"Argentinos: volvámonos a ilusionar. Hagamos que valga la pena". Tal es el mensaje central de este 59° Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), que reúne a cientos de empresarios que, a poco más de dos semanas de las elecciones presidenciales, no ocultan sus temores a que los graves problemas macroeconómicos y sociales se profundicen y que el futuro presidente no pueda encontrar la fórmula para "manejar los necesarios conflictos que se van a producir".

Así lo señaló el historiador de la Universidad de San Andrés, Eduardo Zimmermann, cuando sugirió "no volver al unanimismo, la comunidad organizada o un gran acuerdo nacional, sino potenciar los mecanismos institucionales para procesar las diferencias ideológicas y de intereses, que necesariamente se van a producir cuando se ponga en marcha un imprescindible proceso de desarrollo".

La primera jornada comenzó con un video que evoca las luces y las sombras de lo vivido desde 1983, en los sucesivos gobiernos, y culmina con una alegoría: el gol de Arabia Saudita en el primer partido del campeonato mundial, la derrota, el esfuerzo en equipo, el triunfo y la enorme movilización popular que recibió a los campeones de Qatar.

El discurso del presidente del Coloquio, Santiago Mignone, sintetizado en una frase: "La libertad, el cambio y la Patria son tres conceptos que deben trabajar juntos y coordinadamente para el bienestar general. No avanzan por separado, son complementarios. Y esto lo deben recordar el nuevo presidente y quienes deban ser opositores".

Fueron muy duras las críticas a "un Estado voraz que se entromete y que genera inflación, corrupción y hartazgo". Fue unánime el reclamo de los disertantes contra los ataques a Justicia y la exigencia de respeto estricto a la Constitución Nacional.

Ni Javier Milei ni Sergio Massa ni Patricia Bullrich entusiasman a los empresarios. Luego de más de una década sin crecimiento y sin aumento del empleo privado, el Coloquio de IDEA reclama seguridades para que los jóvenes no se vayan y para que los que se fueron, vuelvan. Pero no quieren aventuras.

La presencia de Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reservas del Perú desde hace 17 años, en un lapso en el que el país tuvo ocho presidentes y sin inflación fue elocuente. La clave, explicó el economista peruano, es la independencia absoluta del Banco Central, garantizada por la ley que le prohíbe manipulaciones cambiarias, endeudamiento para financiar déficit y arbitrariedad en las tasas.

"Frenar la inflación es posible, respetando la ley. Lo demuestran todos los vecinos de los argentinos", concluyó Velarde.