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El fotógrafo estadounidense David Alan Harvey, que ilustró numerosas portadas de la revista National Geographic fue suspendido por la agencia Magnum, en la que trabaja desde hace 30 años, tras haber sido acusado de acoso sexual por al menos once mujeres.
28 DE Diciembre 2020 - 16:27
Hasta ahora, Harvey tenía una reputación profesional impoluta que había construido en los cientos de viajes que realizó por el mundo para radiografiar paisajes inhóspitos y desconocidos. Su leyenda se había agigantado cuando Eastwood decidió retratarlo como el fotógrafo Robert Kincaid, que en una de sus expediciones entabla una fugaz pero inolvidable relación con Francesca, una ama de casa de origen italiano que tiene una existencia monótona junto un granjero de Iowa, con el que se casó cuarenta años atrás.
Toda esa fachada de prestigio y reconocimiento se derrumbó por estos días a partir de la denuncia de once mujeres que lo imputan por acoso en diferentes formas, desde instarlas a participar en videoconferencias donde él acababa masturbándose a convocarlas a su loft de Nueva York, en principio, profesionalmente -para revisar las piezas de algunas fotógrafas jóvenes-, para, una vez allí, presionarlas para tener sexo.
Según escribe la periodista Kristen Chick en una investigación publicada en la Columbia Journalism Review, la agencia Magnum recibió la primera denuncia de esta conducta de Harvey en 2009, pero no actuaron hasta agosto de 2020.
La primera denuncia
Al principio, la agencia retiró de su archivo unas fotografías explícitas de menores prostituidas en Tailandia que habían sido tomadas por el fotógrafo en 1989, pero hasta estos días no había reaccionado a las acusaciones de acoso. La periodista Amanda Mustard publicó entonces un hilo en Twitter en el que denunciaba al fotógrafo y generó una reacción en cadena de otras mujeres que también denunciaron a Harvey.
El grupo de mujeres, identificadas con nombre y apellido, habló con la publicación Columbia Journalism Review y describió por separado patrones de comportamiento similares: Harvey a menudo ofrecía tutorías a jóvenes fotógrafas o las invitaba a ayudarlas, a veces pagando vuelos internacionales para ellas.
“Algunas de las mujeres dijeron que siempre elegía a mujeres de color o que no eran de Estados Unidos -escribe Chick-. Dos mujeres a las que ofreció ser sus ayudantes dicen que se masturbó en videollamadas con ellas sin su consentimiento. Otras dos mujeres describieron casos de abuso físico. Cuatro mujeres describieron tocamientos no deseados de Harvey que las hacían sentir incómodas. Una exasistente dijo que él la presionó para fotografiarla en contra de su voluntad y luego la amenazó con publicar las fotografías”.
Hace tres años, Magnum presentó un nuevo código de conducta: contrató a más fotógrafas y puso al frente a dos mujeres, una como CEO y la otra como presidenta. Sin embargo, recién ahora decidió dar crédito a la acusación de acoso de uno de sus fotógrafos más reconocidos y tras confirmar por votación unánime su suspensión por un año emprendió su propia investigación sobre estas acusaciones.
Los testimonios que hicieron las denunciantes “describen un patrón de comportamiento inaceptable y contrario a los valores a los que aspiramos como colectivo. Sabemos que es difícil hablar y que la sociedad no siempre cree a las mujeres. Si bien nos entristece que estas personas no se sintieran capaces de acudir a nosotros, reconocemos su valentía por dejar constancia”, según aseguró Olivia Arthur, presidenta de Magnum Photos.