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CLAUDIO FANTINI, POLITÓLOGO, PERIODISTA Y ANALISTA INTERNACIONAL
26 DE Febrero 2022 - 02:48
Para el politólogo y analista internacional, la invasión de Rusia a Ucrania era “absolutamente esperable, la crónica de una invasión anunciadísima porque desde hacía un par de meses era evidente que esto iba a pasar”. En todo caso, “lo que extrañaba era que demore tanto”. Con los ejércitos en el campo de batalla, Fantini pone bajo su lupa el escenario y la configuración que puede adoptar a partir de esta guerra.
La guerra en Ucrania ¿puede derivar en un nuevo orden mundial?
Es un acontecimiento con el potencial de poder modificar el orden mundial afianzando un eje que viene conformándose tímidamente pero que, de repente, puede encontrar en esta situación el momento que lo forje totalmente y lo consolide, que es el eje China-Rusia. No son fáciles los vínculos de China y Rusia, hay una antigua desconfianza. Cuando ambos eran sistemas comunistas -en China sigue gobernando el Partido Comunista pero no es el comunismo de Mao Tse Tung-, solamente en el par de años que coincidieron en el poder con (Iósif) Stalin en el Kremlin, Mao tenía buena relación con él. Pero duró poco porque Stalin murió a los dos años. Muerto Stalin, la relación de ambos países no volvió a ser buena. Nunca hubo una sintonía real entre la China Popular y la Unión Soviética. Incluso tuvieron una guerra, una microguerra, pero confrontación armada al fin, en un punto de la larga frontera que tienen ambos países. Ahora, este es un acontecimiento que tiene potencialidad de generar un eje que modifique la situación actual de la multipolaridad, para decirlo de algún modo, creando algo más parecido al mundo bipolar que se vivió durante la Guerra Fría, si es que llegara a consolidarse un eje Pekín-Moscú.
“Rusia está sosteniendo una pulseada contra la hiperpotencia a la que China le está disputando el liderazgo mundial”.
La actitud de Xi Jinping de no condenar a Rusia y a la vez instar a buscar el diálogo ¿va en esa línea?
Creo que la actitud de Xi parece mostrar que China está sacando cálculos. Está mirando y evaluando con mucho cuidado hasta qué punto debe llegar su apoyo a Rusia. Obviamente tiene razones para apoyar a Rusia en esta situación. Una de ellas es que Rusia, en definitiva, está sosteniendo una pulseada contra la hiperpotencia a la que China le está disputando el liderazgo mundial, o sea Rusia se ha convertido en el “enemigo del enemigo” de China. La otra es porque hay cierto reflejo en el caso de la pretensión de Rusia sobre Ucrania con el caso de la pretensión de China sobre Taiwán. Entonces para China puede resultar conveniente que un país como Rusia logre abolir la soberanía de otro país aduciendo que en realidad es parte de Rusia, que la nación ucraniana no existe y que por ende debe volver a la madre Rusia. Bueno, ese tipo de argumento se parece al que China aplica para el caso Taiwán. Taiwán es China, la población taiwanesa son chinos, y por ende quiere imponerle al mundo que acepte el derecho de China a recuperar Taiwán como fuere.
Pero dijo China tiene “cuidados”.
Así es, porque si estas son motivaciones que hacen que China se acerque a Rusia, la situación que puede venir le plantea interrogantes a Xi Jinping y al liderazgo chino en general. Entienden que tienen que calcular con mucho más cuidado la posición que vayan a tomar porque también acá hay un paquete de sanciones que le pueden hacer muy pesada la guerra a Rusia. Hago un paréntesis para que se entienda...
Sí, sí.
