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Se trata de una de las lesiones más graves. En la mayoría de los casos, son niños entre dos y seis años los afectados. Especialistas piden prevención por parte de padres y tutores.
13 DE Abril 2024 - 01:50
El caso de un niño de dos años que quedó atrapado en un secarropas y que fue rescatado por Bomberos Voluntarios de Campo Castañares encendió las alarmas sobre la falta de medidas de prevención en los hogares para evitar accidentes domésticos de niños.
El hecho ocurrió el miércoles pasado, a las 20.50, en una vivienda del barrio 17 de Octubre, cuando el pequeño se metió dentro del artefacto donde quedó atrapado en posición de cuclillas. Un llamado al 911 alertó sobre el suceso. Los bomberos voluntarios lograron cortar el tambor del secarropas y liberar al niño.
Según la OMS los accidentes son sucesos que ocurren en forma no premeditada y que generan una lesión física detectable.
"Según esta definición, nosotros, acá en el hospital público Materno Infantil asistimos todo tipo de accidentes que se producen en cualquier ámbito: en la casa, fuera de la casa, en la calle, en la escuela", explicó el responsable de la Unidad de Gestión de Traumatología y Ortopedia del hospital, Nicolás Saravia.
Respecto de los accidentes que ocurren en el hogar las consultas más frecuentes son debido a caídas desde la cama, el sillón o la silla.
"Saltan, bailan arriba de la cama y se caen y fracturan. La mayoría de las veces requieren yeso pero hay un porcentaje que son las desplazadas y hay que hacer una reducción en quirófano y colocar clavos, clavijas", precisó.
Además, en el hospital asisten lesiones más severas producto de accidentes el hogar, desde el punto de vista de la traumatología. "Entre las lesiones más graves que vemos están las que son producto de secarropas, en la mayoría de los casos, en niños entre dos y seis años", manifestó .
En 1998, médicos del hospital Garrahan, ubicado en Buenos Aires, publicaron un artículo especial denominado "Accidentes en la infancia: enfermedad del secarropas", y lo presentaron en el Congreso para pedir que se modifique una ley y se incorpore un dispositivo en los artefactos que no permitan abrir directamente el secarropas durante su funcionamiento. Es que en julio de ese año habían recibido cinco casos de niños con lesiones graves en un miembro superior y uno incluso con fractura seria de maxilar. El tambor de un secarropas circula a 2800 revoluciones por minuto, lo que puede generar heridas gravísimas.
Los médicos lograron su objetivo, sin embargo, la casuística de lesiones por secarropas sigue igual. De hecho, en el hospital público Materno Infantil, por año se registran entre 15 y 16 casos de estos, a razón de un caso cada 15 o 20 días de niños y niñas.
"Las lesiones van desde las que requieren una reducción de yeso o la exploración por el cirujano vascular de los vasos o arterias porque están dañadas. A veces también hay compromiso del nervio, entonces hay que reconstruirlo. En otros casos se fractura el húmero y el antebrazo, que se llama codo flotante y hay que estabilizar el hueso con una cirugía, introducir clavos. Se necesita ingresar a quirófano en varias oportunidades", precisó Saravia.
La vivienda, donde Bomberos rescataron un niño de un secarropas.
En enero de 2018, en la comunidad de Zanja Honda, una niña de un año y ocho meses metió su brazo en un precario secarropas que estaba funcionando, y el aparato, con su fuerza centrífuga, le arrancó el brazo desde el hombro. Fue sometida a varias intervenciones y se le reimplantó el brazo pero no pudo conservarlo.
"Los chicos ven que la mamá mete la mano en el secarropas y ellos por una cuestión de curiosidad quieren imitarla. Además, la altura del artefacto ya es similar a la altura de los chicos. Hay casos en que al artefacto lo hacen funcionar sin la tapa porque se le rompió el dispositivo de seguridad y lo usan así entonces no hay supervisión de un adulto, los chicos meten la mano. Por la velocidad del tambor, la centrifugación hace que se genere una lesión por fricción y rotación. Son graves", explicó.
Saravia destacó la importancia de la prevención y de ser responsables.
Recomendó no usar secarropas sin la tapa, sin el dispositivo de seguridad porque muchas veces se rompe y la gente continúa usándolo lo cual es un gran riesgo. "Cuando nos hacen una derivación de un niño con alguna lesión por secarropas sabemos que es grave e inmediatamente preparamos todo para recibir al paciente", dijo Saravia.
La supervisión del adulto al momento del uso es fundamental. "Arreglar el dispositivo de seguridad del artefacto es lo que deben hacer pero si no pueden por una cuestión de economía por lo menos deben estar presentes cuando lo utilicen porque los chicos tienen curiosidad y se acercan", finalizó el doctor Saravia.