Los gimnasios, según la nueva ordenanza, deberán colocar carteles con la leyenda: "Queda prohibida la venta o suministro de medicamentos, productos nutricionales, estimulantes o anabólicos esteroides o la indicación o sugerencia de cualquier dieta que no se encuentre prescripta por un profesional especializado y el expendio de bebidas alcohólicas".

Kripper observó que la norma habla de productos anabólicos, esteroides o farmacológicos y no dice nada de los productos de venta libre, como la proteína o la creatina: "Hay mucha ignorancia y metemos todo en la misma bolsa". Consideró que está bien que la ordenanza prohiba vender los productos que un médico debe recetar, pero que con los productos que son naturales o de venta libre, "no tendría que haber ningún problema". Consideró que sería bueno que esto se especificara en la reglamentación.

Zuccotti observó: "Si en los gimnasios siguen vendiendo esas sustancias, como proteínas y suplementos, tienen que estar asesorados por una nutricionista, que es la única que puede dosificar eso, porque forma parte de la incumbencia de su título".

Losa observó que el control sobre la venta de las proteínas y otros suplementos nutricionales de venta libre "tiene que estar bien especificado".

"Está bien que se controle la no venta de todos estos suplementos deportivos. A la larga, la ingesta de estos productos, si no están bien indicados de acuerdo con el estado nutricional de cada persona, puede llevarlos a problemas de riñón por un exceso de proteínas", expresó la nutricionista.

El subsecretario de Deportes de la Municipalidad, Emanuel Sierra, calificó a la norma como "positiva, porque busca resguardar la salud".

"Desde el Ejecutivo vamos a tener la potestad de firmar convenios para cumplir con el objetivo de la norma y trabajar en conjunto con las organizaciones con personería jurídica para todo lo que sea formación y capacitación de los instructores, ya que para la mayoría es su único sostén de trabajo", dijo el funcionario.