Los empleados municipales pertenecientes al municipio de Campo Santo, participaron de una procesión, caminando junto a la imagen de San Benito Abad, declarado Patrono de los empleados municipales, en una nueva fiesta patronal que es celebrada el 11 de julio de cada año. Las actividades patronales dieron inicio con el rezo de la novena, celebrada por nueve días en la capilla a San Benito, ubicada en uno de los patios internos del edificio comunal. Para que todos pudieran formar parte de la fiesta central, el intendente Facundo Taché, decretó asueto a las 10 de la mañana.

La misa, oficiada por el cura párroco Francisco Alberto, dio inicio a las 11 en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria. Posteriormente la imagen de San Benito salió en procesión por las calles céntricas del pueblo, acompañada por la mayoría de los empleados, que incluyó a funcionarios pertenecientes a la nueva gestión. "A pesar que todos los años participamos de la procesión, no deja de emocionarnos. Cada año vivimos situaciones nuevas que nos llevan a agradecer o a realizar un pedido a San Benito. El pedido que es común entre todos los empleados, es por mantener el puesto de trabajo o por un crecimiento dentro del ámbito laboral" manifestó Jorge Falcón, delegado de ATE.

La procesión finalizó en el canchón municipal, allí algunos compañeros trabajaron toda la mañana preparando un rico locro, una comida muy adecuada para las bajas temperaturas que se están registrando en esta semana. El intendente Taché no pudo estar presente por razones de agenda, en su reemplazo se hizo presente el secretario de Gobierno Dr. Dante Giménez.

Los trabajadores municipales manifestaron que están atravesando por una crisis en lo económico, la misma que afecta a todo el país, pero que el gobierno municipal, no mantiene deuda con ellos, cumpliendo con los aumentos acordados, lo que permite que la crisis sea más llevadera.

Nadie recuerda en que año comenzó la devoción a San Benito, pero todo inició con la ubicación de su imagen en un sector de la comuna.

Allí, aquellos trabajadores que tenían alguna necesidad de buscar un alivio por medio de la oración, lo pudieron hacer en su propio lugar de trabajo, pidiendo, entre otras cosas, por protección para su familia, el puesto de trabajo y la salud. Con el tiempo, se sumaron la novena y la procesión para completar una fiesta patronal, que actualmente es compartida con parte de la comunidad.