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HÉCTOR GULIANO, LICENCIADO EN ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS Y EXPERTO EN DEUDA PÚBLICA
24 DE Agosto 2023 - 02:34
El economista Héctor Giuliano, licenciado en Administración y Finanzas y experto en deuda pública, visitó recientemente la provincia para exponer sobre el pensamiento económico del sacerdote Julio Meinvielle, un filósofo tomista cuyos libros fueron muy influyentes en el nacionalismo católico argentino, en el marco de los 50 años de su muerte.
En diálogo con El Tribuno, Giuliano reveló algunas anécdotas con el sacerdote, con quien tuvo una relación cercana a partir de la cual escribió varios libros. Durante la charla con este diario, Giuliano contó que el padre Meinvielle tenía una línea troncal de pensamiento económico que él conoció durante sus años de estudiante, a través de sus visitas al religioso.
¿Cuál fue la línea de pensamiento económico del padre Meinvielle?
Yo conocí al padre a los 16 años y me vinculé con él mucho en la época estudiantil. En ese momento corría la década del 60, en la Universidad de Buenos Aires había un grupo muy reducido, éramos siete u ocho muchachos que estudiábamos y lo visitábamos regularmente los sábados a la tarde.
Yo, fiel a mi manía de tomar notas de las cosas, iba con inquietudes escritas, le llevaba toda mi lista de preguntas. Y el padre, siempre de buen humor, respondía cada una. Lo más interesante de él no era solamente su enseñanza evangélica, sino toda la serie de comentarios que él hacía sobre lo que estaba pasando.
"Se puede decir que el principal problema de la Argentina no es económico, sino financiero: la finanza está frenando la economía".
En aquella época Arturo Frondizi era el presidente de la Argentina y, cuando yo me vinculo con el padre recién había terminado él de sacar un artículo de tapa que se titulaba "¿Puede un comunista ser presidente de la Argentina?", donde acusaba a Frondizi de tener lazos con el Socorro Rojo Internacional y que había tenido antecedentes de vinculación con el comunismo. No puedo decir que esa sea mi impresión personal, pero en ese momento era un seguidor del padre Meinvielle.
Yo al padre Meinvielle lo traté desde joven como estudiante y después, a nivel personal, lo visitaba frecuentemente hasta su muerte, en 1973.
Usted tiene una especialidad dentro del campo de las finanzas, que es el estudio de la deuda que hoy es un tema crucial para la Argentina. ¿Cómo ve la situación actual de la deuda argentina?
La deuda siempre ha estado creciendo. Desde el proceso militar de 1976 hasta la fecha. Pensar que en ese momento la deuda heredada del gobierno peronista era entre 8.500 y 9.000 millones y hoy suman 416.000 millones de dólares.
Pero está también la deuda bicéfala del Banco Central por la bola del Leliqs (letras de liquidez emitidas por el Banco Central) y los pasivos que suman más de 17 billones de pesos, equivalentes a más de 65.000 millones de dólares.
Para tratar de resumirlo, se puede decir que el principal problema de la Argentina no es económico, sino financiero. La finanza está frenando la economía y, consecuentemente, se da el problema, el gran riesgo, terrible riesgo, de que la economía y las finanzas condicionen el funcionamiento de las variables económicas.
Entonces yo estoy planteando, de distintas maneras, que mientras no se encuentre una autoridad que regule bien la nueva política financiera en materia monetaria, cambiaria y bancaria, no hay solución para una política económica argentina. De una manera hipersintética, ese sería mi planteo.
¿Cree entonces que al Gobierno le sirve que haya inflación porque de esa manera se financia?
Sí, efectivamente. Para ponerlo de una forma resumida: la inflación favorece al Gobierno porque le aumenta sus ingresos por recursos fiscales. Aumenta el IVA, aumenta la inflación. Aumenta el IVA, aumenta el impuesto a las ganancias, bienes personales, impuesto al cheque, etc. Así que el Gobierno no se perjudica por la inflación. La inflación actúa como un impuesto. Es una fuente de financiamiento.
¿Solo el Gobierno se beneficia?
Y el sector empresario también se beneficia porque el sector empresario vive remarcando precios porque no queda nunca descolocado contra la inflación.
Y, en cambio, el ciudadano corriente, es el último eslabón que queda ahí sujeto a la exposición de las remarcaciones de precios que, en este momento, se agrava porque hay que actualizar boletas de servicios públicos. Es otro masazo que cae sobre la población.
Y otro factor importantísimo que es el que frena la economía, las altísimas tasas de interés. El arbitraje entre tipo de cambio y tasa de interés es probablemente la mayor encerrona financiera y hasta política que tiene el Gobierno actual.