Isra, como le dice la mayoría, llegó a Tel Aviv para trabajar a mediados de la semana pasada, cuando nadie imaginaba que ese país sería bombardeado e invadido por el grupo terrorista Hamas y eso iniciaría lo que para ellos es la peor guerra desde 1948. En una videoconferencia le contó a El Tribuno sobre cómo es vivir en tiempos violentos, en alerta permanente y siempre cerca de un refugio. Retrasa su regreso a la Argentina porque "irme en este momento sería para mí una traición", dice y esas palabras parecen reproducir el arraigo que judíos y palestinos sienten, más allá de ideología, por la tierra que disputan.

¿En qué lugar del país estás?

En este momento estoy en la zona centro, cerca de Cisjordania. Es la gran área de Tel Aviv, en un lugar que se llama Rosh HaAyin, que es el límite con Kfar, que es el primer puesto árabe palestino en Cisjordania.

Hoy, en Rosh HaAyin ¿cómo se vive el día a dia?

En el momento en el que comenzó el ataque se suspendieron todas las actividades. De hecho, estoy en Israel porque me dedico, entre otras cosas, al recibimiento y a la vinculación de empresarios de Latinoamérica con Israel en lo que es el ecosistema innovador disruptivo y estaba esperando a 20 personas que iban a empezar el programa. Tuvimos que suspenderlo, que no llegaran al país y que se quedaran en Turquía. Pero ya habían llegado cuatro personas de Chile, así que tuvimos que hacer la evacuación en un momento en el que el país estaba -aún está- bajo alerta. 

¿Podés salir a la calle o estás resguardado?

Estamos resguardados y salimos a la calle lo necesario. Hoy salí a tomar un café, porque estar dentro de las casas también es muy complejo, en especial para los niños. Israel tiene una cantidad impresionante de niños y realmente les cuesta a las mamás tenerlos adentro. Sí, hay algunas actividades pero son muy medidas y están todos atentos porque si hay una alerta y tienen que ir al refugio más cercano.

En esa zona fronteriza con Cisjordania, ¿sufrieron grandes bombardeos?

La mayoría se concentraron en la Franja costera desde Gaza y arriba de Tel Aviv. En este lugar específicamente no han caído misiles todavía. Pero hay otra alerta por los 'lobos solitarios', gente que no responde a las organizaciones directamente, pero que por motus proprio comienza a operar o a identificarse con alguna lucha. De hecho es un temor muy fuerte porque esta es la primera vez que hubo tantos infiltrados.

Se está hablando de ataques desde Líbano y desde Siria, ¿qué sabés de esto?

En la frontera norte donde está el Líbano, hay otra facción terrorista que es Hezbollah. Ellos todavía no han entrado (en la guerra), pero es una posibilidad. El grupo Hamas está esperando que Hezbollah atente pero no ha sucedido. Y con respecto a Siria, acabamos de ver, hace una hora, que hubo una incursión israelí sobre Siria, un bombardeo sobre los aeropuertos de Damasco y de Alepo. Y estaba llegando a uno de esos destinos un miembro del gobierno iraní. Aquí hay que tener en cuenta que detrás de toda esta situación está Irán y está Qatar. Son los dos nombres del "backup" de todo esto.

¿Cómo es eso?

La Franja de Gaza tiene una distancia de 50 kilómetros y una profundidad entre 2 y 6 kilómetros, en la cual viven 2.500.000 personas. Y desde el año 2007 que Israel no está administrando ese lugar. Ellos eligieron a Hamas y desde ese momento hasta ahora -prácticamente de 16 años-, no hubo elecciones. Pero Hamas no es la Franja de Gaza, no son los gazatíes. Hamas es una organización terrorista que depende claramente del subsidio que recibe de Irán y de Catar. Ellos están teniendo gravísimos problemas de fondearse y por eso aquí hay una premisa importante es seguir la línea de la plata. Por eso hay que diferenciar bien que el pueblo palestino no es Hamas.

Volviendo a la vida cotidiana, ¿están abastecidos con servicios y bienes de consumo?

Sí, no hay ningún tipo de escasez. Y ahí viene otro tema, Israel acaba de cortar el suministro de gas, agua y luz a la Franja de Gaza. El 95 por ciento de los insumos de luz, gas, y agua son suministrados por Israel y solamente el 5 por ciento por Egipto. Israel decidió, como un elemento de presión para recuperar a los secuestrados, hacer este tipo de acción, una acción muy compleja porque sabemos que el mundo va a hablar de crisis humanitaria.

Sí, es algo que preocupa mucho tanto por la situación humanitaria en Gaza como por los rehenes, entre los cuales hay argentinos.

Sí, entre los rehenes que tiene Hamas hay ciudadanos argentinos, alemanes, mexicanos... No tenemos la cifra exacta de secuestrados que hay. La crisis humanitaria está, existe y es una herramienta desgraciadamente que se está operando, pero la concepción israelí es "no podemos seguir sosteniendo que entregamos agua, luz, y gas a gente que en vez de desarrollarse se sigue armando, sigue gastando en túneles para dañar a un vecino". Es una presión muy fuerte, muy dura. Cualquier persona que tenga una concepción humanista de un lado o del otro lado, sacando la ideología, sabe que esto no es bueno. Pero la situación que vive la gente, el estado de ánimo que se vive Israel, es de conmoción, de mucha amargura. Un dato a tener en cuenta: la población israelí se ha volcado a las calles para apoyar a los militares, a los reservistas. Mirá, se llamaron 300.000 y se presentaron el 120 por ciento. O sea, 20 por ciento más de lo que se llamó. Esto es una señal muy fuerte del compromiso y el propósito que tiene la gente con este país. Y tiene que ver con otro concepto muy importante: el día que Israel pierda una guerra, no hay lugar más que el mar para ir. Este lugar significa mucho más que lo que se piensa en esta situación.

¿La gente habla de la estabilidad del Estado de Israel, si países vecinos como Siria, Líbano e incluso Irán, terminan atacando al país?

Es una conversación que no se está haciendo pública, pero sí es una conversación privada e íntima, ¿no? Si eso llegara a pasar, puede accionar lo que se llama "el juicio final" que es la bomba atómica. Decirlo como lo estoy diciendo es muy fuerte, pero siempre se habló del tema del juicio final que sería el momento en el cual sea tal la vulnerabilidad del país que pueda generar una hecatombe. Esperemos que no suceda bajo ningún punto de vista.

¿Pensás quedarte o vas a volver a la Argentina?

Yo me quedo aquí. Irme en este momento sería para mí una traición. Yo soy nacido en Argentina pero he vivido muchos años en este país, y soy tanto argentino como israelí, como muchas veces hay gente que se siente argentina e italiana. Yo creo que nos merecemos este país, como también creo que lo merecen los palestinos.