¿No es una buena época para olvidarse de las dietas y pasar unos buenos ratos compartiendo huevos de Pascua? Pero... no van a ser buenos momentos si es que recorremos confiterías, supermercados y pastelerías. En ocasiones pueden ser muy costosos y la calidad del chocolate o las sorpresas en su interior pueden no ser las esperadas. Una forma original, creativa y económica de resolverlo y sorprender a nuestra familia es preparar los tradicionales huevos de Pascua en nuestra casa, como se acostumbrava antes. De todas maneras, se informa que en el país se comen para estas fechas 5.000 kilos de chocolate, cifra que pasa a conformar los tres kilos per cápita que se consumen en la Argentina en un año.

Recordemos que el chocolate es un antidepresivo, que cuida el corazón y que comer una barra de chocolate, tiene efectos placenteros similares a los de un beso, pero que duran mucho más.

Las cantidades están calculadas para obtener 12 huevos chicos, o bien cuatro huevos grandes, de acuerdo al tamaño del molde que hayamos conseguido. Una vez terminado el huevo, dejamos librada la decoración a la creatividad de cada uno. Necesitaremos un kilo de chocolate, cobertura de buena calidad, confites, caramelos, chupetines y juguetitos. Glacé real con cinco claras de huevo, 1.250 gramos de azúcar impalpable, jugo de un limón. También vamos a precisar moldes de huevos de Pascua o figuras, mangas y boquillas, pincel de cerda fina. Antes de usar los moldes los limpiamos con un papel de cocina en seco y los secamos muy bien.

Por último, les pasamos un paño limpio humedecido en alcohol y un paño seco. Esto libera a los moldes de la grasitud que puede hacer que el chocolate quede adherido en el molde y se pegue.

Picamos 800 gramos del chocolate cobertura en trozos medianos en un recipiente que sirva para llevarlo a baño María. Mantenemos el fuego bajo para evitar que el chocolate se espese. Lo derretimos revolviendo sin parar. Retiramos del fuego y sumamos los 200 gramos de chocolate restante. Mojamos el pincel en el chocolate y pincelamos el interior del molde del centro hacia fuera.

Llevamos el molde a la heladera, hasta que el chocolate coagule. Retiramos y aplicamos otra mano. Llevamos a la heladera por 25 minutos.

Después limpiamos bien las aletas del molde con una espátula plástica y presionamos con la punta de los dedos en el borde más ancho. El chocolate ya moldeado sale fácilmente. De no ser así se vuelve a colocar en la heladera unos minutos más. En una de las mitades ponemos un poco de confites o sorpresas. Unimos las dos mitades con un poco de chocolate.

Para decorar hacemos una guarda de glacé real con una manga de pico grueso por todo el borde de los huevos. Con una boquilla fina y glacé rebajado con agua caliente hacemos dibujitos alusivos o escribimos mensajes sobre ambas caras del huevo.
Para preparar el glacé real ponemos en un tazón 5 claras de huevo, revolvemos con cuchara de madera, y agregamos de a cucharadas aproximadamente 1 y 1/4 kg de azúcar impalpable hasta lograr una preparación espesa. Después, incorporamos el jugo de limón, colado, y seguimos revolviendo.

Si deseamos un glacé real más blando se añade más jugo de limón. Si se desea más espeso, se incorpora más azúcar. Se conserva tapado con papel film, y para usarlos después como para hacer un baño de torta lo rebajamos con agua caliente. 

Recordemos que comprar buenos productos tiene sus propios beneficios. Con el chocolate en particular sucede que cuanto más puro es el cacao, más beneficios provoca en el cuerpo. Además, es antioxidante, antiestresante y tiene teobromina, un estimulante natural que mejora el humor y combate la depresión.