Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
Las principales consecuencias que el humo de tabaco puede ocasionar en los niños son sibilancias, tos crónica, asma, neumonia y otitis.También aumenta el riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante, que es la principal causa de muerte en el primer año de vida.
4 DE Junio 2017 - 09:51
Los cuadros de asma y sibilancias aumentaron aproximadamente un 5%, y en la mayoría de los casos afectan a niños fumadores pasivos. Sin embargo, los riegos se extienden más allá de la inhalación del humo porque, una vez que el cigarrillo se apaga, las sustancias tóxicas perduran en todo tipo de superficies, desde los muebles hasta las paredes. Así lo explicó Natalia Escobar, pediatra de Swiss Medical Center. quien explicó que "entre el 40% y el 50% de los chicos están regularmente expuestos a humo de tabaco, principalmente de padres fumadores y/u otros miembros del hogar".
Escobar detalló que el humo ambiental del tabaco (de segunda mano) que convierte a quienes no fuman en fumadores pasivos "es un enemigo conocido por muchos, al igual que los daños que ocasiona en la salud, pero muy pocos saben que también existe el humo que no se ve, el llamado de tercera mano".
"Se trata de la mezcla invisible de gases y partículas que –una vez apagado el cigarrillo-, permanecen adheridas al pelo y la ropa de los fumadores, y quedan pegados a los muebles y a las alfombras o tapizados, en los electrodomésticos, en los juguetes, etc. Estos materiales absorben las toxinas que se encuentran en el humo del tabaco y que se liberan gradualmente nuevamente. Los niños son los más perjudicados al estar en contacto con objetos que suelen poner en su boca y con superficies contaminadas cuando gatean o juegan en el piso", indicó la pediatra.
La especialista señaló que las sustancias tóxicas "incluyen metales pesados, toxinas e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer hasta dos semanas después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando".
"Si los niños están expuestos al humo y/o partículas del cigarrillo, después de un cuadro viral (por ejemplo, la bronquiolitis) es muy probable que sigan sibilando, lo mismo ocurre con la gravedad en los cuadros de asma. Cada año, se evidencia un incremento aproximado del 5% en la cantidad de niños con asma y/o sibilancias y cuando indagamos, la mayoría de esos chicos conviven con uno o ambos padres fumadores", añadió.
Las principales consecuencias que el humo de tabaco -ya sea de segunda o tercera mano-, puede ocasionar en los niños son:
"A su vez, muchos niños que han sido expuestos al humo de segunda o tercera mano, durante la adolescencia podrían tener menor función pulmonar y se considera que la exposición al humo de segunda mano también podría relacionarse con la alteración en el comportamiento", manifestó Escobar.
Fumadores desde el vientre materno
La pediatra puso de relieve que los hijos de las mujeres que fuman durante el embarazo "tienen 4 veces más riesgo de padecer muerte súbita, y en el caso de aquellas que son fumadoras pasivas, el riesgo de muerte súbita del bebe aumenta al doble".
"Es difícil que las madres adolescentes que crecen en un contexto vulnerable conozcan los riesgos de fumar estando embarazadas. Además, faltan más campañas y publicidad de concientización sobre las consecuencias del tabaco", agregó la médica.
Escobar señaló que durante el embarazo, "el tabaquismo pasivo puede ocasionar mayor riesgo de muerte fetal, bajo peso al nacer, anomalías congénitas y desarrollo de sibilancias y/o asma".
"El monóxido de carbono, la nicotina y otras sustancias tóxicas (mercurio, cadmio o plomo, entre otros) pasan al feto a través de la placenta, reducen la llegada de oxígeno, aceleran su ritmo cardíaco y alteran el crecimiento y el desarrollo normal de algunos órganos como los pulmones. También disminuyen la circulación de sangre por la placenta, recibiendo el feto menos nutrientes, alterando así el desarrollo cognitivo e inmunológico y aumentando la predisposición a enfermar", indicó.
Según un artículo de la revista European Respiratory Journal, con cada exposición al humo del tabaco aumentan las probabilidades de problemas respiratorios en el recién nacido. Cuando la progenitora es fumadora pasiva, el riesgo de sibilancias incrementa en un 11%. Si al nacer, el niño continúa sometido al humo del cigarrillo, el porcentaje asciende al 29%. En el caso de que la madre hubiera sido fumadora activa, el riesgo salta a un 74%.
"Es fundamental que los adultos conozcan el daño que pueden producir en los niños al fumar, ya no importa si es dentro o fuera de la casa, porque sabemos que las partículas dañinas para la salud quedan impregnadas, no sólo en el fumador, sino también en la casa en distintas superficies. Los padres deben ver al tabaquismo como un problema para sí mismos, y concientizarse del daño que se les generan a sus hijos", comentó.
El humo de tabaco, asesino mundial