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El vehículo que conducía la negligente mujer se encuentra en el canchón municipal. Agencia
Increíblemente si la mujer paga la sanción, no le harán causa penal. Puso en riesgo su vida y la de los demás. Bebió el equivalente a tres damajuanas de vino.
1 DE Noviembre 2023 - 01:45
El fin de semana pasado, una imprudente mujer al volante puso en riesgo su vida y las de los demás. La joven conductora manejaba una camioneta acompañada de dos amigas; iba y venía en la zona del concurrido dique Las Lomitas, a un costado de la ruta nacional 51. Los vecinos, por temor a un accidente desgraciado, llamaron a la policía. Así fue como una patrulla de Seguridad Vial, después de que fue localizado el vehículo a orillas del espejo de agua, procedió a evitar que siga con el terrorífico derrotero zigzagueante por la zona.
Cuando los oficiales intentaron comunicarse con la conductora, quedaron horrorizados al encontrarla apenas capaz de mantenerse sentada en su asiento, con evidente aliento etílico y una concentración de alcohol en sangre estratosférica: 6 gramos marcó el alcoholímetro una vez que le fuera realizado el test. En este caso, la conductora desafió no solo su propia seguridad, sino también la de quienes la rodeaban y la de todo aquel que podría haberse cruzado en su camino en las muchas idas y vueltas que fueron denunciadas por los vecinos.
La negligencia no se detuvo aquí ya que las otras dos mujeres que viajaban en el vehículo se tornaron agresivas cuando los policías intentaron secuestrar la camioneta y se negaron a buscar ayuda de algún familiar. La conductora en cuestión apenas se podía sostener sobre su humanidad. Al identificarse con la patrulla, resulta ser que la conductora tiene residencia en Campo Quijano, pero la camioneta es de otra persona y está asentada en la provincia de Buenos Aires.
Según la normativa vigente en esta localidad, la mujer que hacía de conductora deberá pagar una multa al igual que el dueño del vehículo. La sanción económica ronda el millón y medio de pesos y apenas abone se le devolverá el carné de conducir, y si lo hace de la misma manera el dueño del vehículo, todo vuelve a la normalidad. Pero la ley de tolerancia cero que rige en Salta, dista de una simple multa. También señala que se aplique el delito contra la seguridad vial.
El millón y medio de pesos de multa, aunque es significativa, no puede ser la única sanción. El riesgo que esta conducta representó para la vida de otros vecinos, debería llevar consigo la revocación inmediata de su carné de conducir y una causa penal para garantizar que no vuelva a poner en peligro a la sociedad. Sin embargo eso no sucederá. La camioneta sigue estacionada en el predio de la Municipalidad de Quijano. Vale recordar que esta comuna no tiene convenio con Seguridad Vial de la Provincia por lo tanto el simple pago de una multa, la habilitaría a seguir conduciendo en el estado que se le plazca.
El caso, con su diferencia trágica, remite a una escalofriante fatalidad ocurrida también en Campo Quijano en enero de 2014, cuando un conductor que había estado bebiendo durante todo un día, se subió con su vehículo a la tapia del camping municipal y aplastó a tres personas que disfrutaban de un día de campo en las inmediaciones de la ruta nacional 51.
La conductora, identificada con el apellido Sánchez, no fue demorada ni detenida, a pesar que amenazó a los policías de la patrulla que las interceptó. Su nivel de borrachera era significativo: su nivel de alcoholemia alcanzaba los incomprensibles 6,0 g/l de alcohol en sangre. Es los más alto a nivel país, y del mundo detrás sólo de un hombre de 60 años que casi atropella a una nena con su camioneta y hasta se subió a las vías del tren en la provincia de Río Negro. Este sujeto tenía 6,26 gramos de alcohol en sangre.
A medida que la concentración de alcohol en sangre aumenta, los riesgos en la conducción de un vehículo se multiplican. Con 0,15 g/l, se observa una disminución de los reflejos. A 0,20 g/l, se produce una falsa apreciación de las distancias y una subestimación de la velocidad. A 0,30 g/l, los trastornos motores y la euforia se hacen evidentes. Y con 1,45 g/l, se experimentan todos estos efectos de manera simultánea.
Con 6 g/l es coma alcohólico. Imaginarnos que, por ejemplo, beber una lata de cerveza, un vaso y medio de vino o una medida de whisky pueden generar aproximadamente 0,3 g/l de alcohol en sangre. Comparar 6,0 g/l de Sánchez es simplemente aterrador, cómo beber tres damajuanas de vino de 5 litros.