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Es el primer club de rugby de diversidad sexual que aún en la pandemia de coronavirus lucha contra la discriminación.
29 DE Junio 2020 - 02:02
Ciervos Pampas, el primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina, se vio forzado a dejar la ovalada por la COVID-19 pero intensificó su lucha contra la “homolesbotransfobia” y las acciones solidarias para ayudar a la comunidad durante la pandemia, explicó su coordinador Caio Varela.
Varela relató en una entrevista por videollamada los comienzos del equipo, la participación de Ciervos Pampas en los torneos organizados por la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) y las acciones que llevan adelante con motivo del Día Internacional del Orgullo, que se celebra este domingo.
“En el papel somos una asociación civil de Derechos Humanos que tiene al rugby como herramienta para el enfrentamiento a la homolesbotransfobia y la promoción de la diversidad sexual”, explicó el brasileño que vive en Argentina hace ocho años.
Varela y sus compañeros se anotaron por primera vez en un torneo oficial de la URBA en 2016.
“En ese proceso de ocupar la cancha nos dimos cuenta de que nos faltó discutir qué éramos nosotros. Ocupar la cancha fue el primer paso de legitimación. No importaba si perdíamos todos los partidos, estábamos ahí, en el mundillo del rugby, en un torneo oficial”, sostuvo Varela.
Entre risas, rememoró que para inscribirse al torneo debieron acreditar un CUIT (Clave Única de Identificación Tributaria) y, como no tenían, presentaron el de una productora de porno gay de un amigo suyo.
“Era lo que había. Ocupamos el espacio desde ese lugar”, dijo Varela, que aseguró que “en términos institucionales” nunca fueron “rechazados ni discriminados”.
“En la cancha obviamente nos hemos encontrado con gente homofóbica y sabíamos que eso iba a pasar cuando decidimos anotarnos, pero era parte de nuestra decisión. Nosotros decidimos participar”, dijo el coordinador del club que hoy reúne a 56 personas y tiene 38 jugadores.
Varela también remarcó que a veces reciben críticas de quienes consideran que los integrantes de Ciervos Pampas se autodiscriminan al crear un espacio destinado a la comunidad LGBT.
“Es una locura. A nosotros la heteronorma nos excluye, nos invisibiliza, nos tortura y después tienen la caradurés de preguntarnos a nosotros por qué queremos reunirnos en un lugar seguro, libre de discriminación y violencia. Nosotros lo que hacemos es sencillo: garantizar el derecho al deporte para todos, todas y todes. Así de cortito, sin muchas vueltas”, afirmó.
En 2017, Ciervos Pampas se convirtió en una asociación civil. “Ahí pasamos a ser un club de rugby con una perspectiva de diversidad sexual, de derechos, con una misión política no solamente de jugar al deporte, con la misión ideológica de luchar por el derecho al deporte libre de discriminación y violencia”, detalló.