Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
El pilar está en Salta para disfrutar de unas semanas de vacaciones tras lograr el campeonato de la Premiership inglesa jugando para el Saracens. En la charla con El Tribuno habló sobre su presente, Los Pumas y su nuevo rol de padre. m
2 DE Junio 2018 - 22:25
Juan “Chipi” Figallo cerró el sábado pasado una temporada especial con la conquista del título de la Premiership jugando para el Saracens, tras vencer en la final a Exeter por 27 a 10. Disputó todos los partidos y tras semejante esfuerzo llegó el tiempo de las vacaciones y Salta es el lugar elegido. El pilar dialogó con El Tribuno sobre la temporada 2017-2018, también sobre su rol de papá tras el nacimiento de Baltazar en 2016 y de Francisca este año, y sobre la posibilidad latente de volver a vestir la camiseta de Los Pumas, la que defendió en los Mundiales de Nueva Zelanda 2011 e Inglaterra 2015.
¿Qué balance hiciste de la temporada que acaba de terminar?
La verdad es que terminé muy contento. Me tocó jugar todos los partidos de la Premiership, jugué muchísimo durante el año y terminar ganando el campeonato fue la frutilla del postre.
¿Cuánto de sacrificio y trabajo hay detrás del título conseguido en la Premiership?
Hay muchísimo, porque cada equipo se prepara para ganar el campeonato, para hacer su buena campaña y nosotros hacemos lo mismo, que es competir contra los trabajos de cada rival. A Saracens se le dio el título no por trabajar más, sino por la eficiencia del trabajo en relación con los resultados.
¿Qué factores influyeron en tu decisión de extender el vínculo con Saracens?
Firmé por tres temporadas. Quiero creer que la parte personal, por un lado, y la de jugador, por otro. Tuve una buena temporada, habiendo jugado muchísimo y siendo parte de la victoria de Saracens para ser campeón también influye. El grupo de entrenadores confía en que yo pueda seguir al mismo nivel estos tres años que siguen.
¿Cómo cuida Saracens a cada uno de sus jugadores?
Por un lado, hay un día menos de entrenamiento; las otras jornadas las prácticas son un poco más largas para darte un día más de descanso. Después, en la parte de kinesiólogos está muy, muy avanzada; a cada fisioterapeuta le asignan un grupo de jugadores y se encarga de ellos. Yo tengo mi kinesiólogo con un grupo más de jugadores, que nos ven durante todo el año y saben todo lo que me pasa. Generalmente en todos los clubes hay dos o tres kinesiólogos y se tienen que repartir y te ve cualquiera. En cambio, en Saracens siempre me ve el mismo kinesiólogo y en ese sentido está muy bueno, porque te conoce, sabe si te duele algo. Después en la parte de la preparación física hay un montón de preparadores físicos; yo tengo el mío, que se encarga de que yo esté bien para jugar.
Más allá del rugby, ¿cómo es tu vida en Londres?
Y ahora de papá. Vuelvo de entrenamiento y me toca darle un poco libre a mi mujer Trini, para que ella vaya al gimnasio y haga las cosas que tenga que hacer. Por mi parte me encanta estar con mis hijos (Baltazar, de 2 años, y Francisca, de tres meses) y por ahí salir a pasear. Hay muchas cosas para hacer en Londres.
O sea que te animás tanto a cambiar pañales como hacerle frente a un scrum...
Exactamente (risas). Es un poco más oloroso el pañal, pero hay que ayudar en casa. Estamos nosotros dos solos y nos tenemos que acompañar.
¿Te cambió mucho convertirte en papá?
Y sí, porque pasas de dejar de ser vos y tu mujer, a tener mayores responsabilidades. Si tenías ganas de una siesta y el pibe no esta durmiendo no hay siesta. A veces necesitas un poco de descanso pero los pibitos van a mil, dando vueltas por todos lados. Sobre todo con la parte del descanso se complica un poco, pero las alegrías que te dan son inmensas.
Del Jockey se retiraron tres grandes referentes como Lucio López Fleming. José Decavi y Nicolás Arias. ¿De qué manera influyeron ellos en el club?
Le dieron muchísmo. Cuando yo subí a primera Lucio ya estaba en su rumbo europeo, pero con la Coneja (Arias) y Josesito (Decavi) juegué varios años. Son realmente lo que es el Jockey, representaron al club durante muchos años. Lucio cuando volvió de Buenos Aires, al minuto se puso la camiseta del Jockey, con toda la experiencia que tenía. La verdad que los tres lo hicieron muy bien.
¿Ves un final de tu carrera jugando en el Jockey?
Falta mucho, habrá que verlo en su momento, me encantaría poder jugar en el club un poquitito más, pero habrá que ver en ese momento como está el cuerpo y como estoy yo. Ya van a ser muchos años de rugby profesional.
¿Siguiendo el rugby por televisión no te dan ganas de ponerte la camiseta de Los Jaguares o la de Los Pumas?
Por supuesto, la de Los Pumas sin dudas. Me muero por jugar en Los Pumas, pero ellos ponen sus reglas y ya está. Si estoy todo el día pensando en eso me come la cabeza. Por mi parte me dedico a jugar, a hacerlo bien, disfrutar del rugby y en algún momento se darán las cosas.
Según rumores, vos y otros jugadores que juegan en Europa tendrán su chance para el Mundial de Japón 2019.
Qué sé yo, había rumores de que jugábamos ahora en junio después el rumor desapareció, y no se sabe nada. Tampoco me ato a los rumores porque nunca se sabe lo que puede pasar. Prefiero focalizar en lo mío ahora en Saracens; si yo juego bien en Saracens y ellos llegan a abrir las puertas supongo que me llamarán, y por eso me concentro en estar jugando bien.
Como hincha, ¿cómo ves la campaña que están haciendo Los Jaguares en el Súper Rugby?
Costó al principio del año, pero ahora en el final de la temporada que vengan así es muy bueno. Ojalá que se les dé para clasificar a cuartos de final; sería algo histórico para un equipo argentino, para Argentina, y después las fases finales es a matar o morir.