Venta de masas regionales, choripanes, milanesas, empanadas, al fondo un pelotero donde jugaban niños. El mercado que se arma alrededor de la iglesia de Sumalao, en la fiesta grande, tiene de todo. Lo cierto es que este año de dura crisis económica, los puesteros le contaron a El Tribuno que la gente optó por llevar lo más barato. 

Cristian, un vendedor dijo que “la venta está floja en comparación con años anteriores, es por la economía que tenemos. Lo que más sale es el choripán y todo lo que la gente ve barato”.

Y agregó que “ya no es como antes, cuando la gente preguntaba y se quedaba aquí comiendo, ahora recorren buscan precios y recién vuelven para acá. Tuve que bajar los precios porque sino no se puede vender, vengo todos los años”.

Fernando, otro comerciante, fue en la misma línea. “Se está moviendo recién ahora. La gente colabora. Es el primer año que vengo y es impresionante la cantidad de gente. Eso me conmueve y emociona”.

El hombre contó que vendía milanesas a $1.000, choripanes a 800, matambre a $1.500 y shawarma a 1.500.

Marisa es una mujer que vende gorros y contó que no se vendía nada. “Estoy desde el viernes y la venta va más para abajo que para arriba. El último año antes de la pandemia hubo buena venta, el año pasado y este están mas o menos. La gente pregunta de todo, pero hasta ahí nomás, parece que no hay plata”, dijo. 

Verónica tenía un puesto de masas regionales y hace 15 años está en el rubro. “El consumo es el mismo porque es algo masivo. La gente sabe que tiene que venir con plata. Lo que más se vende son los rosquetes, capia, quesadiilas, milhojas, turrón salteño y caramelitos de caña”, dijo.

La mujer contó que están con el puesto desde la semana pasada, cuando fue la fiesta chica de Sumalao. “Hay mucha más gente este año. Nosotros para vender tenemos precios cuidados. Casi todos nuestros productos salen 600 pesos. Son bandejas de cuatro unidades”, dijo.