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ENRIQUE ZULETTA PUCEIRO.
20 DE Junio 2023 - 02:27
El analista político Enrique Zuletta Puceiro afirma que el sistema político de Argentina está estancado desde el 2015 y no ha habido cambios significativos en el escenario desde entonces. Tiene además una mirada crítica sobre el rol de la Corte de Justicia interviniendo en conflictos políticos de las provincias.
Dijo que desde el 2015 no hay cambios en el escenario político de la Argentina. ¿Cómo es esto?
En efecto, desde el 2015 no se registran cambios en el escenario. Sorprende la similitud de situaciones como la del 2015.
En aquel momento se estaba terminando el período de Cristina (Kirchner), venía una nueva fuerza política, se vivió una serie de esperanzas.
Hoy descubrimos, azorados, que desde entonces hacia acá no ha pasado nada: son los mismos temas, los mismos problemas, las mismas prioridades… Incluso, al final, después de este enorme proceso de participación política que ha habido, son casi los mismos dirigentes.
¿Y esto qué está mostrando? ¿Hay un estancamiento de la política?
Una parálisis. El mecanismo está empastado. Ha habido mucha gente nueva, mucha gente está frustrada, vuelven a haber dos grandes dedos al final eligiendo los candidatos. Y los temas son los mismos.
Ahora, a favor del sistema hay que decir que funciona. El sistema no cuida, no cura, no protege, no garantiza el futuro de nuestros hijos, ni el futuro de nuestros padres, pero funciona. En Chile dejó de funcionar, en Perú, en Colombia, en Ecuador, en México y en parte en Brasil dejó de funcionar, está paralizado. Líderes poco representativos, sistemas institucionales en crisis… La Argentina, con todas sus dificultades, funciona.
¿Este funcionamiento implica que siguen surgiendo liderazgos que, de alguna manera, seducen o convocan a la gente todavía?
En parte, porque el sistema de las PASO (elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) abre el abanico a una incorporación de muchos sectores nuevos. No necesariamente jóvenes, pero nuevos.
Ahora, la frustración está en que el sistema está pensado para después cerrarse y producir una vez más un tipo de enfrentamiento entre dos figuras: una es el peronismo, que es el movimiento más rico, más expresivo de la sociedad argentina -porque el Pro sigue siendo un movimiento básicamente porteño con algunos retazos de gente nueva-. Pero el peronismo, que tiene la diversidad, la heterogeneidad y la capacidad de resignificarse permanentemente, no encuentra la manera de superar un liderazgo frío, muy duro, despiadado diría yo, como es el del kirchnerismo, que incluso pretende ahora eludir sus responsabilidades en el Gobierno que está, generar una candidatura única en manos de uno de los dirigentes, dejando fuera muchísimos aspectos muy importantes.
"A favor del sistema debemos decir que funciona. No cuida, no cura, no protege, no garantiza el futuro de nuestros hijos, pero funciona".
Por ejemplo, está quedando fuera la realidad de los gobiernos provinciales que han transformado la geografía argentina. Si uno mira el escenario de la geografía económica y política, se encuentra con un país que a medio plazo ha encontrado su viabilidad. Tenemos el litio en Salta, en Catamarca y en Jujuy; la hidrovía en el NEA y Shell gas y el Shell oil y la minería y el hidrógeno verde en la Patagonia, la explosión extraordinaria del campo. Hay como una desproporción entre la calidad de lo que han podido hacer las provincias y la bajísima calidad de una política como la política metropolitana del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) que es una política que contamina, que de alguna manera envenena la agenda, porque la reduce, la jibariza, la empequeñece.
Este cerramiento que tiene el Partido Justicialista o el peronismo a permitir el surgimiento de líderes que sean más carismáticos, ¿le puede costar la elección?, ¿le puede costar el poder?
Le va a costar el poder. Mi impresión es que hoy sería muy difícil que lograra remontar el fracaso político. Pero tenemos que acostumbrarnos a una visión distinta y democrática en la cual los gobiernos que fracasan le dan paso a otros gobiernos y, si esos gobiernos fracasan, vuelven a ser castigados. Necesitamos un sistema mucho más flexible, mucho más abierto a la innovación y mucho más abierto a los premios y castigos que son indispensables, porque la política es, en gran medida, un mecanismo de gestión. Votamos a la política para que gestione bienes e intereses comunes; si esa gestión es una gestión negativa, tenemos todo el derecho a buscar alternativas.
Lo que necesita la sociedad argentina, lo vemos en las encuestas y en todos los estudios que hacemos, es opciones. La gente quiere opciones, no es que quiera el cambio por el cambio mismo. La prueba está en que en muchísimas provincias no cambia nada. Pero quiere opciones, quiere alternativas.
Hablando de las alternativas, ¿el surgimiento de Milei va a ser un caso serio y se va a convertir en una elección de tres tercios como decía Cristina?, ¿o va a terminar polarizada?
No, creo que con los tres tercios ella se refería a que cada sector se haga cargo de su tercio. Ella se hizo cargo de su tercio y nominó a Wado De Pedro, eso le hizo bajar 7 u 8 puntos al peronismo. Yo creo que hoy Juntos por el Cambio ha recuperado una ventaja, recuperó incluso parte importante del voto de Milei porque hoy tiene sectores liberales representados por Esper, que han suturado la herida de Milei.
"Hay un contraste entre la calidad de las políticas de las provincias y la del AMBA, que es una política que contamina, que envenena la agenda".
Milei, por otra parte, no ha logrado expresar ni siquiera un programa, sino solo una hipótesis económica de la dolarización, no estuvo presente en ninguna provincia, no hay elencos de calidad que la gente esté mirando con atención y es posible que ese voto que es un voto de protesta, de ruptura, termine canalizándose hacia las grandes fuerzas políticas. Hoy por hoy, Milei de haber estado en 23 a 24 puntos, está en las encuestas con 7 u 8 puntos menos.
¿Cuáles son las claves? ¿A qué va a haber que prestarle atención en esta campaña?
Al conflicto de Buenos Aires en el interior, al papel de la Corte que puede ser un papel muy disruptivo, yo creo que es un papel negativo, porque la Corte al meterse en los temas políticos provinciales se involucra en la política, toma partido y eso la deteriora y en un país que tiene tal crisis de reglas y de árbitros, que es peligroso.
La otra cuestión es ver si la Argentina profunda decide votar, porque hemos visto en estos días gravísimos fenómenos de abstención.
En Mendoza cuadriplicó los votos nulos, anulados, respecto a la última elección. Y en Corrientes pasó lo mismo.
El líder festeja, tiene 70%, pero el que lo votó es la mitad de los que lo votaron la vez anterior. Son fenómenos que hay que mirarlos con detalle y requiere un microscopio, no un telescopio desde Buenos Aires.