Jeremías Olmedo (Ford) hizo todo lo que tuvo a su alcance para ser el campeón del TC Mouras, pero no le sirvió. El autódromo El Villicum de San Juan fue el escenario del desenlace de la Copa de Oro, que finalmente quedó en poder de Marcos Quijada, pero no sin antes sufrir hasta que se bajó la bandera a cuadros.
A pesar de que el piloto salteño no alcanzó el objetivo terminó siendo tercero en la Copa de Oro y segundo de la tabla anual, que le permitió ganarse una de las diez plazas disponibles para correr el año que viene en el TC Pista, la única categoría que lo separa del Turismo Carretera. 
Olmedo afianza su crecimiento en el automovilismo nacional en apenas su segunda temporada en competencias de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC). El año pasado se subió a los autos con techo corriendo en el TC Pista Mouras, donde fue subcampeón y dio el salto al TC Mouras; esta temporada ganó un par de carreras, fue puntero en gran parte del torneo y ya tiene su butaca en el TC Pista.
La última fecha en San Juan definía nada menos que el título de campeón. Quijada contaba con todas las posibilidades por ser el puntero, mientras que Olmedo corría desde el puesto de escolta con la necesidad de recortar los más de 30 puntos de diferencia entre am    bos.
Quijada sufrió todo el fin de semana con sus motores, rompió uno el viernes, otro el sábado y en la final también se quedó sin el impulsor cuando quedaban unas seis vueltas para la meta. Por su parte, Jeremías fue segundo en la clasificación general, pero tras la serie también tuvo problemas con su motor, se vio obligado a cambiarlo y eso prácticamente sepultó sus chances de ser campeón.
La final la largó desde el último puesto, pudo remontar hasta el puesto doce, pero no le alcanzó. Por su lado, a Quijada le sobró con el colchón de puntos que tenía para ser el campeón del TC Mouras, a pesar de no haber concluido la final en El Villicum.