Momentos de extrema tensión se vivieron entre el domingo por la noche y la madrugada de ayer, cuando al menos 17 hombres detenidos en la comisaría 20 de San Ramón de la Nueva Orán decidieron sublevarse y llevar a cabo un violento motín. Los internos pertenecen a las celdas 2 y 3 donde hasta ayer estaban alojados 26 detenidos.

Según fuentes de la fuerza de seguridad, la reacción se desató a raíz de la supuesta mala alimentación que recibirían en el lugar. Enfurecidos, en medio de la noche se alzaron en un violento motín. Hubo colchones quemados, policías heridos y se dio el secuestro de varias puntas hechizas.

Según fuentes policiales, luego del motín causado por los presos, nueve de ellos serán imputados hoy. Les caerá el peso de la ley bajo la carátula de daños calificados, resistencia y daños a la autoridad.

Durante los desmanes, cuatro policías resultaron heridos, quienes en la tarde radicaron las denuncias correspondientes y señalaron a los cabecillas del alzamiento en el interior de la dependencia.

Según averiguó El Tribuno, uno de los hombres encargados de liderar el motín sería un tal "Chuchi Quintana", quien habría estado involucrado en otros hechos, e incluso habría denunciado torturas en la cárcel de la ciudad norteña.

Fuentes policiales señalaron que se trata de un detenido complicado. "Está permanentemente viendo qué puede hacer para denunciar a los efectivos y denunciarlos por supuestas torturas", expresó la fuente.

Por la tarde de ayer, el juez de Garantías número 1 ordenó el traslado de los presos que participaron del motín. Tres serán ubicados en la Unidad Carcelaria de Orán, y el resto serán distribuidos en las comisarías 24, 25, subcomisaría 9 de Julio y la subcomisaría de Aguas Blancas.

No es la primera vez que la comisará 20 está bajo el ojo de la tormenta. El año pasado, a raíz de una investigación llevada a cabo por la Fiscalía Penal 1, descubrieron que facilitaban sustancias prohibidas y otros elementos tales como un celular, cuchillos, puntas, encendedores, tijeras, piezas de tijeras, pastillas, pipas y marihuana. Por ello, varios policías fueron apartados y se les abrió una causa judicial y un sumario.

Como consecuencia de este y otros hechos ocurridos en esa comisaría, en los últimos meses el personal policial y de seguridad del lugar fue más estricto, por ejemplo, con el ingreso de alimentos, una de las metodologías utilizadas para hacer pasar sustancias prohibidas. Dichas restricciones habrían molestado y exacerbado el ánimo de los detenidos.

Poca comida

Según explicó Miguel Velardez, jefe de Prensa de la Policía de Salta, "los hechos comenzaron el domingo a la noche después de las 23, con los detenidos en las celdas 2 y 3, unos 17 hombres. Se quejaron por la cantidad de comida recibida en el último tiempo".

"Personal de custodia se comprometió a elevarlas para ver si se podía hacer algo y calmarlos. Sin embargo, quedó en evidencia que no era la única intención que tenían", apuntó.

Al cabo de algunos minutos la tensión fue subiendo en el lugar, los presos se pusieron violentos y comenzaron a arrojar distintos elementos, entre orina, palos de limpieza hasta que decidieron provocar un incendio. "Calentaron los focos con papeles intentando prender fuego, frente al malogrado intento rompieron la parte del tendido eléctrico y se apagó la luz y finalmente pudieron provocar un incendio. De inmediato se pidió apoyo para controlar la situación", expresó Velardez.

En total había 26 detenidos en esa dependencia, de los cuales 17 -de las celdas 2 y 3- decidieron sublevarse contra las autoridades y llevar a cabo un motín. "De los detenidos, dos fueron trasladados con lesiones uno en la boca, que no quiso ser atendido, y el otro por abdomen agudo producto de algún golpe. Según informaron, tenía antecedentes de una hernia inguinal", aportó Velardez.

En medio de la revuelta y el desorden causado por los sujetos detenidos, efectivos policiales ingresaron al lugar y, además de lograr frenar el motín, también secuestraron distintos elementos entre los que se encontraron puntas hechizas.

De esa forma, serán distribuidos a diferentes lugares, incluso tres irán a la cárcel de Orán, y nueve serán imputados hoy.

Combo perfecto

Falta de control en las dependencias policiales, en las cárceles de la provincia, muchas de ellas colapsadas, los problemas entre los detenidos y el personal encargado del orden y la reinserción de los presos al sistema conforman un combo complejo, y difícil de solucionar.

A ello se sumó en los últimos meses un estricto control en situaciones como el ingreso de alimentos u otros objetos que antes pasaban sin mayores inconvenientes, en muchos casos con sustancias ocultas entre los paquetes.

En mayo del año pasado, después de una pelea de dos detenidos, la Justicia ordenó llevar a cabo una requisa en la comisaría 20 de Orán. Encontraron un celular con conexión a Wi Fi del destacamento, un bol con marihuana, una llave que se comprobó abría el candado de acceso a las celdas y en la memoria del celular había fotografías de los detenidos ingiriendo bebidas, presuntamente alcohólicas. Al menos 18 efectivos, dos oficiales, fueron imputados.

Trasladados a otras dependencias

De los 17 detenidos hasta ayer en la comisaría 20, encargados de alzarse con el motín, nueve serán imputados hoy por “daños calificados, resistencia y lesiones a la autoridad”. Además, serán redistribuidos a distintos lugares donde seguirán privados de la libertad, tres de ellos irán a la Unidad Carcelaria de esa ciudad, el resto será trasladado a las comisarías 24, 25, subcomisaría 9 de Julio y subcomisaría de Aguas Blancas. Los hechos comenzaron con fervientes pedidos de los hombres detenidos que pasaron a ponerse más violentos hasta llegar a amotinarse, entre las celdas 2 y 3, provocando un incendio en el lugar y lesionando al personal policial. Otro hecho más que se produce en el interior de esa dependencia donde el año pasado, tras una requisa, la Justicia imputó a dos oficiales y más de 10 cuarteleros.