Acceso web El Tribuno:
www.eltribuno.com
Contacto:
Editor: Pablo Juarez
E-mail: pjuarez@eltribuno.com.ar
Teléfono: +54 387 4246200
Por cualquier consulta administrativa o referida al sitio, puede escribirnos a: contactoweb@eltribuno.com.ar
Director: Sergio Romero
Telefono: +54 0810 888 2582
Razón Social: Horizontes On Line SA.
Registro de propiedad intelectual: 69686832Domicilio: Av. Ex. Combatientes de Malvinas 3890 - CP (A4412BYA) Salta, Argentina.
Es el actor argentino que más veces y a lo largo del tiempo ha interpretado al conde transilvano. Aseguró que es el personaje de su vida y que Pepe Cibrián, creador de la comedia musical, fue su gran maestro.
25 DE Mayo 2024 - 22:27
Drácula es un personaje creado por el novelista irlandés Bram Stoker en 1897 y está basado en una figura histórica real: el príncipe Vlad III de Valaquia, originario de Rumania. Este había merecido el apodo de Vlad El Empalador, por ser cruel y despiadado con sus oponentes y con aquellos que lo traicionaban, a quienes infligía graves dolores físicos hasta provocarles la muerte. Al punto que se estima que hubo más de 100.000 víctimas empaladas en los bosques rumanos.
Estos hechos sirvieron de inspiración a Stoker para su obra "Drácula", conectando a su protagonista, el conde Drácula, con el vampirismo.
Esta novela fue publicada el 26 de mayo de 1897. De allí se explica la fecha para la celebración de este día mundial.
La historia refleja una contienda entre el bien y el mal, también entre el presente y el pasado que se desarrolla en Rumania, específicamente en los montes Cárpatos de Transilvania. Si el Drácula de Stocker era un ser ruin, despiadado y despreciable que se convertía en vampiro y acechaba a inocentes víctimas amparado en la nocturnidad para succionarles la sangre con sus colmillos, porque así él lograba sobrevivir y rejuvenecer, el de Pepe Cibrián en “Drácula, el musical” es monumental. El Cibrián, de estilo apasionado, alto entrenamiento y una manera de vivir muy teatral, halló a Drácula y su tragedia en una novela epistolar, casi soporífera, la de Stoker, y en la cual el personaje no solo era un mero monstruo, sino que además no tenía voz. También encontró al actor perfecto para interpretarlo, Juan Rodó. Y fue así como se este se erigió en el Drácula argentino, inigualable.
“Drácula”, de Cibrián-Mahler debutó el 29 de agosto de 1991 en el Luna Park y realizó cinco temporadas en el mismo lugar (1991, 1992, 1994, 1997, 2000), una en el teatro Roxy de Mar del Plata (1993), una en el Teatro del Lago en Villa Carlos Paz (Córdoba), dos en el Ópera de Buenos Aires (2003 y 2007), dos en el Astral (2011 y 2016) y varias giras nacionales (1992, 1998, 2004, 2007, 2011, 2022, 2023). Fue vista por más de tres millones y medio de personas no solo en Argentina, sino también en Brasil (2000), Chile (1992 y 2008) y España (1994). Y el cierre, aunque luego hubo una gira por el litoral, se hizo el domingo 3 de septiembre en el Luna Park.
El único que estuvo siempre sobre tablas, salvo cuando algunas giras por las provincias coincidían con otros compromisos y salía el segundo elenco, fue Rodó.
“La despedida de Drácula fue un golpe, porque fueron 32 años desde el estreno. Uno se queda sin la obra de su vida, porque para mí Drácula fue el personaje de mi vida. El cierre del Luna Park fue fuertísimo. La gente nos gritaba: ‘¡Vuelvan! ¡Vuelvan!’ y si dependiera de uno, uno se quedaría eternamente en el Luna Park”, señaló Juan.
Pronto volvió al día en que respondió a la convocatoria abierta de una obra que, aún no se sabía, iba a marcar un antes y un después en el teatro argentino, a inaugurar un género aquí desconocido: la comedia musical y a batir récords mundiales de permanencia.
“Yo me contentaba con ser elenco transilvano 35. Me entusiasmaba ser parte de ese proyecto y lo que prometía ser una obra de gran envergadura. Había solo dos canciones compuestas por Ángel y Pepe, que iban componiendo esto a medida que pasaban los ensayos”, relató. Añadió que él estaba entre 1200 “audicionantes”. De hecho, mientras hacía la cola -que daba vuelta el Luna Park- se preguntaba qué hacía allí y lo acometía de a ratos la voluntad de irse. "Creo que fue Dios el que me dijo: 'Paciencia' y de repente me encontré avanzando y llegué a la puertita llenando el formulario medio ya sin ganas. Yo pensaba: '¿En 1200 qué chances tengo de quedar entre los 60 actores que van a elegir? Fui con nada de perder", continuó.
