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La banda británica Coldplay brinda un espectáculo que rebasa lo musical.
El martes la banda británica habrá roto un récord: 600 mil tickets en 10 shows. Periodistas especializados explican este tipo de consumo cultural sin precedentes.
6 DE Noviembre 2022 - 01:32
Coldplay transmitió en vivo dos de sus funciones en el estadio de River, en el marco de su gira mundial Music of The Spheres World Tour. Esas presentaciones fueron vistas en miles de salas de cine en más de 70 países el 28 y el 29 de octubre. Fue la primera experiencia de este tipo en América Latina. Diez conciertos en River, entradas agotadas, hotelería colapsada, "dólar Coldplay" son algunas de las postales que quedan de la visita de la banda británica liderada por Chris Martin, que vendió unos 600 mil tickets. Con esos números, Coldplay encabeza una serie de récords en el país. Superó la barrera de nueve shows marcada por Roger Waters en su visita de 2012 con "The Wall".
El Tribuno se contactó con periodistas especializados para que dieran sus impresiones sobre este fenómeno.
Federico Anzardi, de Rock Salta y colaborador del suplemento Radar de Página 12, señaló: "Me parece raro el fenómeno de tantos River de Coldplay desde el punto de vista de la importancia de la banda. Evidentemente, trasciende el nicho rockero como pudo haber sido Roger Water con 'The Wall'. Cuando hizo 9 River fue mucha más gente que la que probablemente escuchaba el disco en su casa, pero obedecía al mito alrededor de 'The Wall'. Hemos leído muchísimas veces cómo en Buenos Aires pasaban la película en la trasnoche durante la dictadura, y eso fue creando un mito, había un caldo de cultivo, además de que era un disco clásico".
Y contrastó: "En cambio, Coldplay es una banda que tiene 20 y pocos años, con éxitos sobre todo en sus primeros discos, pero no es algo que uno diría va a superar todos los récords". "El fenómeno Coldplay entra en esta dinámica de cómo ahora te venden los grandes conciertos y festivales como 'experiencias donde uno tiene que estar'. Y va más allá de lo musical, es una cuestión audiovisual. También obedece mucho a este fenómeno de la economía, uno gasta porque no puede ahorrar, y entonces las entradas se agotan... Y la posibilidad de comprar online facilita, estoy con mi teléfono, con la computadora y me digo porque no comprar una entrada y la compro. En cambio ir a hacer una cola es más difícil. Todo eso conjuga a favor de Coldplay, además de que conmueve a un público, que quizás no sea necesariamente el habitual asistente a conciertos".
"Atrae a gente que no es melómana, la gente que yo conozco que va a los conciertos de Coldplay no es la que va a otros recitales, y es quizás el único recital en el año al que va. Quizás, al Lollapalooza y no los veo yendo a ver bandas locales en la Balcarce, en Salta, o donde sea. Es una experiencia que le puede gustar a cualquiera. No veo diferencia entre el asistente al concierto de Coldplay y el que va a ver a Bad Bunny", opinó Anzardi.
"Los Rolling Stone vinieron cuatro veces y nunca hicieron tantos shows seguidos y son los únicos que, se me ocurre, pueden batir este récord... Es raro lo que generó Coldplay. Ojalá que sigan viniendo bandas, está buenísimo", cerró.
Diego Maita, músico y periodista de rock, analizó: "Hay varios factores. Coldplay como banda de estadios, a nivel mundial, tiene una audiencia grande. Una propuesta quizá comparable a lo que era U-2 en los 90 y en los 2000, como desafío estético en los recitales. Eso, por un lado, el producto en sí mismo y la oferta. Estéticamente, Coldplay termina adoptando ese modelo y rinde". Y detalló: "Segundo, el contexto pospandemia ha generado que muchos recitales, locales como internacionales, en Buenos Aires agoten entradas. Rosalía agotó, Bad Bunny en simultáneo a Coldplay también agotó. Dua Lipa agotó... a precios altos y con una afluencia de público de todo el país".
"Hay un fenómeno que excede a Coldplay, que tiene que ver con los consumos culturales. Y también cómo las redes sociales, los nuevos tipos de comunicación y el sentido de pertenencia generan una tracción a estos recitales que se hacen masivos", señaló y profundizó: "Hay una cuestión generacional, en el sentido de que si bien hoy cualquier proyecto musical tiene audiencia en todas las edades, estimo un público de Coldplay entre gente de 20 y 40 años, que en términos de elecciones de vida tiene un laburo y no tiene la familia como mandato. Y mucha gente haciendo su primera experiencia desde provincia de decir es mi primer estadio, mi primer recital en Buenos Aires. Y pasa mucho".
"Hay toda una movilización de sectores de la economía, por ejemplo, los vuelos que por cierto son uno de los grandes ganadores, los low cost, la hotelería y todos los negocios en torno, comida, merchandise, está toda la industria paralela, la remera y hasta los trapitos... Y esto incluso ha llevado al Estado a que genere regulaciones con relación al dólar", se explayó.
Diego Maita analizó: "En estos en tiempos es muy difícil ponerle rótulo a la música, Coldplay parte de cierta tradición de rock y pop anglosajón y ha metido cosas de época. Tiene mucho esto de leer por dónde va la sensibilidad musical de los públicos hoy y se adapta muy bien a eso. Se enmarca en un rock pop de cierta tradición, Radio Head, U2, The Cure... hasta algo de Génesis con cuotas de modernidad que los públicos piden hoy, y en ese mix entra Coldplay. Y en lo escénico, es un show con un planteo muy innovador. Pantallas, luces y la particularidad de las pulseras... También esa es una de las grandes innovaciones".
El periodista salteño Fabio Ramayo fue al concierto del viernes. "Soy de ir a recitales seguido, pero siempre por bandas de las que soy fan. Con Coldplay se rompió eso. Este viaje es muy especial, es el primero que hago con mi pareja a gran distancia. Y vivir un recital de esta magnitud, en su compañía, es algo totalmente diferente. Ya partiendo de esa base es una experiencia gratificante, aunque creo que para todos. Es un show que no admite fanatismos, que llama a gente que no es del palo", contó.
"Coldplay rompe las barreras de los géneros y me llamó la atención el tipo de show que brinda: no solo es ver a los artistas en el escenario, sino la gran puesta en escena", dijo, y detalló: "De entrada, el hecho de las pulseras LED que las manejan con un software, que se encienden y se apagan al ritmo de la música, o cambia de color dependiendo el tema, sirve para ambientar es como pasar de un tema lento con una luz tenue a un tema movido que ya parece una fiesta electrónica. Fue muy grosso. También globos gigantes, la gente, los papeles fue un show como nunca había visto".
"No me parece raro que hayan vendido diez River, vale la pena. Yo compré campo trasero y pensé que no los iba a ver de cerca, y no solo tocaron en el escenario principal sino que había un escenario en el medio y uno atrás y eso más las luces, los fuegos artificiales fue un despliegue tremendo", relató, y sumó algo de la movida especial de los recitales: "La temática ecológica es algo que llama mucho a las nuevas generaciones, que están más con esa mentalidad. Y ellos mismos dicen en el show que buscan que el concierto sea lo más autosustentable posible, las pulseras son de material biodegradable, tenés plataformas en las que saltás y se genera energía kinética al igual que bicicletas, vas a pedalear y das energía. Ellos la acumulan estos días. Son un montón de cosas que confluyen en un show muy particular. Y también se ve inclusividad, hay una canción que hacen en lenguaje de señas Tiene un montón de puntos el show que rompe con las fronteras del fanatismo y de los géneros y es una experiencia que no me quería perder, y menos mal que la hice"...