En la madrugada del sábado un sangriento femicidio fue perpetrado por un hombre de 32 años en la capital salteña, y tras cometer el crimen decidió quitarse la vida. El sujeto utilizó un arma blanca para terminar con la vida de su expareja, de 34 años. Este es el femicidio número 13 en lo que va del 2023 en la provincia de Salta.

Se trata de otro aberrante hecho de sangre que conmociona a la ciudadanía. De nuevo la obsesión machista decide poner punto final a la vida de una joven madre. Hasta el momento el hermetismo es total por parte de quienes tienen a cargo la investigación, el móvil del crimen sería la prematura separación de ambos, situación que R.A. (32) no habría estado dispuesto a soportar.

Pese al hermetismo que suele mantener el Ministerio Público Fiscal (MPF) sobre este tipo de hechos, información brindada por fuentes vinculadas al hecho ocurrido hace más de 72 horas confiaron a El Tribuno algunos detalles de lo que pasó en el interior de la casa ubicada en el pasaje Eduardo Gauna al 690, por calle La Rioja al 2200.

Todas en casa

En la casa donde se cometió el femicidio seguido de suicidio el sábado por la noche estaba la víctima, una mujer de 34 años, junto a sus cuatro hijas. Las dos últimas eran hijas de ambos fallecidos, mientras que las dos más grandes eran hijas del hombre y su anterior pareja.

Como era habitual, R.A. solía salir del trabajo en horario nocturno, se desempeñaba como chofer de colectivos en líneas interurbanas, por lo cual los sabuesos suponen que el sábado pasado llegó tarde al domicilio ubicado en el macrocentro salteño.

Las fuentes indicaron que la familia de la víctima recibió contención psicológica. Intervino en la causa la fiscal Mónica Poma, de la Unidad Especializada en Femicidios de Salta.

El ingreso a la vivienda no estaba violentado, lo que hace suponer que el hombre entró a la casa con el consentimiento de alguien, quizás de la propia víctima dado que las niñas dormían.

Entre las hipótesis que se manejan se presume que el crimen fue en horas de la madrugada. La mayor, de 13 años, escuchó una fuerte discusión y, cerca de las 7.30, decidió llamar a su abuelo, padre de la víctima y dueño del domicilio. Fue este último hombre quien llamó a la Policía.

Trabó la puerta

Mientras las cuatro pequeñas dormían la expareja mantuvo una acalorada discusión. Ambos se encontraban en ropa interior en el sector de la cocina, el chofer asesinó a la mujer con un cuchillo y el cuerpo de la mujer quedó boca arriba.

Luego de consumar el asesinato R.A. comenzó a deambular por la casa, prueba de esto son las manchas de sangre que se registraron en distintas partes de la vivienda, desde la cocina donde se perpetró el femicidio hasta el sector del living.

Tras deambular por la vivienda el femicida regresó a la cocina, trabó la puerta para que ninguna de las menores ingresara y se quitó la vida clavándose varias puntadas en la yugular del lado derecho, hecho que habría consumado con el mismo cuchillo con el que mató a la mujer. El cuerpo del agresor quedó boca abajo, encima del de su expareja.