La batiseñal podría cortar el smog en el cielo de Nueva Delhi (India) y la población sabría que se trata del pedido de auxilio que aparece en los cómics estadounidenses de Batman. Quién no ha soñado con ver qué tintes adquiriría su héroe si transitara sus calles y se moviera entre sus gentes. 
Por obra del guionista Luis Castro y la dibujante Eleonora Kortsarz “Batman” toma el batimóvil en la esquina de Pellegrini y San Martín, o va a buscar a “Aquaman” en el monumento a Güemes...
Sin embargo, el que esté ambientada en nuestro terreno es apenas el primero de sus atractivos. La dupla de realizadores ofrece en “La cláusula” una combinación cambiante de personajes transformados, estilos de dibujo y temas que demanda destreza lectora. Y los múltiples guiños a la cultura pop, algunos señalados con asterisco, otros velados, llaman a un ejercicio recreativo y sagaz. 
Esta maravilla de historieta se realizó merced al Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural y se la dio a conocer de manera virtual en diciembre de 2020, en el marco de la Feria del Libro de Salta. Aunque amerita una presentación oficial en presencia de público, que los autores prometen organizar un día de estos. 
Eleonora Kortsarz es artista de cómics y publicó su trabajo en Argentina, Brasil, Inglaterra, España, Noruega, Corea del Sur y Estados Unidos. Participó de importantes convenciones y exposiciones como el Festival Internacional do Quadrinho en Belo Horizonte (Brasil); la Bristol Comic Expo de Inglaterra: la Hero Bot y la Canandaigua Comic Con, de Nueva York (Estados Unidos); Tecnópolis, el Salón del Cómic de Tucumán; la Feria del Libro de Santiago; Crack Bang Boom, de Rosario; el Museo de Arte Contemporáneo de Salta y el Centro Cultural Kirchner. De manera virtual tomó parte en el Festival Internacional del Cómic de Santiago de Chile y la CCXP de Brasil. Ganó el Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural en 2018 y 2021 y la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes 2021, junto a Cristian Baldi.
Luis Castro es guionista, realizador audiovisual, profesor del Taller de Cómic Egoss y organizador de Arriba la Historieta, evento celebratorio del Día de la Historieta Argentina. Publicó sus trabajos en Argentina y el extranjero y coordina las publicaciones de Egoss. 
Dicen que se conocen desde hace muchos años y que siempre han compartido el afán de dar visibilidad a la historieta. Para Luis el noveno arte se abre camino “a los ponchazos” en Salta, aunque cifra su esperanza en que el interés de los niños, adolescentes y adultos viene en franco aumento, tanto que muchos jóvenes desean hacer historietas y difundirlas en distintos ámbitos. 
“Con el taller los chicos autopublican sus historietas y nosotros vamos ordenando esos trabajos. Tenemos más de 60 publicaciones, pero son independientes y en formato fanzine. Hay mucho interés en ese espacio, porque les permitís a los chicos contar lo que quieren contar desde su visión, pero sería muy bueno algo que los nuclee para mostrar sus producciones”, reflexiona. 
Coincidió con él Eleonora, para quien es perceptible un gran consumo de historieta en Salta, sobre todo de manga. Aunque un aspecto no tan conocido de la provincia es que también tiene una faz de gran productora de historietas. 
“Quizá lo que nos falta es un espacio donde mostrar esos trabajos. El Fondo Ciudadano y el Fondo Literario son alicientes para poder publicar las obras. En mi opinión faltan editoriales que hagan el trabajo editorial. En Salta hay editoriales que te publican, hacen el trabajo de imprenta, pero no de distribución o de promoción. Ahí entra el trabajo independiente de los artistas”, expresa. Por ello el apoyo económico del Fondo Ciudadano resultó imprescindible para que el proyecto se materializara en papel ilustración. 
