Para abordar "La otra salud – Un enfoque integral hacia el bienestar", El Tribuno organiza un nuevo ciclo de conferencias "Hablemos de lo que viene", en cuyo evento central el cirujano general y director del Instituto Universitario de Rehabilitación Universidad Católica de Salta (Ucasal), Fernando Gallo Cornejo, abordará el desarrollo de un Instituto de Rehabilitación Universitaria en el metaverso, utilizando tecnología de realidad virtual y tele-rehabilitación.

Gallo Cornejo es secretario académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Ucasal, donde tienen cinco carreras vinculadas con la rehabilitación: Fonoaudiología, Kinesiología, Terapia Ocupacional, Podología y Psicomotricidad; además, se suman otras carreras de la universidad como Psicología, Psicopedagogía, Trabajo Social, Ingeniería, Diseño Industrial y Música, con lo que son 12 carreras contenidas en un Instituto Universitario de Rehabilitación.

Este proyecto tiene cuatro ejes: lo académico, lo asistencial (que se hará cuando exista un lugar físico para lo cual se está proyectando un edificio), y dos áreas más que son la parte de Innovación y de Tecnología. "Sumado a toda esta estructura asistencial, trabajamos en el desarrollo de un instituto de rehabilitación en el metaverso", señaló.

 

 

 

 

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La idea de un centro de rehabilitación en el metaverso suena como un concepto muy lejano. ¿Cómo es el desarrollo?

De hecho, en la Facultad de Salud estamos muy avanzados con lo que es la tele-rehabilitación; tenemos tecnología donde los chicos aprenden con equipamiento que tiene que ver con rehabilitación virtual a distancia, con tecnología. Y tenemos cascos, que son los óculus para enseñar anatomía con programas 3D de anatomía. Pero lo novedoso es este desarrollo que impulsamos desde el Laboratorio de Innovación de la Universidad junto con el Instituto de Rehabilitación de armar un instituto en el metaverso. Mientras esperamos que se construya el edificio físico, esto es algo paralelo y que va por otro lado. Suena muy a ciencia ficción, pero es la realidad que se viene y, de hecho, estamos con todo un desarrollo para trabajar en eso.

¿Cómo funciona esto?

Con realidad virtual. Vos tenés un casco, podés estar dentro de un lugar, haciendo un encuentro, mano a mano con otras personas, o teniendo una experiencia diferente a la que tenés habitualmente, y tener accesibilidad a una consulta, un servicio o, inclusive, esto que estamos estudiando, estudio del movimiento humano con un laboratorio: que vos estés en tu casa haciendo un ejercicio, pero estás proyectado y estás dentro de un gimnasio virtual haciendo ese ejercicio y yo como médico te estoy viendo y estoy evaluando qué es lo que estás haciendo y cómo.

¿Cómo se logra que tanto el médico como el paciente accedan a ese espacio virtual?

Hay dos maneras de hacerlo. En el metaverso tenés dos niveles: vos lo podés estar viendo desde una pantalla de televisor, que de hecho en 2D es que se llama o, en la computadora, estás dentro de este lugar, como un juego. Y podés navegar por el instituto, caminar, circular, tenés tu avatar y llegás a un consultorio, a un área determinada. Te vas como desplazando y, según en qué área estés te vas encontrando con distintos médicos.

Hoy es una cuestión económica la barrera para contar con esto, sabemos que el óculus no es accesible a todo el mundo, pero lo va a ser, a futuro. Antes no teníamos teléfono móvil, porque era algo de ricos; pero ahora todos estamos hablando desde un smartphone. Es cuestión de tiempo que la tecnología alcanza todo.

¿Y cómo es la experiencia?

Si vos te ponés el casco, la realidad es totalmente diferente, porque vos estás con una realidad inmersiva, estás metido adentro y estás teniendo otra sensación. Es algo más real.

¿Es la evolución de la telemedicina que vimos con la pandemia?

