"El arte de la devaluación" se titula la muestra del artista Sergio Guillermo Díaz que se puede visitar hasta mediados de diciembre en Mamoré Galería de Arte (Anzoátegui 441). La entrada es gratuita y abre de lunes a viernes, de 9 a 13 y de 16 a 20, y sábados, de 9 a 13. En su denominación se puede detectar una doble valencia: por un lado, la capacidad argentina de sobrellevar sucesivas depreciaciones de la moneda nacional; y por otro, la actividad artística de Díaz y el momento en el que ejecutaba sus piezas.

Las referencias son múltiples y muchas veces exquisitas. El espectador requiere afinar el ojo para leer entrelíneas y destejer la red de sentidos -hilada con emoción, admiración, nostalgia y picardía- construida por Díaz. En "La cacería 2.0", díptico formado por la fusión de un dólar y 500 pesos, George Washington, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, posa impertérrito al lado de un yaguareté muerto. En "La cacería III", combinación de un dólar y tres billetes argentinos: uno de 500 y dos de 100, el primer presidente de EEUU parece satisfecho con tres presas muertas a sus pies: un yaguareté y dos tarucas. Durante la época en que los estaba elaborando, comentó Díaz, el dólar andaba volátil como el mercurio y alcanzaba ya los 700 pesos.

Sin embargo, quedan obras testigo de su dramática caída desde 2018, como "La cacería II", en la que balleneros en canoa arponean a la ballena Franca Austral, propia del Mar Argentino, Antártida e Islas del Atlántico Sur y que aparecía en el billete de 200. También "Llevados por la gran ola de Hokusai", en la que la representación de la Batalla de la Vuelta de Obligado -acaecida el 20 de noviembre de 1845, en aguas del río Paraná- del papel moneda de 20 es intervenida por la gran ola de Kanagawa, la célebre estampa japonesa del pintor japonés Katsushika Hokusai. La fuerza incontenible de la naturaleza busca doblegar a unos simples humanos a los que imaginamos enfrentarse con el arrojo de aquellos otros que en el pasado y en seis barcos mercantes interceptaron una flota anglo-francesa integrada por 22 barcos de guerra y 92 buques mercantes. La desproporción del enemigo y el milagro argentino… siempre.

Sergio cursó el Profesorado de Artes Visuales y la Tecnicatura de Diseño Gráfico en la Escuela Provincial de Bellas Artes Tomás Cabrera. En el Museo de Arte Contemporáneo cumple tareas de montajista, guía y colabora en el diseño gráfico de las comunicaciones y cartelería de esa institución. Desde 1999 viene participando de varias muestras individuales y colectivas y salones en el medio local.

Unos meses antes de que el Banco Central dispusiera quitar los billetes de $2 del circuito económico, a mediados de 2018, los rostros de Mitre fueron reemplazados por Díaz y generaron una cadena sin fin de obras de arte. Por aquel entonces él cobró popularidad e incluso se volvió viral en las redes sociales por sus trabajos de money art, que circularon sobre todo por Instagram, pero también por Facebook y Twitter. Incluso fue invitado por la ONG Haciendo Lío para donar una obra suya que se remató on line en una subasta a beneficio. El proceso de intervenir los billetes le lleva cuatro horas desde que para alisarlos los humedece y les pone un peso encima hasta que les realiza retoques. El papel moneda no es un lienzo convencional, sino que el artista debe vencer azules y rojos naturales con sus diseños. Sergio dijo que se apagan algunos colores, otros resaltan más al estar terminados. Los que insumen colores más planos (animación y cómics) demandan repintura, mientras que los retratos de personajes interpretados por actores se constituyen de pequeñas manchas y tienen un acabado más pictórico.

En exposición

"Hace años que vengo trabajando con billetes, interviniéndolos y pintándolos, pero si bien soy muy activo en redes y subo esos trabajos, la mayoría son encargos. Entonces la idea de esta muestra era apuntar a una cuestión más personal: sí que tengan que ver con algunas búsquedas que por ahí hago sobre este tipo de soporte tan particular", sintetizó.

Luego añadió: "Por ahí abordo el tema de nuestra economía y también algo referencias a algunas obras clásicas y hay algunos personajes de la cultura pop que también se relacionan en algunas situaciones con el dinero", expresó Díaz. La muestra tiene la particularidad de, aunque abreva en una cuestión complicadísima y recurrente, arranca una sonrisa.

"Uno como artista tiene la posibilidad de reflejar situaciones que atraviesan a la sociedad y me parecía muy oportuno el venir trabajando con billetes para reflejar, en algunas imágenes y en algunos juegos entre el dólar y el cambio de nuestro peso argentino. En un momento tenían que ver con la cuestión más amorosa, después pasaron a una cuestión un poco más violenta", sintetizó.

Explicó que esta gradación de humor está representada por personajes de la cultura pop que se relacionaban "como amorosamente". Después se colaron algunas imágenes pugilísticas y por últimos las cacerías. También hay un aspecto ávido y capitalista en unas figuras de dibujos animados, como la serie "Codicia de Cartoon", en la que el Tío Rico arroja dólares que se disputan sus tres sobrinos Hugo, Paco y Luis, o la trampa para ratones con un dólar como carnada con la que Tom pretende atrapar a Jerry.

Acerca de cómo la devaluación lo ha afectado como ciudadano, coleccionista de figuras de acción y artista afirmó que a sus objetos coleccionables empezó a verlos realmente como un lujo. "Por la situación económica uno va dejando de lado ciertas cuestiones que empiezan a ser muy difíciles de alcanzar. Muy de vez en cuando compro figuras, aunque ya no con la frecuencia con la que podía hacerlo años anteriores", manifestó.

Sin embargo, también reconoció que lo afecta en la venta de sus obras. "Tengo que ir pensando los precios, adecuándome a lo que yo necesito que me quede de la obra en relación con lo que me resulta beneficioso por ese tipo de obra. Como la mayoría de las personas voy remándola, sabiendo y viviendo esta situación de inflación en la que los precios cambian día a día", dijo.

Por último, se refirió a las devoluciones que viene recibiendo del público.

"Estuve hablando con mucha gente sorprendida por mi trabajo, por lo minucioso de la técnica y demás, porque siempre es diferente verla en redes y en vivo. Estas imágenes con este soporte conllevan relaciones que uno puede encontrar como espectador y que como artista encuentra y las desarrolla, pero uno no sabe qué lecturas puede hacer de esa imagen el espectador. Y eso es lo interesante: las lecturas que las personas que ven las obras pueden llegar a armar", concluyó.