. Cuando alguien que está en el lugar advierte eso quiere decir que ya está percibiendo un fenómeno que más tarde va a ser oficial cuando se abran las urnas. Quiero decir que es un resultado asombroso si se quiere pero no sorpresivo para el Partido Obrero de Salta en cada una de las comunidades. Yo pasé por Orán, donde los militantes nuestros me anticiparon que le ganarían a (Alfredo) Olmedo, y le han ganado a Olmedo. Cuando yo estuve en Colonia Santa Rosa vi con mis propios ojos que era un fenómeno popular ultra genuino. Es decir, comerciantes, técnicos del ingenio, trabajadores del ingenio, bagayeros. Cuando se cerraba la campaña, nos reunimos en el local de una antigua y tradicional militante del justicialismo, y al finalizar dijo: “Yo también voy a votar por el Partido Obrero”.
Usted recién mencionaba al diputado Olmedo, cabeza del partido con el que el PO disputará una banca para diputado nacional la semana próxima. ¿Qué opina de él?
(Salta somos Todos) no es una corriente política en el sentido de la palabra. Yo he visto a Olmedo aparecer hace algunos años en Orán en una lista con Libres del Sur. Cuando el sistema político se disgrega, hay un tipo de dirigente en la Argentina que se va cortando solo. Olmedo apoya al gobierno kirchnerista y lo hace por un acuerdo que han llegado en torno a algún tipo de circunstancia. Grandes ventajas económicas que tiene Olmedo se las ha dado el gobierno de Urtubey, en términos de adquisiciones de tierras y cosas por el estilo. (Olmedo) es un navegante solitario, y como todos los navegantes solitarios todo el mundo dice “oh” cuando está atravesando el océano, pero no tiene futuro, por eso lo estamos derrotando. (Olmedo) no tiene futuro, en una nación estructurada lo tienen las fuerzas políticas que puedan expresar una tendencia histórica del país. Olmedo es circunstancial. El quería superar la desocupación volviendo al servicio militar, son ideas que no tienen ni pies ni cabeza y lo único que van a provocar es una rebelión de la juventud. Le parecía que eso iba a sonar bien en una parte del electorado.
A nivel nacional, ¿cree que el 27 de octubre el kirchnerismo va a perder igual que el 11 de agosto?
Seguro, va a perder porque antes de perder ya se ha ido disgregando. El ala kirchnerista que quedó hizo un acto dividido para que el Día de la Lealtad no se lo apropie (Daniel) Scioli. Es un tema insostenible. La Presidenta no tiene derecho a caerse -según la versión oficial- y ser operada por la sucesión. Eso es insostenible para una fuerza política que está gobernando. Esto revela que es un liderazgo totalmente concentrado que no tiene sucesión. Va a perder y va a abrir un período de transición. Por eso es tan importante que el Frente de Izquierda entre al Congreso para que la izquierda esté discutiendo la transición política.