 

Las páginas muestran la integración de dos técnicas de dibujo. Javier Corbalán

El germen de “La cláusula” era una anécdota que a Luis Castro le revoloteaba en forma de imágenes con las que anhelaba componer un cortometraje junto a un grupo de amigos. Pero aquel suceso curioso quedó fuera de la historia final. “Los personajes fueron creciendo y con Eleonora tuvimos la charla de qué íbamos a hacer en relación con este protagonista y su diálogo con estos dos batiduendes que lo acompañan en un momento de transición”, señala. 
El trabajo visual es muy detallado y de acuerdo con Eleonora resultó arduo, porque para corresponderse con el guion desarrolló una combinación de técnicas: la ilustración tradicional (dibujo, lápiz y tinta) y la pintura digital. Así, la faz real de la historia está realizada en un estilo de pincel con un acabado como de acuarela y la faz onírica -que se entrelaza y convive con la real- luce “comiquera”, con bordes negros y colores fuertes, dignos de Los Superamigos de los años 80. 
Cada cuadro fue trabajado como una pintura individual y luego ella se abocó a una edición pormenorizada para compaginar y superponer los diversos cuadros que se integrarían en el producto final. 
El nivel de la historia también es muy rico. Dos amigos se distancian porque uno de ellos no respetó “la cláusula”, aquella que popularmente se conoce de esta manera: “La novia de tu amigo tiene barba y bigotes”. 
Y el viaje de esa “amistad que vuelve a casa” está traccionado por personajes de existencia real y ficticia, además de que no esquiva el tabú de la insania mental. 
“El personaje busca sanarse a través de la fantasía. Quienes lo acompañan, el Batman adulto, gordo y barbudo, y el Batman niño representan la parte más cínica y naif de él, respectivamente”, destaca Luis. Sin embargo, ambos pelean por ayudar al protagonista a sobrellevar las consecuencias y la culpa por haber cometido un terrible acto. Los amigos de él, su familia y otros personajes también comportarán desdoblamientos, identidades de héroes y villanos que se les adosan sin que ellos lo sepan. 
En otro nivel de sentido, la privación del juicio es claramente una de las opiniones mal habidas y tenaces que deben enfrentar los fans de la cultura pop, quienes no negocian la pervivencia de su niño interior cuando trasponen el umbral de la adultez. 
“Están presentes los prejuicios sobre los que consumimos productos pop, historietas, figuras o audiovisuales. Está representado eso, cuando no tiene nada que ver con lo infantil o inmaduro, sino con cosas que te gustan, que te puedan representar, pero sin hacerte perder la noción de realidad”, expresa Eleonora. A ellos “ponerle el cuerpo” a quienes les emiten juicios previos también los llevó a habitar entre las páginas de su ficción. “El personaje Batman más viejo y gordo soy yo. Uno de los pedidos en que no cedí es que yo tenía que ser ese personaje”, reconoce Luis. Eleonora aparece en un “cameo” en la página final. Cuando lo cuentan intercambian miradas cómplices y respeto mutuo. Ellos han formado dupla en las antologías de cómics “Marabunta” (2006), “Culebra 2” (2007) y WWFX (2008). También en el cómic “Casa de Dios” (2007) y “Lady Blue” (2008), de Editorial FX gráphic (Barcelona, España); “Besar sapos” en el N.º 3 de la Revista Clítoris (Buenos Aires, 2012); en “Enemigo”, sobre la vida de Juana Azurduy en “Mujeres x mujeres”, esta vez con ambos como guionistas y Eleonora en ilustración (2016); y en el Taller de Cómic Egoss desde 2008 hasta 2015. 
Pero aseguran que “La cláusula” es su trabajo “más personal” y que no lo podrían haber hecho si alguno de ellos no fuera batifan. “Este es el producto justamente de todos nuestros años de amistad, de las charlas: ‘¿Viste esta película?’ ‘Mirá aquella serie’, ‘Te presto estos cómics’. Es nuestro trabajo más profesional y más de amigos”, se despiden.