Hasta ahora la conjetura que más fuerza cobró en la City porteña es que el Banco Nación será el que administrará la Supercard, la tarjeta única de compra en los supermercados y negocios de artículos de primera necesidad.

El Nación administra 1,4 millones de resúmenes y 2,5 millones de plásticos, es decir, apenas el 5% del mercado total. Con esa gestión se incorporará al negocio de la Supercard. La liquidación de los resúmenes está prácticamente monopolizada por dos compañías, cuya capacidad tendrá que ser preparada si se suma la tarjeta específica para supermercados.

En septiembre del año pasado se anunció que el Banco Nación absorbería unas 350.000 cuentas sueldo, como consecuencia del “Programa de Ordenamiento de las Contrataciones y Compras Públicas del Estado, según el cual los organismos de la administración pública nacional deben privilegiar la contratación de empresas estatales. Estas dos operaciones -cuentas sueldos nuevas y Supercard- posicionarán al Nación en un mercado financiero muy competitivo: la banca personal.

El avance que hace el Gobierno en un mercado minorista es porque busca que el sector financiero haga su “aporte” al bolsillo de la gente, vía reducción de sus márgenes de ganancia, como forma de apoyar el plan oficial de combate a la inflación. De allí que les piden rebajar las comisiones que les cobran a los super.

A través de la circular del Banco Central N§ A 5388), se determinaron las normas sobre “Protección de los usuarios de servicios financieros”, que fijan la formas en que los bancos pueden establecer sus comisiones, incluyendo las tarjetas.