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Alrededor de 300 motoviajeros participaron del primer encuentro organizado en el interior provincial.
24 DE Mayo 2014 - 01:56
Fotos Pablo Yapura
Dos viajeros recién llegados se confunden en un fuerte abrazo. Uno lleva la bandera chilena en su chaleco y el otro los colores bolivianos. Jamás se vieron y posiblemente jamás volverán a verse, pero la unión entre motociclistas que llegaron al primer encuentro de viajeros amantes de este vehículo, realizado en Orán, se resume a esa imagen.
“Acá no existen las diferencias políticas, de fronteras y salida o no al mar. Somos hermanos con la misma pasión”, dijo, con sinceridad, el oriundo de Santa Cruz de la Sierra.
En tierras oranenses, especialmente en el Aeroclub de esa ciudad, todas son risas, anécdotas, música, comidas y, por supuesto, ruido de las motos denominadas choperas.
El Aeroclub situado en la avenida Palacios, a pocos metros de la ruta nacional 50, se preparó desde muy temprano para recibir a los concurrentes y hasta anoche, más de la mitad de ellos ya había llegado al predio.
Fueron aproximadamente 300 personas las que le pusieron calor y color a una jornada gris y se espera que en las próximas horas arriben los otros 150 restantes, que se retrasaron por algunos cortes de ruta, especialmente en el sur boliviano.
Ahí estaban los integrantes del Camel's Motor Club de Tocopilla, Chile, comandados por Marco Orellana, quien dialogó con El Tribuno arriba de su Yamaha Midnight 950. El hombre, de 40 años, salió el martes desde su ciudad natal junto a su grupo de 15 personas y tras varias paradas, llegó a destino. A los pocos metros se reunieron los santacruceños que llegaron en motos Honda Shandow 600 y Suzuki 650.
“Estas motos son las mejores y las que más representan a Sudamérica, porque en todos los países conseguís repuestos”, contaron Franco Gutiérrez y Mamerto Suárez.
Hermandad Fénix, Lobos del Desiero de Calama, Condenados, fueron parte de los primeros grupos en llegar desde Chile, Bolivia y diferentes puntos de la Argentina.
Por supuesto, los organizadores, denominados Compadres de Ruta, también estuvieron y no dejaron ningún detalle al azar. En diálogo con este matutino, Marcelo Erazo, integrante de la comitiva que le dio la bienvenida a los otros apasionados por las motos, agradeció “la presencia de los amigos motoviajeros y de la gente que hizo posible este encuentro”.
Erazo recordó que los Compadres de Ruta tienen una congregación de 22 motociclistas y recorren los caminos en moto para realizar cruzadas solidarias en Orán, Pichanal e Hipólito Yrigoyen. Lo que los distingue del resto es la impronta artística y los hace diferentes de los grupos que se movilizan en dos ruedas “y el fin de este encuentro fue justamente la movida solidaria que realizamos constantemente”, cerró.
Las chicas también dijeron presente
A más de uno le sorprendió ver a las únicas cuatro mujeres del encuentro cruzar el portón dominando con facilidad sus unidades. Dejaron ver sus largas y cuidadas cabelleras y se presentaron como las Lobas, el único grupo de motoqueras del NOA. Vanesa Romero, Sonia Gutiérrez, Gigi Romero y Noelia Valderrama, son las osadas jóvenes que arribaron desde Jujuy para decir presente en el primer evento realizado en Orán.
“Si, somos chicas y nos encantan las motos, por eso venimos y estamos muy contentas de ser parte de esta movida que realizaron los Compadres de Ruta”, dijeron.
Sonia es una de sus fundadoras y comentó que en este y otros encuentros que ya participaron “nos sentimos muy cómodas. Nadie nos discrimina y eso es muy bueno. Además de conocer amantes de las motos, podemos ver motocicletas que nunca antes habíamos visto”.
Las jujeñas comentaron que hace más de un año y medio que se juntan y en otra oportunidad ya habían visitado esta provincia. “Fuimos a un evento en Rosario de la Frontera que también estuvo lindo, pero no había tanta gente y motos como vimos hoy (por ayer)”. “Nuestras familias y amigos nos gastan, pero a nosotras solo nos importa la pasión que sentimos por las motos”, finalizaron.
El locro, a punto
Mientras mezclaba dos ollas populares, con una gran cuchara de madera, Milka Rivera, la joven encargada de preparar el locro para alrededor de 200 amantes de las motos y el buen comer, fue entrevistada por El Tribuno minutos antes de servir sus primeros platos.
“Comenzamos la preparación a las 14 y esperamos que a las 21 ya esté todo listo para las personas que deseen probarlo”, señaló la encargada de preparar la comida para el gran número de participantes del encuentro motoquero.
Al ser consultada por el puntaje que le daría a su especialidad, la cocinera no dudó en decir que los viajantes “se van a chupar los dedos”, y si bien agregó que el plato cuenta con “carnes y verduras de todo tipo”, no quiso dar mayores detalles y solo se limitó a comentar que la receta fue heredada de familia.
Horas después, la comunidad motoquera se sirvió el locro pulsudo y dejó las charlas para la sobremesa. Los motoqueros se retiraron satisfechos y aplaudieron a la cocinera y el grupo que la ayudaba por el trabajo realizado.