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La historia publicada por El Tribuno del Ing. salteño Ernesto Paz (47) dando clases con la pequeña hija de una de sus alumnas en brazos, mientras ella realizaba un examen tuvo amplia repercusión en todo el país. El docente contó acerca del abordaje y la contención que brindan los docentes ante este tipo de situaciones.
22 DE Noviembre 2018 - 10:47
La historia del ingeniero agrónomo salteño Ernesto Paz (47) dando clases con la pequeña hija de una de sus alumnas en brazos, mientras ella realizaba un examen se viralizó en todo el país.
Se trata un ingeniero agrónomo, ex estudiante de la Universidad Nacional de Salta, quien tiene a su cargo materias científicas y de laboratorio en la Escuela de Educación Técnica 3.103 “Eduviges Romano de Leal”, de la ciudad de Rosario de la Frontera. En diálogo con El Tribuno, contó su experiencia y el trabajo de contención que también realizan los docentes dentro de las aulas.
Algunos opinan -los menos- que cuidarle el bebé a una alumna es fomentar la maternidad adolescente. ¿Qué opinas de esta perspectiva?
En la institución no nos limitamos a brindar solo el contenido estrictamente técnico. Los docentes abordamos desde un principio lo que hace a la educación sexual, la prevención del embarazo adolescente. Tratamos la temática de forma seria y responsable desde que ingresan. Pero aún así, luego de explicarles los pro y los contras, las cosas suceden.
En este sentido, antes que nada hay que analizar la situación social complicada de la que proceden, el contexto. Muchas veces buscan llenar algún vacío que sienten en sus vidas, y algunas lo hacen con un bebé. Es así que los chicos llegan en momentos complejos, en una etapa en la que deben abocarse a los estudios. Es decir, que una vez que falló la prevención, es una actitud humana el contenerlas para que logren terminar el secundario, para que cuenten con una herramienta para superarse.
No podemos hacerlas sentir mal o discriminarlas por haber sido madres jóvenes. Lo que hay que hacer es enseñarles a que vean la vida de otra manera, porque surgen nuevas responsabilidad: ya no es la escuela solamente, es también el bebé y todo lo que esa nueva vida conlleva
En sus años como docente ¿nota que se incrementó el número de madres adolescentes en las escuelas?
Sí, es notable. Son muchos los factores, pero el principal es el contexto social. Muchos estudiantes forman parte de familias ensambladas que algunas veces no pueden contenerlos como les gustaría. También pasa por una cuestión cultural. Las historias tienden a repetirse. Recuerdo que en varias ocasiones les pregunté a algunas estudiantes qué les habían dicho en casa cuando se enteraron que estaban embarazas y me contestaron que las madres lo tomaron con mucha normalidad y con mucha alegría. En ciertos casos algunas de esas alumnas son hijas de mamás adolescentes.
Los embarazos se dan desde los 13 años para arriba. No hay que naturalizar la situación, pero lo que hay que hacer es contenerlas. Es mi humilde opinión. No digo que lo que hacemos -los docentes- está perfecto, en mi caso tengo los oídos abiertos a escuchar. Lo que me sale es prevenir, contener y actuar como un ser humano.
Las estudiantes mamás que tuvo como alumnas ¿terminaron el secundario o continuaron con estudios superiores?
Es evidente que la contención les sirvió, porque muchas terminaron el secundario. Eso es algo importantísimo, porque no desertaron. Necesitaban de ese apoyo para concluir con sus estudios. Otro tanto continúa capacitándose.
El caso de una ex alumna, simboliza el esfuerzo que ponen para superarse. Egresó de la Técnica hace unos años y por cuestiones familiares tuvo que hacerse cargo de sus tres hermanitos, más su propio hijo. Ella está estudiando un profesorado y a la vez trabaja. Va lento, pero le pone muchas ganas y avanza. Esa es la situación de muchas chicas, que pese a los inconvenientes, a los escollos que le presentó y les presenta la vida tienen ganas y fuerzas para seguir adelante. Solo requieren de un apoyo, de la actitud humana y comprensiva del entorno para superarse, y eso es lo que hacemos desde el colegio. Mi caso se conoció por la fotografía que subieron los chicos a internet, pero lo cierto es que somos muchos los docentes que hacemos lo mismo, que nos preocupamos y nos ocupamos de la persona. Los alumnos no son un número más. Los abordamos desde su complejidad.
¿Qué repercusión tuvo la noticia en Rosario de la Frontera?
A la gente le cayó muy bien. La comunidad está feliz. Lamentablemente, de Rosario de la Frontera se dan a conocer solo noticias tristes. Esta vez la gente lo tomó como algo muy positivo. Eso es algo que nos alienta a todos. Al igual que las chicas, somos una comunidad que también necesita de un apoyo para salir adelante y desarrollarnos.