Luego explicó que en la primera audición los habían agrupado de a cien. Cibrián se presentaba ante ellos y Mahler interpretaba el vals "Soñar hasta enloquecer". Pepe entonaba estrofa y estribillo y los desafiaba a estudiarlo ahí mismo. Todos los aspirantes iban pasando con ciertas marcaciones escénicas y en algún momento actuaban solos. Al día siguiente, volvía a integrar otro grupo con el que se completaba una centena de actores. Pero Cibrián le dijo: "La próxima canción la vas a cantar vos. Juan, pasá" y el Dios empezó a escribir sobre renglones torcidos.
"Me la hizo cantar a mí como modelo para los audicionantes, ya no la cantó él. Eso me dio la pauta de que en aquel momento ya me había localizado, me había visto. Pepe tiene ese ojo y esa sensibilidad. Hubo ocho audiciones grupales hasta que se definió el elenco de 63 actores. Desde las seis de la tarde hasta las tres de la madrugada hacíamos coreografías, escenas y terminábamos muertos. En esa dinámica Pepe iba probando quién le respondía", continuó.
Rodó fue seleccionado para Jonathan Harker. El Conde iba a ser Diego San Clemente, un cantante lírico, que según muchos de los que lo vieron en la}os ensayos, era perfecto para el personaje en la actuación, la voz y hasta el físico. Era mayor que Rodó (que solo tenía 24 años) y con una presencia escénica impactante. Pero parece ser que su ego era igual de importante y por ello no congenió con Cibrián. Quince días antes del estreno, San Clemente quedó afuera del proyecto.
"Pepe dijo: 'Drácula es Juan'. Yo era el doble de Drácula, el alternante, manejaba el rol, pero me quedé duro, sentí una responsabilidad y una alegría. Era un depósito de confianza de Pepe, que me dijo que en el fondo quería que yo fuera Drácula, pero el otro chico tenía un físico y un porte más parecido al personaje, pero que era mejor así y yo estaba feliz con lo que venía", rememoró. El elenco protagónico se completó con Cecilia Milone (Mina), Paola Krum (Lucy), Laura Silva (Nani) y Juan Martín O'Connor (Jonathan Harker).
"Del 1991 al 1993 fue una revolución draculiana, pero en un momento Drácula baja. Y yo no estaba preparado para la caída, porque en aquel momento era noticia que yo fuera Drácula. Se cae el proyecto y uno queda sin proyecto hasta que viene otro. Por suerte años después pude seguir en el musical con 'La Bella y la Bestia', un gran proyecto de Disney, (1999), luego con Los Miserables (2000) y ahí sentí que además de Drácula podía seguir avanzando, quizá no en el Luna Park, pero sí en el Teatro Ópera que fue el preparado para los musicales extranjeros y avanzar en mi carrera con lo que yo soñaba hacer", desgranó Rodó.
Con la dupla Cibrián-Mahler él hizo seis musicales: encarnó a Solimán en "Las mil y una noches, el musical" (2001, 2004 y 2010); a Dorian Gray en "Dorian Gray, El retrato" (2004), a Claudio Frolo en "El Jorobado de París" (2006); a Otelo en "Otelo" (2009) y a Merlín en "Excalibur, una leyenda musical" (2012).
Pero de "Drácula" hubo aniversarios diversos a los 10, 20, 25 y 30 años.¿Habrá 35? ¿Cuál es la mirada que Juan tiene sobre el su primer y último Drácula?
"Invitaba a familiares y amigos, que siempre me ven, y ellos eran mis críticos, los que me decían cómo había estado, pero nunca imaginé las diferencias que iba a haber en lo actoral y lo vocal. A mí Drácula es un personaje que siempre me motiva hacerlo, aunque lo haya hecho 4000 veces yo voy a buscarle la vuelta para interpretarlo mejor, para buscarle otro lado a lo que ya conocemos y es un personaje que permite esa versatilidad", señaló.
Agregó que sí le gustan matices y gestos de sus comienzos. "Me gusta esa impronta juvenil que tenía. Era ir inconscientemente a pisar el Luna Park. Recuerdo que me motivaba ver qué le pasaba a la gente, el ganarme al público. Veo cosas que hoy en lo vocal y actoral las he superado, pero que eran correctas para el momento de un joven que se estrenaba, obviamente con el apoyo de Pepe Cibrián, que fue mi maestro: yo era muy joven y él me abrió las puertas al teatro musical. Pisaba el escenario con esas herramientas, pero luego está en uno hacer crecer eso, mantenerlo vivo", reflexionó.
