Los seis docentes (cinco mujeres y un hombre) encadenados en una de las rejas del portón de la Catedral Basílica de Salta ayer por la tarde levantaron la medida de fuerza y regresaron a sus hogares. Los maestros se habían encadenado el miércoles por la tarde tras retirarse de forma desapercibida de la asamblea que por las mociones ya anticipaba la suspención del paro.

Marcela Romero, una docente de Tartagal, dijo a un medio: “ Fue una medida que se tomó de forma personal, pero con ganas de luchar por más, levante la medida porque vi que se estaba desvirtuando. Yo acabo de levantar mi carpa (por ayer), posiblemente queden dos o tres pero es porque se están reorganizando para hacerlo”.

Romero señaló que “la vida en el Norte provincial es más dura por eso cuando se lucha se tiene otra manera de reaccionar, en cambio acá en Capital los docentes están aburguesados”. La educadora también se mostró triste por lo logrado (en referencia al aumento salarial), dijo que son “migajas” en comparación al sueldo que cobran los legisladores. 

Se supo que una de las maestras encadenadas estaba embarazada y ayer por la mañana la tuvieron que trasladar de urgencia al hospital. Luego al mediodía se acercó a dialogar con los que quedaban un asesor del Ministerio de Educación y horas después los docentes decidieron desencadenarse.

Hasta anoche, en la plaza 9 de Julio todavía quedaban tres carpas. Una de una maestra del interior y las otras dos del cocinero y el ayudante, con los que habría hablado la Policía, y según algunos datos, tendrían tiempo para desalojar hasta hoy.

Medidas extremas

Durante la protesta docente por un salario digno que se inició el 1 de abril por más de un mes, dos maestras de Aguaray encararon una huelga de hambre en la recova del Cabildo Histórico, luego un profesor técnico y, por último, Marcos Cari y María Inés Nieto.