Fue una tarde diferente en el comedor El Buen Samaritano. Allí agobian las necesidades y el hambre, pero esta vez se dibujaron sonrisas en 48 niños que festejaron sus cumpleaños gracias a las donaciones que recibieron los vecinos.

El 7 de julio, El Tribuno publicó la crítica situación que afecta a ese humilde centro barrial, ubicado en Floresta. Norma Serrano pidió ayuda a los salteños para poder tener una merienda diferente para los chicos que ganaron un año más de vida durante el primer semestre. En sus casas, a muchos de ellos no pudieron hacerles ni una torta.

Pese al frío, unos cien chicos se juntaron en El Buen Samaritano para agasajar a sus pares. "Gracias a la nota que salió en el diario, varias personas se acercaron y trajeron torta, pan dulce, bizcochuelos y golosinas", indicó Serrano, luego de un día agitado.

Hasta estudiantes universitarios se llegaron para sorprender a los cumpleañeros, de entre seis y 16 años. Se vistieron de payasos para llevar alegría a uno de los barrios más humildes de la capital salteña.

Este año, por la crisis económica, el comedor tuvo que reducir los días de almuerzo. En vez de abrir las puertas las cinco jornadas hábiles, ahora solo están de lunes a miércoles.

El mayor costo de los alimentos impide que en El Buen Samaritano puedan poner carne, fideos y pan los jueves y viernes. Serrano dijo que la decisión se tomó justo cuando se incrementó, además, la cantidad de personas asistidas, de 80 a 120.

En el centro, que funciona en Abel Gómez Rincón 1793, también se sirve la merienda, aunque solo dos veces por semana.

"Nos hace falta carne, verdura y todo tipo de alimentos y colaboración", apela Serrano a la solidaridad de los salteños.

La mujer destacó que en el comedor seis mujeres asisten para colaborar en la cocina, a modo de contraprestación por los planes sociales que perciben. "Nos preocupa la situación económica, hay mucha gente que no tiene plata en su casa para poder comer. Es importante la ayuda de los comedores", advirtió Serrano.