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"El profe Córdoba es, fue y será el más mediático de los profesores de física", dijo Zarella Arauz Méndez. Un repaso por su gran vida.
20 DE Agosto 2024 - 22:00
La historia de Daniel Córdoba, el profesor que creó el taller de "Física al alcance de todos", fue reporteadas, en gran parte, en las páginas de El Tribuno. Quizás fueron Carmen Petrini o Fernanda Abad las periodistas que comenzaron a descubrir un fenómeno que se estaba dando los sábados, por la mañana, en las aulas del IEM (Instituto de Enseñanza Media), de la UNSa.
Porque hasta ahora parece toda una singularidad ver a jóvenes estudiantes, hablamos de unos 200, reunidos los sábados a la mañana, estudiando y resolviendo problemas de física. "Por ese entonces comenzaron a entrar como chorizos los chicos salteños al (Instituto) Balseiro. Eran los chicos del profe Córdoba. Así es que vinieron los del diario primero, luego lo tomaron otros medios de Salta y al tiempo ya estaba la imagen de Daniel en los medios nacionales", dijo Zarella.
En un pedacito de su oficina, la del IEM, había un recorte amarillento, de nota de segundo nivel, firmada por Fernanda Abad, con una foto que ya ni se distinguía, estaba la mención de los chicos de Salta ingresando al Balseiro. Córdoba la tenía pegada con cinta scotch, y con el tiempo había ido perdiendo el protagonismo frente a todos los demás informes de la prensa gráfica nacional.
El profe Córdoba comenzó allá por el año 95 con el Taller de Física al alcance de todos, porque era auxiliar docente en el IEM. Mucho se ha dicho sobre una supuesta "clandestinidad" del taller como espacio fantasmático en donde iban los estudiantes. Mucho se escribió sobre una supuesta prohibición del taller y que los chicos, con los docentes, andaban como fantasmas en las aulas y anfiteatros de la UNSa. Le dio hasta el toque de rebeldía, pero fuentes universitarias confirmaron que el taller sí estaba institucionalizado y que había una resolución del IEM, firmada por la entonces directora Patricia Alonso, que autorizaba su dictado. "Cómo alguien puede pensar que pueden entrar más de 200 estudiantes, más unos cuantos docentes, y reunirse un sábado como si fuera una secta a aprender esa brujería de la física", dijo un PAU (Personal Auxiliar Universitario). Lo que tampoco tenía Córdoba era título; ni de docente ni de físico. Sin embargo era un maestro al que los estudiantes lo seguían como patitos. Desde la Facultad de Ciencias Exactas confirmaron que nunca presentó la tesis para su Licenciatura, pero que la Resolución 595/17 lo designó como Doctor Honoris Causa de la UNSa.
Petrini tiene una mirada, como siempre, más heterodoxa de la docencia. "(Jorge) Larrosa dice que un cartón no te hace docente. Y él (Córdoba) era un maestro que cautivaba a los estudiantes con su método", dijo.
"Todos hablan del método Córdoba y eso es otra fantasmeada. ¿Cómo se hace para mantener la atención de 200 chicos, a las 10 de la mañana de un sábado, y luego ir todos a compartir un chocolate y luego todos salir juntos? ¿Cómo tenía (y tiene) tan poca deserción, tan poco desgranamiento? Entraban 260 talleristas y terminaban a fin de año 230; eso no se ve en la universidad", dijo Zarella.
"El método que usaba Córdoba era la pasión y el entusiasmo por enseñar y por seguir aprendiendo. Él aprendía junto a los talleristas, estaba abierto al aprendizaje permanente. Nunca se puso como el docente que ejerce su lugar de poder y sabía que uno nunca termina de aprender; entonces el aprendizaje era algo compartido. Otra cosa que lo distinguió fue que efectivamente utilizó a la evaluación como un paso más del aprendizaje y de la enseñanza. Nunca calificó (o descalificó). Nunca usó a la evaluación como una amenaza, como algo crítico que iba a suceder; para nada. Cuando veían que un talleristas estaba en condiciones de avanzar hacia otro nivel se avanzaba; si algo no salía como se pensaba se volvía y no pasaba nada. Entonces se aprendía sin temor, se enseñaba jugando y siempre en base a una lectura de la realidad", explica.
Daniel Córdoba falleció el 27 de diciembre de 2019, a los 56 años, luego de luchar dos años y medio contra una enfermedad. Había nacido el 25 de mayo de 1963, en Jujuy. Era el menor de tres hermanos y cuando terminó la secundaria se vino a la UNSa a estudiar. Antes de recibirse ya era ayudante de cátedra. Su legado superó pandemias y ajustes.
Hoy el Taller sigue funcionando y aún (y siempre quizás) sigue siendo el "Taller del profe Córdoba" en donde continúa existiendo una producción artesanal de genios de matemáticas y física que prosigue cosechando estudiantes de la UNsa que ingresan al Balseiro, campeones de física en todas las olimpíadas y salteños trabajando en los ámbitos científicos en todas partes del mundo. Los docentes que trabajan en el Taller son alumnos que aprendieron con Córdoba y mantienen su impronta en la enseñanza y en la concepción del aprendizaje. La titular es Jésica Peralta y Zarella es encargada de lo organizativo.