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En Santiago desde temprano comenzaron a llegar los manifestantes a Plaza Italia. Estudiantes, profesores, trabajadores y familias exigen la renuncia del presidente Sebastian Piñera.
25 DE Octubre 2019 - 16:20
A una semana de iniciadas las protestas en Chile, desde temprano comenzaron a llegar a Santiago los manifestantes a Plaza Italia. Estudiantes, profesores, trabajadores y familias exigen medidas concretas del Gobierno que encabeza Sebastián Piñera, mientras se desplazan por la Alameda.
Según los organizadores más de un millón de personas participan en una protesta considerada como histórica en Santiago por su masividad. Es la más importante desde el retorno de la democracia en 1990. Sucede a una semana del estallido social que sacó a la gente a las calles. El disparador fue el aumento en el boleto del subte. Pero desde hace una semana los reclamos abarcan salud, educación y sistema jubilatorio. Los jóvenes fueron los protagonistas de la concentración.
Vestidos con la camiseta de la selección nacional de fútbol. Con la bandera de Chile atada al cuello, como una capa. Con pañuelos o barbijos, preparados para protegerse de los gases lacrimógenos o con máscaras sofisticadas, listos para una masacre. A pie, en grupos; en sus bicicletas. Levantando carteles con estas leyendas: “No más violencia”, “Milicos asesinos”, “Por una nueva constitución”.
Esta nueva convocatoria, que es en contra de las políticas neoliberales del Gobierno, tiene tres peticiones principales, además de la renuncia de Piñera, según acordaron unos 70 movimientos y organizaciones sociales agrupados en la Unidad Social.
Esos puntos, son:
Las marchas se replican en distintas ciudades del país. Los manifestantes exigen la renuncia del mandatario chileno.
En la periferia del Palacio de La Moneda, cerca de las tres de la tarde los locales comerciales bajaron las persianas. Las peatonales y las avenidas principales, como Alameda, se convirtieron en corredores que iban en una única dirección: a Plaza Italia.
“Salimos porque en este país la gente humilde ya no tiene para comer. Esta sociedad es desigual. Hay una minoría muy enriquecida y gobiernan para ellos”, dijo Gisela, que caminaba junto a su familia rumbo a la convocatoria.
Otro que se preparó es Patricio, conserje en un hotel. Dice que antes del aumento del subte, que generó las primeras manifestaciones, los chilenos miraron con atención lo que pasó en Ecuador, donde el reclamo también arrancó por una suba en el transporte público: “Si Ecuador pudo, por qué nosotros no. Allí salieron los trabajadores y los indígenas. Aquí pensamos que cuando (Augusto) Pinochet dejó el poder en 1990 y la Dictadura se terminaba, iban a gobernar para el pueblo. Pero no pasó. Fueron 29 años de aguantar”, dijo a Clarín antes de salir a la Plaza.
El trayecto hasta la convocatoria fue así: banderas mapuches agitadas por conductores, motoqueros con los brazos en alto, manifestantes de a pie al grito de “Chile se despertó”. Una especie de camaradería, un apoyo mutuo. Chile vivió esta tarde su propia comunión.
Había, también, algunos indiferentes: una mujer que se ofrecía al leer el tarot, vendedores de artesanías, repartidores de delivery. El helicóptero militar se hacía ver y escuchar: un vuelo rasante que generó abucheos e insultos.
“Nos cansamos de los abusos, nos cansamos de que la fiesta sea de ellos, del Gobierno, de los políticos. Nos tenemos que endeudar para estudiar. Mi deuda con el Estado para financiar mi carrera es de 24 millones, lo que gana un diputado al mes. Veinte años de deuda para estudiar equivale al sueldo de un político. Basta”, dice Sara. Visten la camiseta de Chile, tienen miedo de que los militares vuelvan a reprimir. El Gobierno sacó a la fuerzas de Seguridad a la calle por primera vez desde el retorno de la democracia.
Por Santander hasta el Parque Bustamante. Por Moneda hasta el Cerro Santa Lucía. Por José Miguel de la Barra hasta Parque Forestal. Son los espacios verdes cercanos a Plaza Italia y al ingreso de Metro de Baquedano. Hacia las cinco de la tarde la zona estaba colmada de gente, la mayoría jóvenes que reclamaban por sus padres: “Por tu pensión de mierda, viejito”, rezaba el cartel que llevó una chica.
Las imágenes aéreas captadas por los reporteros gráficos y camarógrafos desde las alturas lucieron impactantes.
Columnas interminables de personas se veían en las calles que rodean al paseo público, familias completas, solitarios que llegaron a la cita desde todos los puntos cardinales de la ciudad configuraron una manifestación convocada con el sencillo lema de "la marcha más grande de Chile".
Un informe de Carabineros citado temprano por la prensa local calculó a la multitud en medio millón de personas, pero con el paso del tiempo otros reportes independientes, como uno de El Mercurio y otro de La Tercera, subieron esa cifra hasta un millón.
Muchos carteles exhibidos por los manifestantes exigían la renuncia del presidente Sebastián Piñera, mientras otros demandaban la urgente puesta en marcha de medidas para mejorar la situación de los sectores sociales más postergados por el programa económico vigente.
Prácticamente no se vieron carteles de identificación de partidos políticos, pero sí miles de banderas chilenas y hasta emblemas de clubes de fútbol, junto a pancartas con todo tipo de leyendas. Desde los balcones caían papeles blancos y aplausos sobre la multitud, lo cual configuró un cuadro verdaderamente emotivo.
Fuente: videos de agencias y Victoria de Masi para Clarín