Putin se maneja con el cálculo de que a la guerra la puede ganar de manera fulminante en muy poco tiempo, en tiempo récord. En la medida en que ese cálculo no sea equivocado, o sea si en los próximos días se derrumba el sistema defensivo ucraniano y se dispersa, Putin logra su objetivo. Pero si el ejército de Ucrania logra resistir y genera una resistencia que puede convertir a Ucrania en un escenario de una guerra de baja intensidad que se prolongue, ahí van a empezar a verse los efectos de las sanciones económicas que le están aplicando las potencias de Occidente. Esas sanciones están diseñadas para debilitar el músculo económico de Rusia, y si su ejército queda empantanado en una guerra prolongada de baja intensidad, a Rusia se le complica. Entonces en esa situación va a necesitar desesperadamente el pulmotor económico de China, y ahí es donde China está sacando cálculos de ¿durante cuánto tiempo?, ¿qué costo va a tener? y ¿en qué puede terminar todo esto? Por eso la primera señal que aparentemente le dio Xi Jinping a Vladimir Putin es que busque una mesa de negociación, que clausure la etapa bélica lo antes posible, incluso antes de haber logrado el objetivo de un triunfo fulminante y veloz.
¿Cree que Putin va a orientarse a una salida pacífica? Ahora también amenazó a Suecia y Finlandia.
Cuando uno ve el discurso que dio al anunciar el reconocimiento como estados independientes a Donetsk y Lugansk, la argumentación que da es presoviética. Es como si estuviera mirando el mapa del Imperio ruso, el imperio de los zares. Las tierras del oriente fueron transferidas a Ucrania en el siglo XX, en 1954, por Nikita Krushchev. Pero las había conquistado el Imperio ruso entre el siglo XVII y el siglo XIX. Y esa parece ser la mirada de Putin, porque el discurso de él transitó por las argumentaciones del ultranacionalismo ruso que tiene la aspiración del antiguo Imperio ruso. Entonces sí, Finlandia y Suecia quedan en la mira, porque ambas fueron parte de aquellos confines que tenía el Imperio. A eso se refiere. Yo creo que Putin debe tener en claro que sus logros dependen del tiempo que le lleve alcanzar el objetivo y él necesita alcanzarlo rápidamente y de manera fulminante. Porque sino lo que va a tener que buscar es la puerta para una salida negociada. Y lo primero es que va a dirigir la mirada hacia China para ver si le da el pulmotor que necesite para sostener una acción militar prolongada, que es costosísima. Creo que Xi Jinping eso es lo que le planteó, empezar a pensar en ponerle fin rápido a esto porque además perturba la economía global y genera un desastre en términos generales.
“Si el ejército ruso queda empantanado en una guerra prolongada de baja intensidad, a Rusia se le complica”.
¿Cuánto es un “tiempo muy muy breve”?
No sé decirle, dos, tres, cinco días. Pero mientras más días se vayan acumulando más altos van a ser los costos y ahí se van a sentir las sanciones económicas. Porque esta es una guerra que le insume mucho esfuerzo bélico, un ejército grande, divisiones de tanques de dimensiones oceánicas, y todo con la mochila de las sanciones económicas. Posiblemente las sanciones económicas no le hagan mella, posiblemente EEUU tenga muchas más dificultades de lo que cree tener para lograr que Europa cierre filas. Porque es muy difícil... hay sanciones que generan muchos problemas a los países de Europa, que pierden mucho. Para Alemania, por ejemplo, clausurar el gasoducto Nord Stream 2 es gravísimo. Así cuesta mucho a las potencias de Occidente ponerse de acuerdo en eso. Entonces, van aplicando sanciones de manera escalonada y sanciones que todavía están lejos de ser las que realmente pueden llegar a hacer que Putin retroceda. Las que están puestas hasta ahora no lo van a hacer retroceder. Está todo por verse: ver qué nivel de sanciones puede llegar a coordinar la alianza de potencias occidentales y ver qué efecto tendría ese paquete sobre Rusia.
La Argentina, ¿en qué lugar queda en este contexto?
La Argentina está siempre en un no-lugar, porque este es un gobierno que no tiene una sola posición o tiene una posición que va cambiando. El primer comunicado parecía más neutro, ya los más recientes comunicados oficiales toman una posición más dura respecto a Rusia, pero cuando uno se asoma al interior del gobierno ve que hay sectores que tiran para distintos lados, ¿no? Es muy difícil saber en qué va a terminar la posición del gobierno argentino. Por estas horas la posición es crítica a la acción militar rusa. mañana no sé.