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A las farolas se les puede colocar lámparas led: una de 120 vatios reemplaza a una antigua de 250 vatios. Jan Touzeau
Andrés Brencich es ingeniero en Electrónica y estudia los avances de la tecnología en iluminación.
19 DE Mayo 2018 - 23:50
Quien pasa caminando por Santa Fe 170, en Salta capital, puede ver el producto que Andrés Brencich (59) desarrolló tras años de estudio y trabajo. En la parte superior de su negocio se descubre una luminaria que colocó en 2011 con seis lámparas led de 80 vatios, que siguen intactas, a pesar del paso del tiempo.
Este fue el primer producto que Brencich puso en el espacio público y lo dejó a la intemperie para demostrar, a quien quisiera ver, que un led de buena calidad soporta los cambios del tiempo y no necesita de una tulipa que la proteja.
Desde entonces, el ingeniero en Electrónica, graduado de la Universidad Nacional de Tucumán, colocó con su empresa -Ledeel- más de 1.800 luminarias en distintas localidades del país y contó, orgulloso, que ninguna se quemó.
“Nosotros estamos con tecnología led desde el año 2010 y con electrónica desde 1986. Es una trayectoria muy grande en Salta pero, por esas cosas de la vida, uno trabaja más afuera que en su propia provincia”, relató Brencich. Los únicos municipios salteños en los que trabajó, por contrato, son El Tala, Iruya y El Jardín. La mayoría de su trabajo se desarrolló en Córdoba, en Buenos Aires y en Tucumán.
Lo llamativo es que este ingeniero, que siempre trabajó como emprendedor, propone a los municipios ahorrar más de un 30% del presupuesto, si utilizan las luminarias viejas que tienen para instalar los módulos que fabrican ellos con lámparas led traídas desde Suiza.
A fines del año pasado, en Libertador General San Martín, Jujuy, los profesionales de Ledeel capacitaron al personal del municipio, que se encargó de bajar las luminarias viejas e instalar los módulos fabricados por la empresa salteña. Así, la comuna se ahorró el 38% de lo que hubiera gastado si compraba luminarias nuevas y cuenta con una garantía de dos años con led de primera calidad. En 2016, en El Jardín, provincia de Salta, hicieron lo mismo. En cambio, en El Tala y en Iruya los técnicos de Ledeel colocaron directo las lámparas fabricadas por la empresa.
Lo bueno de reutilizar
Brencich alertó, en diálogo con El Tribuno, sobre la importancia de reutilizar las luminarias instaladas en las ciudades y pueblos. Observó que, si hicieran así, los municipios ahorrarían energía y darían mano de obra genuina y capacitada. Consideró que esto, además de ahorrar un gasto público innecesario, permitiría que no se tiraran miles de kilos de aluminio que contaminan o que se malvenden por unos pocos pesos.
“Están llenando contenedores con aluminio que contamina sin uso alguno. Nosotros tratamos de que los municipios puedan, con el mismo aparato que está en la calle, usar la tecnología led, ya que este sirve para eso”, aseveró. Sin embargo, lamentó que muchas empresas usan las luminarias viejas de los municipios y colocan lámparas led de mala calidad con poca vida útil.
Brencich estimó que una luminaria sola sale entre 2.500 y 3 mil pesos y que los municipios, si las venden para reciclar el aluminio, obtienen 40 pesos por aparato ya que el kilo vale alrededor 8 pesos y cada equipo pesa entre 4 y 5 kilos. “Si colocaran un módulo led en una luminaria vieja, ahorrarían un 32% del valor de la luminaria”, insistió.
“Lamentablemente la Provincia no está en condiciones de tener una planta que depure los productos electrónicos que ya no sirven. Por eso, nuestra empresa tiende a que los módulos led que fabricamos se implementen en las viejas luminarias para no tener que tirarlas porque, si no, afecta al medioambiente”.
Los técnicos de Ledeel capacitan al personal de los municipios con los que trabajan para que el personal del área de electricidad esté capacitado para implementar sus módulos de led en las luminarias viejas. “Realmente lo que queremos es que los municipios generen mano de obra”, reconoció.
Lo barato sale caro
Brencich relató que sus productos tienen todas las prestaciones técnicas que el INTI requiere porque son “certificados y homologados”. “Nosotros entregamos el producto con carpeta técnica y prueba de laboratorio para que un municipio o una empresa tenga la seguridad y la garantía de que el producto no va a fallar”, declaró y contó que dan dos años de garantía por sus productos.
“El producto nuestro no es barato pero tampoco es caro y es de muy buena calidad”, reconoció Brencich. “En este momento debe haber 4 o 5 firmas que fabrican led pero las serias no vienen al país. Las empresas serias con productos buenos no entran al país porque el producto bueno es más caro que el producto chino”, manifestó.
“Las luminarias chicas de origen chino se pueden conseguir a 4.500 o 5 mil pesos pero las entregan sin pruebas de laboratorio, sin garantía y, en muchos casos, entregan certificados de garantía de otros productos”, observó Brencich.
Las luminarias chicas de Ledeel de 120 vatios, para calles, cuestan 320 dólares. Las grandes de 150 vatios, para avenidas, valen 547 dólares. “Una luminaria grande, que vale más de 13 mil pesos, si lo hace un municipio con luminarias viejas, paga entre 9.500 y 10 mil por cada una. Si en 10 cuadras entran 40 luminarias, se ahorran 120 mil pesos”, calculó.
