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Por Paco Fernández
24 DE Junio 2014 - 02:03
Como lo comenté algunas veces, la lengua (en cuanto “hablar”) nació hace muchos siglos. La escritura debió esperar muchos otros aún para que fuera una realidad. Lo cierto es que, así como hubo todo un proceso para que nacieran las lenguas, ese tránsito se repite individualmente en cada ser humano. La capacidad de comunicarse -al menos en la actualidad- viene con el ser humano; en cambio, el aprendizaje de la lengua materna implica unos años, como lo verán en el artículo que les transcribo a continuación, publicado por el sitio “lenguaje.com”, citado en otras oportunidades. Lo transcribo, aunque en forma parcial, sin entrecomillarlo.
Abc del bebé
El desarrollo del lenguaje en un bebé es progresivo y depende del estímulo que tenga en su entorno. Sin embargo, hay factores que facilitarán o dificultarán el desarrollo del habla. La primera práctica para que el bebé fortalezca sus órganos fonoarticuladores (son aquellos que intervienen en el proceso del habla: labios, lengua, tráquea y músculos de la mandíbula) es la lactancia materna, pues la succión es el primer mecanismo que tiene el recién nacido para fortalecer dichos órganos. (...)
Ivone Ovalle Rincón, de la Universidad de Rosario, luego explica que el bebé puede no ejercitar adecuadamente tales órganos a causa de una alimentación inapropiada, por pretender que el niño adelante etapas con alimentos no líquidos.
Primera comunicación
La citada fonoaudióloga se refiere al comienzo de la comunicación en el niño con el llanto, con el que expresa necesidades (hambre, frío, sueño). Luego, al crecer, produce sonidos guturales bisilábicos, entendidos por su entorno (mamá, agua), hasta el primer año. Al cumplir los dos, tiene un vocabulario de entre 20 y 50 palabras (onomatopeyas como “guau” o “bau”) y es capaz de unir dos palabras. Algunos, en lugar de hablar, se comunican con gestos, señales, pataleos, etc. Si después de esto, agrega la autora, no se aprecian progresos, debe darse intervención a un fonoaudiólogo especialista para que aconseje lo que debe hacerse para evitar futuros problemas, como en la lectoescritura.
¿Y cómo son esas terapias?
De acuerdo con las expertas, lo primero a encarar es un diagnóstico mediante una entrevista con los padres, para conocer los antecedentes del niño y su desarrollo en cuanto a sus diferentes avances (comunicación, alimentación, enfermedades y otros) para luego, si fuera necesario, dar lugar a un fonoaudiólogo o terapeuta del lenguaje. Después de ello, se lo observa clínicamente -a través del juego, por ejemplo- para analizar sus comportamientos lingísticos comprensivos y expresivos cuando se comunica.
Asimismo se lo observa en cuanto al estado y la funcionalidad de las estructuras que intervienen en la producción de palabras, como los labios, la lengua, el paladar y los músculos orales. Además, es importante el comportamiento de su oído; es decir, cómo reacciona el bebé ante los estímulos auditivos. “Una vez recolectados estos datos se realiza un diagnóstico comunicativo, ubicando al niño en un nivel de lenguaje. En el caso de encontrarse desfase entre su lenguaje y su edad, se les explica a los padres la conducta a seguir”. Las terapias del lenguaje permitirán no solo mejorar el desarrollo del lenguaje, aumentar el número de palabras dichas, su comprensión y la asociación; también les permite saciar sus deseos y necesidades.
Estimule el lenguaje en casa
Ovalle Rincón recomienda los siguientes ejercicios en casa -entre otros-, para que los padres o cuidadores practiquen con el bebé y estimulen su lenguaje: “ Hacer movimientos con los labios para lograr vibraciones. Motivar a los niños a que soplen ringletes o pitos. Hacer burbujas de jabón. Hacer movimientos de chasquido con la lengua, levantándola hacia el paladar. Se le explica al bebé que así hacen los caballos al caminar. Los adultos deben hablarle siempre muy claro al bebé. Nunca utilizar diminutivos.
Decirle el nombre de cada objeto. Llamar al niño por su nombre desde que nace, no el bebé o el nené. Hablarle de frente y muy claro. Si el niño habla con señas, acompañar la seña siempre de la palabra que él está omitiendo. Es decir, si él señala el carro para que se lo alcancen, el adulto le debe decir: "toma el carro'. No aceptar que el niño se acostumbre solo a señalar los objetos para que se los alcancen”.
¿Cuáles son los síntomas de que el niño no avanza?, se pregunta la autora, como asimismo expresa otras inquietudes que, a continuación, contesta. “ El niño que solo utiliza lenguaje gestual para comunicarse. El que no obedece ni comprende las órdenes. El que no reacciona a los sonidos. El que a la edad de los 12 meses no maneja sólidos, ni mastica y, por tanto, no tiene fortalecido sus músculos utilizados durante el habla. El que no busca comunicarse con su medio familiar. El que no establece contacto visual para comunicarse. ¿Dicen que un niño entre 1 y 2 años debe decir 50 palabras? No son la cantidad, sino la calidad.
La importancia está en que el menor utilice palabras que son entendidas. Además, que en su repertorio diario incluya más palabras. Pronunciar la ere. ¿Cómo ayudarlos? Es importante aclarar que esta letra los niños la empiezan a incluir en su vocabulario a partir, más o menos, de los 4 años, porque se necesitan unos movimientos especiales de la lengua que ellos aún desconocen. Sin embargo, la letra ele, que es antecesora de la ere, servirá de guía. Si a los 3 años no pronuncia la ele, probablemente tendrá problemas con la ere. ¿Son efectivas las terapias? En las terapias del lenguaje, como en todos los tratamientos, lo importante es tejerle al niño una red de apoyo: la familia, la fonoaudióloga, la profesora del jardín y el niño. Del trabajo en conjunto dependerá el resultado del menor”.
De acuerdo con estas consideraciones efectuadas por especialistas en terapia del lenguaje y en fonoaudiología, nos queda claro cuáles son los mejores procedimientos para asegurarnos que el niño tenga una buena formación básica, muy necesaria para su futuro, con el objeto de que logre un manejo apropiado de su lenguaje en distintas circunstancias comunicativas.