El economista consideró que el Día del Trabajador en Argentina ya no es una celebración para muchos debido a la inflación y la falta de dinero, lo que lleva a la impotencia y la dificultad para ascender socialmente.

¿Cuál le parece que es la principal dificultad que enfrentan hoy los trabajadores?

Estamos en esas situaciones que se dan en Argentina, en las cuales el Día del Trabajador no necesariamente es algo que se festeja, porque hay muchos que como consecuencia de la inflación, están trabajando pero no les alcanza. Entonces, el famoso objetivo de "trabajo y con eso vivo", podemos decir que está bajo observación.

No creo que todos los que estén trabajando puedan decir "Feliz Día", porque no les debe estar alcanzando la plata. Y no es culpa de la empresa en la que están empleados ni de ellos, es culpa de la situación económica, de la inflación.

¿Es normal que un trabajador asalariado formal no pueda tener siquiera la tranquilidad de completar los gastos del mes?

No, y hay una palabra que resume su situación: impotencia. El tema es que antes esa impotencia la tenía el desempleado. Hoy por hoy, la impotencia también lo alcanza al empleado que está trabajando, incluso hasta en blanco, y no le alcanza el dinero.

Entonces están más encerrados todavía, porque el que no está trabajando por lo menos tiene la secreta esperanza de que cuando empiece a trabajar va a ganar plata y va a vivir en paz. Ahora, ¿cuál es la secreta esperanza del que está trabajando y no le alcanza? Conseguir otro trabajo y que sí le alcance.

Por eso, en el último tiempo aumentaron tanto los monotributistas, que son personas que han quedado en la calle y se la tuvieron que rebuscar y, hoy por hoy, son emprendedores.

Además hay muchos trabajos en los cuales los empleados tienen que facturar, cuando deberían tener un recibo de sueldo, vacaciones, aguinaldo, obra social, etcétera. Todo esto nos muestra cómo se ha ido perdiendo calidad de este concepto, este objetivo social que teníamos todos de decir: "consigo un trabajo que me permite vivir y llevar adelante una familia".

¿Qué pasó para que el trabajador llegue a ese extremo?

Lo expresó muy bien el papa Francisco hace unos días cuando dijo: "En el año 55, cuando terminé mi escuela secundaria, el nivel de pobreza era del 5%, hoy la pobreza está en el 52%. ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas".

O sea, antes la pobreza era del 5% porque había trabajo y el que trabajaba era clase media. Hoy la clase baja es el trabajador, porque gana menos de $ 190 mil que es el ingreso de la canasta básica total y muchos no llegan.

Antes con el trabajo se buscaba ese famoso ascenso social como persona, como padre o madre de familia para estar un poco mejor. Pero hoy por hoy, ya con el trabajo no alcanza.

Entonces ahí entramos en esa disyuntiva o en esa problemática de los últimos 20 años, cuando saltó por primera vez la pobreza y de ahí no bajó más. Algo parecido a lo que pasa con el dólar, que cada tanto pega un salto y ese es el piso a futuro. No baja más de ahí. Con la pobreza pasa lo mismo.