Sobre los led chinos
En diálogo con El Tribuno, Brencich cuestionó la calidad de los led de origen chino, que se colocan en muchas ciudades de la Argentina por su relativo bajo costo: “Los chinos bajan la calidad para entrar a un país. A ellos no les importa la calidad, sino vender el producto, que funcione 3 o 4 meses y después se compra de vuelta”. Por eso, explicó que en el mercado hay luminarias de 3 mil, 4 mil o 5 mil pesos, con obsolescencia programada, es decir, el fin del uso de un artículo calculado de antemano por el fabricante para aumentar su venta y consumo.
En su negocio, el ingeniero exhibe los productos chinos para mostrar las diferencias con los que fabrican en Ledeel. Explicó que en los módulos chinos todos los led están en red, por lo que, cuando se quema uno, empiezan a apagarse todos. En cambio, en los módulos hechos por ellos, los led son independientes: si se quema uno, los demás siguen funcionando y se puede reemplazar solo el que está roto. “El producto chino es desechable. Si se quema el módulo, va a la basura”, expresó.
“Nosotros compramos los productos chinos para que la gente vea la calidad china y la nuestra en iluminación. Un reflector de 50 vatios chino, al lado de uno de 40 vatios de led, parece un tucu tucu”, dijo en referencia al insecto que emite luces. Reconoció que muchas personas, empresas y municipios compran el producto chino porque es más barato. Mientras el chino cuesta 1.140 pesos y a los dos o tres meses se quema, el de Ledeel vale 4.250 pesos y tiene calidad y duración garantizada.
“Nosotros trabajamos todo con led de primera marca. Tratamos de ser sinceros y decir la verdad. Si quieren el producto chino, se lo vendemos pero no les damos garantía. Por el producto nuestro firmamos la garantía”, aseguró.
¿Y en Salta?
Brencich contó que presentó en la Municipalidad de Salta y en todas las comunas de la provincia carpetas con los productos que elabora Ledeel. Sin embargo, nunca obtuvo respuestas. “Sería interesante que el intendente (Gustavo Sáenz) nos atendiera para que le explicáramos cómo es la situación. No se trata de comprar el aparato, ir, colocarlo y sacar el viejo. El led no es tan sencillo. El personal tiene que tener una cierta preparatoria para saber cómo lo va a usar y qué fines va a tener”, alertó sobre la campaña de instalación de luminarias led que lleva adelante la comuna desde la Secretaría de Ambiente y Servicios Públicos.
“Nadie es profeta en su tierra. No cabe en mi mente que una persona que quiera iluminar o quiera saber del tema no se acerque y pregunte. Fui a pedir audiencia al intendente sin éxito y en Tucumán me recibió el gobernador. Manzur va a iluminar Trancas con nuestro producto”, comentó orgulloso.
Brencich alertó que a partir de 2020 solo se producirá led y que se dejarán de desarrollar las lámparas de vapor de sodio y de mercurio, que son las que se encuentran en las calles de la ciudad. “El led consume menos, no contamina, no usa mercurio ni otros químicos que produzcan malestar al medioambiente”, analizó y observó que una lámpara de vapor de sodio consume cinco veces más que un led de 50 vatios. Además, éste dura 50 mil horas, es decir, entre 5 y 6 años.
Si bien algunas personas compran lámparas led para sus casas, Brencich consideró que muchas desconocen la potencia de esta tecnología y el ahorro de energía que puede lograr. “Una lámpara led se puede usar en cualquier sistema de iluminación para la casa. Si usted tiene una lámpara de 100 vatios en la casa, la puede cambiar por un led de 20 vatios pero fíjese en la etiqueta del producto: si es una luz cálida o fría y los lúmenes que tiene”, señaló y explicó que el lumen es la capacidad que tiene el led, a una determinada altura, para iluminar un área específica. “Por ejemplo, una lámpara led de 3 mil lúmenes significa que, si la coloco a tres metros de altura, va a iluminar un área de 10 metros con una capacidad para hacer una buena lectura”, aportó.
“El led es un producto nuevo para nosotros pero muchas provincias usan hace rato esta tecnología”, dijo y reveló que en 2010, en Córdoba, la gente ya usaba lámparas led en sus domicilios. Brencich consideró que los arquitectos deberían capacitarse en este tipo de iluminación: “Tendrían que estudiar bien el tema cuando van a hacer un cálculo de luminotecnia para cierto edificio o para cierta fábrica. No es tan sencillo y hay que preguntar. Si no, después te das cuenta de que colocaste luminarias que no sirven por falta de conocimiento”.
Camino de aprendizaje
En Ledeel se interesaron por la tecnología led en 2004. Hicieron cursos en Brasil, en Perú y en Chile y un posgrado en España sobre este tema. A partir de entonces, la empresa de origen suizo “Lustrous Techonology” los invitó para que trajeran el producto Lustron al país. “Es de muy buena calidad, de alta gama, con todos los requerimientos que se necesitan para la iluminación pública”, garantizó Brencich.
Los led Lustron son los únicos elementos que importan en Ledeel para fabricar sus productos de iluminación. Todo lo demás proviene de la industria argentina. “En este momento lo único que importamos es el led. Toda la tecnología electrónica que hace funcionar el led se produce en el país.
Hacemos esto para generar mano de obra”, confesó Brencich. “El problema que tiene nuestro país es la escasez de mano de obra y, sobre todo, de mano de obra genuina”, precisó.
El ingeniero analizó que en el país hay más de 4 millones de luminarias que se compran en el exterior de marcas que son de tercera categoría. “No son led de producción buena, con las que tecnológicamente no habrá problemas en el futuro. En el país se está demostrando que estas vienen con problemas que no los pueden solucionar”, sentenció.