Podés tener un avatar, que dentro de un par de años el avatar vas a ser vos mismo, el que pueda ser que esté ahí, pero desde tu casa conmigo que soy tu médico. Y con el mismo teléfono te vas a poder escanear y del otro lado yo voy a ver lo que tengo que ver sin estar en contacto físico real. Por ejemplo: puede haber una lesión, algo que no es tan difícil de mostrar a través de una cámara pero de una manera más orgánica, más realista, más sistémica.

"La pandemia nos sacó el velo y los peros que había. Todas estas cosas de telemedicina eran muy cuestionadas".

¿Y cómo sería este instituto en el metaverso?

En este metaverso que tenemos nosotros tenemos consultorio, entonces vos entrás al consultorio y en ese consultorio, en ese momento, hay un médico, porque está en tiempo real; esto no es un invento, tiene que haber alguien. Y cuando vos entrás, el sonido y lo que pasa dentro está bloqueado y solamente se escuchan las dos partes que están metidas ahí, es un sitio seguro al que nadie puede entrar. Pero al salir hay un hall y podés estar conversando con todos los que están alrededor, todos los que hayan ingresado en ese momento a la plataforma, que pueden ser pacientes, médicos, gente que circula por el lugar…

Parece algo muy difícil de lograr…

Hoy parece un juego, pero no, esto es serio y vamos para ahí, es innovación.

¿Esto ya se ve en algún lugar del mundo? ¿Están avanzando sobre esto?

Sí, sí. Te diría que ya hay hospitales en el metaverso. Hay hospitales que tienen muchísima trayectoria e historia, y ya están en esto. Y hay algunos que, como nosotros que no tenemos ninguna historia en cuanto a tener un instituto, o un hospital, pero nos ponemos a la par de esto porque en realidad están todos probando de qué va, viendo cómo van estos avances.

Lo malo para nosotros es que empezamos al revés. Tenemos 12 especialidades multidisciplinarias para trabajar todos juntos y tengo que esperar dos años a que el proyecto, que ya ganó un concurso, se licite, se concurse, se haga, y recién ahí nos encontramos todos para trabajar en forma común. Entonces, ¿por qué no trabajamos en forma común en este sitio?

"Ya hay hospitales en el metaverso. Hay hospitales que tienen muchísima trayectoria e historia, y ya están en esto".

Además en el metaverso se puede dar una oferta de servicio, puedo asesorarte, puedo hacer una consulta, un montón de cosas que se pueden llegar a hacer o dar accesibilidad a gente que no tiene forma de venir. O sea, esto de la pandemia nos sacó el velo y los peros que había. Todas estas cosas de telemedicina eran muy cuestionadas y, cuando nadie se pudo mover, pasó a ser lo mejor que nos pudo pasar. Avanzamos muchísimo con eso.

Pero con esto vos podés tener otro mercado, otra gente, ser mucho más democrático, más accesible a muchas cosas.

¿Y el contacto en persona en qué casos se daría?

Por supuesto que hay cosas que sí o sí necesitas estar con el profesional mano a mano, pero diría que el 90% no hace falta. Se puede resolver virtualmente la mayor parte. Quizás la primera visita sea la necesaria y a la próxima ya te conozco, ya sé quién sos, sé que traés un estudio para contarme cómo te fue, cómo te sentís.. entonces ya no necesitás venir.

¿Y este desarrollo o la posibilidad de este desarrollo que está en potencia en qué instancia está?, ¿qué nos falta para llegar a eso?

En la universidad estamos generando el desarrollo del edificio, de hecho lo presentamos ahora el 31 de agosto en una jornada interdisciplinaria. Estamos en un plan piloto. Empezamos con plataformas que ya existen, estamos trabajando sobre una base de paredes que existen, en una plataforma que tiene la universidad.

¿Tienen alguna experiencia ya con el metaverso?

La universidad ya está teniendo, por ejemplo, reuniones de Consejo Académico en forma de metaverso, audiencias judiciales en el metaverso; es decir, tenemos ya esa ejercicio de teoría que las cosas están pasando, y esto de salud es algo muy novedoso para todos.