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Cuando se termina la temporada en su lugar de residencia, generalmente en el norte provincial, emigran hacia otras zonas del país en busca de más trabajo.
24 DE Enero 2024 - 17:49
Durante las vacaciones de verano la mayoría de los salteños buscan viajar, distenderse, salir de la rutina y la monotonía de todo un año y así poder relajarse. Sin embargo, en este escenario, los trabajadores golondrinas ven las vacaciones como una breve pausa antes de embarcarse en un exilio laboral. Aprovechando el cierre de temporada en sus queridos pueblos, principalmente del norte salteño, migran hacia otras zonas del país, llevando consigo el peso de la necesidad.
Familia, amigos y la comodidad del hogar, son cosas de las cuales tienen que dejar por casi cinco meses para viajar lejos y seguir ganando dinero, ya que lo que juntan durante la temporada no es suficiente para esperar hasta la próxima.
Muchos se van a Mendoza o a Buenos Aires y sus alrededores, como La Plata, en busca de continuar haciendo lo que saben, trabajar en el campo. El Tribuno habló con Alfredo González, embalador de frutas y verduras de Colonia Santa Rosa, departamento Orán, quien cada vez que llega diciembre, como muchos, debe irse de su pueblo para seguir trabajando.
Alfredo contó que se encuentra en La Plata embalando frutas y verduras y que se va cada vez que llega el verano, hace ya diez años. "Primero venía con mi papá que también es embalador, primera vez que vengo solo, antes llegaba al lugar sin un trabajo fijo, pero ahora como ya me conocen ya me avisan con tiempo y vengo a lo seguro, pero muchos vienen sin saber donde van a trabajar e igual consigue porque acá hay muchas fincas, una al lado de la otra", explicó sobre cómo consiguen trabajo quienes llegan al lugar.
Como Alfredo, hay muchos que se van del pueblo, tal es así que disminuye considerablemente la cantidad de personas que se pueden ver en la calle, muchos piensan que la gente sale de vacaciones, algunos sí, pero generalmente la realidad es otra. "Yo solo vengo a hacer temporada en La Plata, me voy del pueblo porque tengo que seguir ganando plata para mandarle a mi familia, a mi mujer y mi hija. Eso es lo que me motiva para venir, ayudarlas económicamente", explicó Alfredo González
En cuanto a lo que ganan, reconoció que se les paga mejor afuera que en el pueblo, ya que en octubre de 2023, en Colonia Santa Rosa, cobró $120 por un cajón embalado y actualmente en La Plata gana $250.
Los que ya van con un trabajo asegurado, como es el caso de Alfredo, reciben una habitación por parte de la empresa o el dueño de la finca para la que trabajen, pero los que son nuevos en esto deben rebuscárselas para encontrar un lugar.
A pesar de ganar más, como todo trabajo tiene sus pros y sus contras, en este caso es el estar lejos de los seres queridos. "Lo que más se extraña, sin dudas, es la familia y se hace duro dejar el pueblo, en donde uno se crió, por varios meses y más durante las fiestas", dijo el embalador, teniendo en cuenta que sale de su pueblo tiempo antes de Navidad y pasa las fIesta de Fin de Año lejos de casa.
Si bien es sacrificado, no todo es trabajo, hay un día en la semana en la que pueden descansar. "Cuando puedo aprovecho para salir a pasear y conocer lugares, eso también ayuda a distraerse un poco", expresó.
En medio de una profunda crisis económica y una abrumada inflación que atraviesa el país, para los golondrinas esta realidad no es diferente. "Ya no se puede guardar algo de plata para comprar algo para nosotros o nuestra familia, solo se gasta para comer y no alcanza para más nada", recalcó decepcionado Alfredo González.
De igual manera doblan esfuerzos y continúan trabajando para luego volver a sus pueblos, pero solo por unos meses, ya que dentro de un año vuelven a irse. Cuando muchos salen de vacaciones ellos también se van, pero por trabajo.