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7 DE Septiembre 2013 - 02:40
Jorge Altamira es el máximo dirigente del Partido Obrero que forma parte del Frente de Izquierda, alianza que fue la revelación en las PASO nacionales. Logró una banca en la legislatura porteña en 2000 y hoy va nuevamente por un escaño en el Congreso Nacional. En diálogo con El Tribuno durante su reciente visita a Salta, el referente político analizó la situación política de la Argentina, la buena performance del Frente de Izquierda a nivel nacional y cargó duro contra la gestión del Gobierno provincial.
¿Qué significa el millón de votos que obtuvo el Frente de Izquierda en las primarias nacionales?
En este país rotaban entre partidos tradicionales o fracciones que rompían de partidos tradicionales. Con la aparición del Frente de Izquierda con esa cantidad de votos, la izquierda se posiciona como una alternativa política. De alguna manera lo que yo me encontré en Salta hace unos cuatro años permite ilustrar mejor la situación. En ese momento había una perspectiva para el Partido Obrero y hoy el Partido Obrero llegó a ser el segundo partido más votado en la capital salteña. Es decir que se perfila como alternativa política y es todo un desafío desde la izquierda, desde un campo que cuestiona permanentemente. En cambio hay partidos que proponen retoques, fracasan y vuelven a proponer retoques.
Eso está pasando con diversos sectores de la oposición que no logran presentarse como una alternativa política...
Y con el peronismo más que nadie. El peronismo hoy está dirigido por gente que viene de Alsogaray, de la UCD. Amado Boudou, Sergio Massa, Ricardo Echegaray. Es una cosa muy irónica. Para darse una idea: en la provincia de Buenos Aires, no hubo una sola palabra sobre el peronismo.
El kirchnerismo tuvo una muy baja perfomance en las elecciones pasadas, pero en 2009 las elecciones fueron parecidas y en el 2011 logró recuperarse. ¿Puede pasar lo mismo?
La recuperación de votos del kirchnerismo del 2009 al 2011 tuvo un carácter superficial. Una serie de circunstancias, particularmente el fracaso de la oposición, le permitieron recuperar un aliento, pero lo importante es saber que esa recuperación se basa en una transformación del país en términos más profundos que no determina una solidez del voto. Son circunstancias coyunturales las que permitieron al Gobierno esa recuperación. El día después que la Presidenta alcanzó el 54% yo escribí que se había terminado. Porque cualquiera que veía los datos económicos, las contradicciones y la improvisación se daba cuenta de que es un castillo de arena. Evidentemente eso se comenzó a manifestar en todos los terrenos.
¿Cuáles entiende que fueron esas medidas que comenzaron a mostrar el desgaste de la administración kirchnerista?
No terminó de ganar y comenzó a tomar todas las medidas que atestiguaban esto. El cepo por la fuga de capitales, la obligación de tener que intervenir YPF por la crisis energética fenomenal fomentada por el propio Gobierno. El uso abusivo del dinero de la Anses y el Banco Central. Pero esto lo hizo inmediatamente después que ganó. Esto fue cuando uno contiene algo para mantener la fachada. Y una vez que se consideró satisfecho, que salvó la ropa, sale al desnudo que levanta la alfombra y bajo la alfombra mete una mugre fenomenal.
¿Ahora cree que va a pasar lo mismo?
Indudablemente. Aunque el escenario de hoy no es el mismo. Van a sacar menos votos que en el 2009. Más que están peleados con Massa. Y el Gobierno cree poder seguir adelante con el argumento de que la oposición está dividida. Y es una lectura superficial, porque el más dividido es el Frente para la Victoria. Están los de Nuevo Encuentro contra La Cámpora. “Los Cámporas” entre ellos. El escenario económico que va a dificultar más aún esa situación. La izquierda aparece en este escenario mostrando una capacidad de atracción de una masa del pueblo. No de bolsones minoritarios que tienen una posición que respeto mucho porque son críticos, se movilizan, formamos parte de esa minoría. Pero ahora contamos con un respaldo muy grande que se acrecentará en las elecciones de octubre. Usted piense que los diarios ya están hablando que Néstor Pitrola superaría a Francisco de Narvaéz en las elecciones de la provincia de Buenos Aires.
¿Cuál es la característica del voto a la izquierda? ¿Es un voto castigo, bronca?
En el momento en que el voto crece ya es la expresión de un apoyo al planteamiento político. Admito que si fuera circunstancial y no fuera una tendencia, usted puede atribuirle a razones coyunturales. Ahora se ha transformado en una tendencia. No de cualquier manera en Mendoza, Formosa, Jujuy hemos llegado a ser el tercer partido de la provincia. Incluso en Río Negro. En Neuquén, donde hubo elecciones municipales un mes antes de las PASO, habíamos sacado muchísimos votos. Un mes después en la misma ciudad sacamos un 50% más. Ahora nosotros, además, nos esforzamos por explicar un programa político. No somos tirabombas ni buscamos canalizar el enojo de la gente. Una parte del enojo seguro la capitalizamos. Pero hacemos un planteo político. Hemos sido la única fuerza en los spots que diseñó un programa. Entonces una parte muy importante de la población está repensando su adhesión al Partido Obrero. Repensando desde el fraccionamiento de los partidos políticos tradicionales.
¿Qué conoce de la gestión del gobernador Urtubey en Salta?
Su fracaso es notorio por los índices de desocupación, por los niveles espectaculares de inseguridad. Por la insistencia en los temas del impuesto, por manifestaciones de corrupción. Este incidente del intendente de Salvador Massa en relación con la trata de personas, y ahora se forma una liga que apoya para que pueda ser votado nuevamente. Esto revela una estructura mafiosa en la provincia absolutamente preocupante. Urtubey se planteó como una renovación de la mano de Cristina Kirchner. Ya no creo que esté tan ligado a Cristina Kirchner. Creo que forma parte del intento de cambiar con Massa y otros grupos. Mientras, su gestión en la provincia es extremadamente negativa. Con la crisis energética cae la producción de gas y petróleo. El norte a pesar que es donde más se acumulan y pasan las riquezas sigue siendo uno de los lugares más castigados en la provincia. Y de nuevo el endeudamiento. Un endeudamiento ajustado al dólar. Es un fracaso completo. Si no no se entiende por qué tantas colectoras y por qué el Partido Obrero emerge con más fuerza.