La Sala IV del Tribunal de Impugnación de Salta hizo lugar parcialmente a un recurso de los familiares de la docente Sandra Palomo, asesinada a puñaladas en agosto de 2019 en esta capital, y ordenó que el Tribunal de Juicio disponga la producción de la prueba ofrecida, tras la suspensión del debate que debía comenzar el 3 de febrero.

"La identificación del acompañante de la camioneta resulta un dato extremadamente útil al descubrimiento de la verdad real, siempre que sea posible realizarlo", dijeron los jueces Luciano Martini y Guillermo Polliotto, del tribunal de Impugnación salteño. Por ello, consideraron que corresponde admitir el ofrecimiento, "condicionado a que la Policía federal informe si es posible realizar el cotejo en un plazo razonable".

De esta manera, el tribunal hizo lugar parcialmente al recurso de casación presentado por la querella que representa a los familiares de Palomo y ordenó que se disponga, "con la urgencia del caso", la producción de "la prueba ofrecida por la querella".

El juicio por el crimen de la docente de 53 años debía comenzar el 3 de febrero pasado, a cargo de la Sala IV del Tribunal de Juicio, presidida por la jueza Norma Beatriz Vera, pero se postergó debido a que la querella solicitó pruebas científicas que fueron denegadas, por lo que recurrió a Impugnación.

En la causa están imputados Ian Esteban Caro (20), Ricardo Manuel Bonifacio (20) y dos menores al momento del hecho, por homicidio calificado por ensañamiento y alevosía en perjuicio de Sandra Liliana Palomo. Un quinto joven, que fue sindicado como el autor material del ataque, tenía entonces 15 años, motivo por el cual fue sobreseído por inimputable por el Juzgado de Garantías 8 de Salta.

El menor se encuentra en el centro de Atención a Jóvenes en Conflicto con la Ley Penal y con medidas de seguridad dispuestas tras valorar las pericias e informes psiquiátricos y de otras disciplinas que demostraron la relevancia penal de la condición del menor.

El 31 de agosto de 2019 Palomo salió en su camioneta a hacer compras en un supermercado de la zona norte de la ciudad y no regresó. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente, en una zona rural, sobre calle Gato y Mancha, próximo al río Are nales.