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El entrenador de Francia ingresó a la constelación gloriosa de los tres que alzaron la Copa como jugador y como DT.
16 DE Julio 2018 - 00:00
Didier Deschamps tiene fama en Francia de ser un hombre con mucha suerte, pero el DT de los "Bleus" no debe solo a la diosa fortuna el hecho de entrar en la historia del fútbol de ese país, convirtiéndose ahora en la tercera persona en ganar la Copa del Mundo como jugador y como seleccionador.
Tras levantar la Copa como capitán del elenco galo en 1998, Deschamps alcanzó ayer en Moscú la segunda estrella para Francia como entrenador de un equipo plagado de figuras, que superó sin problemas por 4 a 2 a Croacia en la final del Mundial de Rusia 2018.
"No me voy a quejar... aunque seguramente habrá otros mejores que yo", había declarado la semana pasada en conferencia de prensa al ser preguntado por un periodista sobre su presunta buena fortuna, por lo que la prensa francesa representó al técnico a menudo como "un gran gato", el animal al que se relaciona con la buena estrella.
"Se puede decir que tiene buena estrella, pero hay que darle méritos. Aunque un entrenador deba parte de su éxito a la buena suerte, es él quien diseña el equipo", advirtió el ex internacional Alain Giresse en una entrevista a la agencia AFP tras la victoria contra Bélgica en semifinales (1 a 0).
En eso es indudable que el equipo flamante campeón del Mundial Rusia 2018 lleva el sello de DD, como se lo conoce en su país a este entrenador oriundo de Bayona, de 49 años.
Un equipo que se asemeja al jugador que ganó la Copa del Mundo con Francia, la Copa de Europa con el Marsella y que defendió también los colores de Juventus, Chelsea y Valencia, entre otros: ordenado, aguerrido, infatigable, luchador y con mucha ambición.
La actual Francia se destaca sobre todo por su capacidad para defender, incluso los delanteros, que no tienen problemas en retrasar su posición para participar en la "destrucción", como se demostró en los últimos minutos frente a los "Diablos Rojos" belgas.
Más allá de su buena suerte y de sus conocimientos futbolísticos, con los jugadores de Francia el sobresale también por su manera de tratarlos, al conocer perfectamente qué siente un futbolista. "Sabe cómo hablar a los jugadores y llega a dar los mensajes que nos quiere transmitir", dijo de él Paul Pogba el jueves pasado.