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12 DE Julio 2014 - 01:25
Parte importante del presupuesto nacional está destinado al sector educativo; nos jactamos a nivel país diciendo que somos una de las economías que más invierte en este sentido, lo cual está bien: aproximadamente el 6% del PBI va destinado a este sector; inclusive establecido por ley; a nivel latinoamericano, Argentina tiene uno de los gastos públicos en educación más altos; sobre 19 países de la región ocupamos el quinto lugar: invertimos más que Brasil; Chile; México y Uruguay por ejemplo; localmente esto se repite; escuchamos de nuestros dirigentes las importantes inversiones que se hacen por la educación: infraestructura; ampliación de jornada; mejora en los sueldos docentes; más escuelas; etc.
¿Es eficaz el Gasto Público que se dedica a la Educación?
Por los resultados pareciera que no. La prueba PISA 2012 nos da algunos claros mensajes en este sentido; recordemos que esta prueba es internacional y evalúa los conocimientos de nuestros estudiantes (y los de varios países) en matemática, lengua y ciencias. Analizando los informes de Unesco en base a los resultados de las últimas evaluaciones se nota claramente que no hemos mejorado (desde la primera prueba en el año 2000) en ninguna de las tres áreas antes mencionadas; en lectura ocupamos el lugar 61 entre 65 naciones evaluadas; 2 de cada 3 estudiantes tienen bajos niveles de conocimiento en matemáticas. ¿Cómo explicar que con tan importante nivel de gasto nuestros adolescentes tengan tan bajo nivel de conocimiento?
La prueba Pisa no es determinante pero nos está marcando una referencia importante; también deberíamos hablar, por ejemplo, de “equidad” o su contracara: la “inequidad en la educación” ya que siempre esperamos que la oferta educativa cumpla con la expectativa de revertir las desigualdades sociales de origen y no que las reproduzca; estas se reflejan nítidamente, por ejemplo, en los datos de deserción, los años de escolaridad, la dificultad para obtener un empleo y la calidad diferente de educación que reciben los diversos estratos sociales.
Estudios de la Cepal indican que tener la secundaria completa no garantiza un empleo pero, a la vez, las cifras muestran que el que no la tenga está virtualmente condenado a ser pobre. Ahora bien, es interesante preguntarse las causas por las cuales los jóvenes desertan del secundario, repiten o muestran un nivel de rendimiento bajo. En las respuestas a estos planteos, también encontraremos otros determinantes de la situación de la educación en las cuales también hay que trabajar.
Mas tiempo en la escuela: este es uno de los lineamientos de la política educativa actual en Salta. Evidentemente es una importante inversión la que se está realizando en este sentido, principalmente con un claro contenido social. Entonces ¿por qué los rendimientos de los alumnos siguen bajos? Porque probablemente el problema no es cuánto tiempo se permanece en la escuela, sino con qué conocimientos se sale de ella. Y es aquí donde los temas relacionados con la calidad educativa adquieren una importancia fundamental el cual seguramente es el desafío principal que tiene Salta por delante.