Ilustran esta nota unas fotografías tomadas por Pablo Yapura en el camarín de Juan Rodó, el 9 de junio de 2022, cuando “Drácula, la despedida” se presentó en el Teatro Provincial. En aquel momento accedió a correr el velo de su preparación de Drácula, un momento personalísimo en que se encuentra en diálogo con su arte.
El actor dijo que más que centrarse en cábalas antes de dirigirse al escenario, se prepara de una manera intensiva. Previo a actuar se embarca en una preparación que le insume cerca de una hora y media de trabajo en la vocalización y el repertorio. “Esto me da la resistencia para abordar un musical tan demandante como Drácula y es algo que no hace casi nadie: una metodología que tengo, la llevo constantemente y que es casi un entrenamiento atlético de la voz y en el caso de los musicales, que tienen texto, también es un trabajo de memorización, de dicción. Previo a la función incluyo algún trabajo de estiramiento y de relajación”, describió.
Y acerca de qué referencias se permitió abordar para componerlo citó a la novela de Stoker,la única fuente de la que abrevó hasta que en 1992 se estrenó aquel otro portento -esta vez fílmico- sobre el personaje, “Drácula, de Bram Stoker”, del director Francis Ford Coppola. “Soy reticente la verdad con las versiones modernas que han salido en series y películas. Soy más bien clásico. Yo, obviamente de chico, he visto la película con Béla Lugosi.
Justamente Lugosi murió arruinado y en el olvido, en 1956, tras una larga carrera cinematográfica y fue enterrado con el traje del célebre vampiro. Devorado por el personaje, alguna vez declaró que el Conde había truncado su carrera al encasillarlo en ese papel.
“Drácula tiene sus mitos y sus historias alrededor de quienes lo han interpretado especialmente Béla Lugosi, que ha creído ser vampiro. Por lo menos este Drácula no me ha dado más que alegrías y gratitud por lo que genera en el público y por lo que ha generado en mí como artista. Siempre fue un proyecto feliz. Lo que sí he tenido que sacrificar mucho para sostenerlo a través de estos 32 años. O sea, que un poco sí me ha chupado la sangre, pero al mismo tiempo me ha dado muchas cosas que tienen que ver con la realización en mi carrera y como cantante con una evolución y un crecimiento”, expresó.
Además, de “Drácula” Juan “Juan Rodó, la voz” el 20 de octubre de 2023, dirigido por Ángel Mahler en el Luna Park y en compañía de más de 60 músicos.
“Por decisión propia decidí no tomar ninguna obra grande. Creo que estos maravillosos dos años en los que estuvimos de temporada me han dejado bastante agotado y de alguna manera tengo que recobrar energía y fuerzas”, señaló. Y anticipó que a fines de junio volverá a interpretar el personaje de Javert de Los Miserables en una versión de concierto que se va a hacer en el Teatro del Círculo de Rosario, el 28 y 29 de junio con orquesta y coro. Para mí este proyecto es muy emotivo porque me voy a reencontrar nuevamente con este personaje que hice exactamente hace 24 años con la producción original de Londres”, comentó.
Puesto a analizar el destino extraordinario y sorprendente de la criatura indicó: "En la historia del musical no hay un precedente, los mismos Ángel y Pepe intentaron replicar el éxito con otros musicales de su autoría y no ocurrió lo mismo. Otras obras se repitieron, pero no con esta trascendencia. Al público le pasa algo y yo desde arriba del escenario no sé cómo explicarlo, más allá de que me parece maravilloso todo: el libro, la partitura, la dinámica escénica. No tiene fisuras y sí una dinámica atrapante, es apasionante por las actuaciones, las voces, pero hay muchas obras que también y eso pasa con los éxitos: la fórmula no es tan exacta para que se reproduzca y siento que mi presencia en el personaje, que ayudó a consolidar un Drácula romántico, distinto, es un ingrediente de esta receta que es Drácula. Con cada presentación volvíamos a reclutar fanáticos y los que la vieron volvían casi como un efecto de recital: ver a su banda preferida, ver a su obra preferida otra vez", evaluó. Y para finalizar, recordó que “Drácula” tiene la virtud de volver cada quinquenio y que no es un horizonte tan lejano el aniversario de 35 años en 2026. “No me voy a despedir nunca de él, mientras me sigan llamando y voy a hacer tranquilamente los 50 años de Drácula, aunque ya tenga 74 de edad”, concluyó.