Si bien las últimas lluvias trajeron un poco de alivio a los productores agrarios de Salta, todavía no alcanzan para humedecer lo suficiente los suelos y se demora la siembra de soja y maíz. La situación es preocupante al punto de que la dirigencia del campo pidió ayer una audiencia con el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, para empezar a analizar la posibilidad de que se declare la emergencia agropecuaria en la provincia.

"Llovió muy poco y no hay humedad para sembrar. Hasta ahora no se ha sembrado más del 10 o 15 por ciento de la superficie", describió a El Tribuno el presidente de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, quien solicitó la reunión con el funcionario provincial.

Explicó que incluso ese pequeño porcentaje de tierra plantada corre riesgo de no prosperar por el pronóstico meteorológico de poca agua que se anticipa para la zona productiva de Salta.

"La situación ganadera es peor. En la zona de Rivadavia ya hay mortandad de hacienda de los pequeños productores chaqueños", contó Segón.

El ingeniero agrónomo Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, advirtió una situación de tiempo "irregular".

"La lluvia se corre al oeste, no cae tanto sobre la zona sojera de Lajitas, Tartagal, mucho sobre Oran, poco en Rivadavia, irregular en Bolivia y el oeste del Paraguay, de manera que estamos en el temporal de la estación húmeda del NOA, pero con la particularidad de las lluvias corridas al oeste e irregulares en esa zona tan importante para la economía salteña", dijo Sierra en su perspectiva climática que brinda todos los sábados en el programa de Radio Salta Claves del Campo.

Anticipó que las lluvias más regulares podrían llegar a mediado de este mes.

Ante la imprevisibilidad del clima, los productores salteños están atados a una fecha para decidir si es que avanzan con la siembra. El 15 de enero suele ser el quiebre para la suerte de este sector.

"La soja o el maíz que no se siembra hasta esa fecha generalmente después se sustituye con porotos. Lo que pasa es que el poroto tiene un mercado tan limitado que cuando crece mucho la superficie de siembra el precio cae de manera violenta", indicó el titular de la Sociedad Rural.

Aunque el campo salteño estuvo afectado por la sequía durante el año pasado, igual se pudo sembrar casi el 100% de la superficie disponible porque las lluvias acompañaron al principio de la época estival. Aún así, por la sequedad que vino después, se cosechó un 20% menos.

"Este año no creo que se llegue a sembrar toda la superficie y mucho de lo que ya se ha sembrado tiene riesgo de perderse", insistió Segón.

La declaración de la emergencia agropecuaria por parte de la Provincia implica, en síntesis, una postergación en los pagos de impuestos y algunos vencimientos bancarios para los productores.

"Sería como patear la agonía financieramente hacia adelante, pero no es que hay una devolución de la inversión perdida o del lucro cesante", explicó.

Recordó un viejo pedido del sector agropecuario de que se implemente un seguro para las contingencias climáticas a nivel nacional, acompañado por el Estado.